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una corta composición que adolece de algunos defec– tos en la forma, gusta sobremanera pOlo la expresión del patriotismo que liga ingeniosa y delicadamente a las vicisitudes, si a veces desgl'aciadas, siempre glo. rlosas de la Madre Patria,

Canta en otros buenos versos la belleza soberana e invencible, como la de Nino (le Lenclos o la de Dia. na de Poitiel's, de la muy distinguida dama doña 1\lar. garita Ch. de César; el refinamiento y gracia exqui. sita de Blanca, la maga de trinadas notas cual las gal'. gantas de nuestros jilgueros y zenzontles, y quien, al

oirla, arranca a la memoria estos apropiados velSOS de Zenea:

"Es tu voz

una música tan suave, Que parece que hay un ave Que está cantando en tu alma".

Celebl'a el misticismo triunfador de Elena; el ati· cismo de Matilde; la maravilla del adorable rostro de Amanda, la de mongiles tocas, que Se aleja del mundo:

"Preflriendo de Cristo las espinas Al penacho gentil de .Juan Tenorio"

Honra el dolOr en epístolas elegiacas que dirige a los señores Lacayo y Pasos, así como también, la nobleza de espíritu y caballeroso continente y acción del doctor Emilio Lacayo. Rima.· en fin sus impre. lIlones al dejar de esas estrofas, tocadas de tristeza y

de vehemencia, como una despedida ty.yroniana, citaré desde luego, como dignas de fil\"urar en el número de sus más escogidas producciones:

"Adiós ciudad espléndida y querida En cuyo seno, de mi alegre vida Las hOl'as se volvieron de dolor; Adiós, ciudad de rosas y de espinas: Todas mis esperanzas, en ruinas El baIlo inexorable convirtió

"Adiós mujer: cuando tu pie descienda Del parque umbrío por la fresca senda Donde la flor primavel'al te dí, Con tristeza pensando en mis tomores Recogerá las abatidas flores Que el viento del otoño hace morir" Pronto esas gl'utas, verdes todavía Sus hojas perderán, hermosa mia, Al beso de la nieve sepulcral;

y esa mar que tú ves alzarse fiera Entre nosotros, su tatal barrera Habrá extendido para siempl'e ya,

"Pronto verá cruzar al peregrino Que hacla esta playa con aliento vino

y desmayado siente el corazón; Pronto a ese templo vivo V soberano Desde tus altas ondas, Océano, Yo le daré mi postrimer ~diós".

Poco antes de su aciaga muerte, publicó bajo el

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título de SORPRESAS, una corta colección de sus úl. timas poesías, lláginas del cOl'azón en donde esplen_ den los postreros arreboles de su vida allá entre las escasas clal'idades de un cielo cubierto de présagos llubal'lones de angustia, de desesperación, de muerte:

"Parece que me hacen cosquilJas Los diablos con dedos agudos: La noche está negra; estoy solo: Lector, este libro es mi túmulo".

Este es el breve epílogo de sus cantos y (le su vida; la ultima SOrda nota de Sil lira; la final y ago– lliosa queja de sus labios Recuerdan los últimos ver· sos de Adán, los de aquel pesimista y meritísimo pOe– ta catalán, don Joaquín Barhlna, en cuyos poemas bri. lla el ingenio real dado por las sombras del corazón, De esta colección, INFANCIA, OSCURIDAD, DI– BUJO, EL NARANJO, CASA DESIERTA, LA CENA DEL CARPINTERO, AFRODITA, son las que presen– tan mejores valimientos pina su selección.

INFANCIA, es la descripción de una procesión de Via.Crucis, vista al través del ahumado prisma de la desilusión y de los años redoblados por la desventura:

"De una flor sobre todo Que huele a relicario, De un color encendido De ladrillo quemado, Pequeñita y abierta, Cual coralino grano, Se hacían las cadenas Para el .Jesús de palo".

Quien así tan sencilla y verdaderamente describe lecuerdos e impresiones de la infancia; quien con tan bella naturalidad nos hace aspirar nuevamente el suave olor de los largos testones de siemprevivas con los que, en tal ocasión, se adornan por modo tra– dicional y exclusivo, los brazos de la cruz; quien así se conmueve con la contemplación de setas escenas que lI~r sí solas forman la más atrayente y vistosa lejanía de la infantil edad, es poeta sin duda alguna, en el fondo; y quien así expresa sus diversos estados de alma con relación a los sucesos que le emocionan, lleva en su espíritu, la gama y tonalidades del artis. ta, las armonías de la naturaleza humana, armonías audibles, l'or así decido, a los toques misteriosos de la impresión l'obustecidas y embellecidas por el alien. to sagrado de la inspiración. La Inteligencia abar· cando e identificándose con el aSUllto que nos domi– na; la imaginación y el arte dando adecuada forma y colorido a la expresión; el sentimiento dando el so– plo de vida a esa exquisita y alada creación llamada poesía, son los atributos o facultades eminentes, el QUID DIVINUM, del poeta, La deslumbrante hermo.

Slll'a de la Galatea, es la obra eximia del ál'tista es·

cuItor; más la exaltación del artífice que lleva al le. cho ]a estatua madilh:ada.

En EL NARANJO, refiere COn la tácii brevedad de Un cuento, el episodio doméstico de la siembra de la extraniera semilla por las propias manos de la abue. la rodeada del buIlicíoso cOro de sus nietos, y a la vueIta de algunos años de ausencia, lamenta la des– aparición del qUe creciera, árbol favorito, mudo tes.

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