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« Previous Page Table of Contents Next Page »britónico "He ido recientemente d ver el museo Víctor Hugo, y a observar si hay fieles en el templo. Está situado en la casa que habitó el maestro en la plaza des Vosges Sabido es que el museo -hecho
a'f'instar de la "caso de Shakespeare", y de las de otros inmotlales-:- ha sido formado gracias a la con· sideración y al efecto y admiración invariables de M Paul Meurice, amigo y discípulo de Víctor Hugo"
y para cerrdr el ciclo de la presencia de Shakes– peare como un todo, en Rubén Dorio, tenemos que al final de su vida en el "Pequeño poema infantil" que escribiera en 1914 en New York y que ahora se incluye en la sección "Hacia el Alba de Oro" de "Del Chorro de la Fuente", Rubén nos habla de nuevo de la reina Mab, (de quien nos había hablado preciosamente en AZLd), y así en este poema nos dice
Las hodas, las bellas hadrls, existen mi dulce niiia.
JUl:ma de Arco las vió aludas,
en ICI campiiía
lt;ls vi., al dejar el mira!>, ha torgo tiempo, Mahoma.
Más chir.o _¡ur, una poloma,
Shakcspeare vió a la Reina Mall.
Esto de que Shakespeare vio a la Reina Mab, la madre de las Hadas, es una alusión directa ,a la des– cripción que de la inglesa y legendaria Mab, hace Shakespeare en '''La Tragedia de Romeo y Julieta", por boca de Mercucio lel amigo de Romeo}, Acto I -Escena IV, esto bello descripción de la reina Mab, fue la que dio raíz y sustento evidentemente al cuento rubeniono "El velo de la Reina Mab" de su libro "AZUL"
Un elogio más de Shakespeare, a quien Ildma el "Omnivid.ente", se encuentra en "Algunas notas sobre Valle Inclán", de Rubén Darío, asÍ' "Cuando Octave Mirbeau descubrió en el Fígaro parisiense a Maeter– Iinck, nombró a Shakespeare, Hugo, si no me engaño, en una breve fl'Ose rememoró 61 omnividente Will, a pr<>pósíto de las extraordinarias niñerías de Rimbaud" Y al hacer I,ln desmedido elogio de los personajes de Valle Inclán, Rubén dice, que estos "no exi;:;ten Como
los héroes bdlzacianos o zo!escos, sino como Hamlet, Otelo, ó el viejo Lear"
En cuanto a las obras de William Shal$espeare y su presencia o huella en las de Rubén Daría, tenemos "Romeo y Julieta", "El Mercader de Venecia", "Othe– !lo", "Sueño de una noche de Verano", "Lc;J Tempes– tad" y "Hamlet"
"Romeo y Julieta" aparece entre los libros esco– gidos, qué Rubén admira y exalta en su juventud, al escribir el poema "El Libro" en 1882, poema que JX!r– tenece a la agrupación de "La IniciaCión Melódica", en el final de una de las estrofas que componen dicha poesía, así se expresa (el libro)
Aquí confunde y hechiza,
m uestra el amante deseo;
aquí en !lublime recreo
sus bellezas admiramos,
y estrechados contemplamos a Julieta y a Romeo.
Y luego, en los años de madurez, al escribir Stl
extraordinario "Poemo del Otoño", nos dice que el amor todo cora:/!:ón gobierna, y que todos tenemos en un momento dado de nuestras vidas, nuestro Julieta, sintiéndonos apasionados como Romeo, y nos lo dice con el nombre de la ciudad italiana donde se desarro– lla tan excelsa tragedia
Amor
el ~'J fíesl\:! conviai:ll
y nos COTurlQ
Todos tememos en I~ vkkl
nuestra Verona
En el libro 'Tierras Solares" encontramos dos referencias o las obras de Shakespeare, en lo crónica "Gilbraltar" a "El Mercader de Venecia" y en lo cró' nica "Tanger" o "Othello" En su visita a Gibraltar, al describirnos Daría la gente que puebla El Peñón, es– cribe "Aquí un negro, más alió un hindú, que os vende labores de Persia y del Indostán No os extra– ñarán, por lo vecindad, los moros y los muchos mal– teses y judios en sus tiendas curiosas Los tipos son marcadisimos He visto en verdad, y en una esquina, a Alí Babó Y los cuarenta ladwnes, entre ellos el cochero que me pasea, y a Shylock, junto a un sórdido mostrador, un Shylock como el que hace Novelli, todo vestido de negro" Sí, es ese tremendo Shylock de Shakespeare que en "El Mercader de Vencia" exige uno libra de carne humana por una deuda Y en "Tanger" al relatar su deambular por esa nórdica y
cosmopolita ciudad africana, nos cuento, cómo Sha– kespeOJ e le sale al poso en forma musical, así "A poco rato de vagar, he aquí que sale de una de las ca– sas una bella doma rubia, mientras en lo interior sueno un piano Pongo el oído atento a lo que tocan Es algo de Otello de Verdi No está fuera de lugar" Aquí, la cultura musical de Rubén y sus conocimientos shakespearianos se aunan De "Sueño de una noche de Verano" podemos decir que eSlá en Rubén, cada vez que este se refiere o Puck (Robin el Buen-Chico) Y el famoso personaje Falstoff, que entra en más de una obra de Shakespeara, es exaltado por Daría, a pi opósito de los elogios que hace de los personajes creados por Valle Inclón en "Algunas Nqtas sobre Va– lle Inclán" (del libro "Algunos Juicios'" ya antes cita– dos
Las referencias a Ca libán, ese salvaje personaje de "La Tempestad" son numerosas en los lii;lros de Darío En "Los Raros", en el juicio que le dedica a Edgar Allon Poe, nos hablo de Cal ibón E.n la colección de poemas "Otros Cantos Chilenos" (1886-1889) de "Del Chorro de la Fuente", nos encontramos con el poema "Simón el Bobito", donde Rubén hace tam– bién referenci(] a Calibón Y no hay que olvidar, que como dejamos apuntado 01 tratar de lo hispánico en William Shakespeare, su obra "La Tempestad" está relacionada con América, ese ignorado continente, recién acabado de descubrir por los españoles
Y "Hamlet"? Ah, eso es algo especial, y no podría serIo de otra forma, pues se trata de la más sobresaliente obra de Shakespeare En las obras de Rubén Daría, he encontrado nueve presencias de Homlet
t
subdivididas así: Cinco manifestaciones en 30
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