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menda". Es el beneficio por el que un cléri– go percibe las renias de una prebenda sin la obligación de desempeñar el cargo eclesiás– lico correspondiente. (5).

Jurídicam.ente fue definida por Juan de Solórzano:

" Ull derecl"Lo cOl1.cedido pot" znerced

real a los benemériios de las Indias, para percibir y cobrar para sí los iribuios de los Indios que se les encomendaren por su vida, y l<;l. de un heredero, conforme a la ley de la sucesión, con cargo de cuidar del bien de los Indios en lo espiritual y temporal, y de ha– bitar, y defender las Provincias donde fue– ren encomendados, y hacer de cumplir fado esto, omenage o juramento particular." (6).

El rey cobraba tributos a sus vasallos (libres). En defenninados casos cedía el co– bro de esos fribuios a una persona, a cambio de ciertos servicios. Es, pues, el principio jurídico precisarnenle opuesto al señorío feu– dal. (7).

Los españoles Se encontraron ante un hecho: la existencia de los aborígenes en América, y su escasa capacidad de :trabajo. En algunas regiones, había formas de orga– nización socio-económica aprovechables; en concreto, las llevadas a cabo por aztecas e incas; y las aprovecharon (8). En el resto, las fornlBs tribales eran demasiado rudimen– iarias. La tesis de Las Casas y aparte de los dominicos fue el "aparteid", el cual, en don– de se realizó (como en Guatemala) a la lar– ga fue contraproducente (9). Superado por la Corona el primer momento de esclavismo, se puso como objetivo central lograr la inte– gración de las poblaciones supervivientes al primer contacto, sobre el supuesto jurídico de la condición de vasallos libres, de los in– dios. La mejor exposición de objetivos que he encontrado la formuló el rey Don Fernan– do en su real cédula a Pedrarias, de 2 de agosto 1513,

". .los indios son mal aplicados al tra– bajo e han acosiumbr~do siempre a folgar, e habemos visto que en la Española se van huyendo a los montes por no trabajar, e es de creer que lo harán muy mejor los de allá (la Tierra Firme), pues se pueden ir la tie– rra adelanie, lo que no pueden facer en la isla Española, e no iienen que dejar sino las casas, y por eso paresCe muy dubdoso y difi– cultoso que los indios se puedan encomendar a los cristianos a la manera que los Henen en la Española, e a esta cause paresce que será por via de paz e de concierto, alivián– dolos lo mas que se pueda del trabajo en esta manera, que los que quisieren estar en la paz e concierto de los crisiíanos, e a la obi~

diencia de vasallos, e darseien, e nos sirvie. sen con cierto numero de personas, ya que no fuesen fados, sino una parte dellos como tercio o cuario o quinio de los que hobiere en el pueblo, o de los que foviere el cacique principal si alli estan debajo de caciques ... , y que estos anden un mes o dos, e que se re- ,,,

muden e vayan a holgar e vengan otros tan– ros por otros dos meses, o por el tiernpo que alla os paresciere que seran mejor las remu– das, porque fasia aC013±umbrarlos cuanto más breve se remudaren paresce mejor, e asi re– m.udándose lo sufrirían mejor e ±ernan me-nos peligro de morir, "(10)

La contienda entre Colón y sus ému~os

fue lucha de dos concepciones colonizadoras de arraigo medieval: la típicamente mercan– tilis±a de los pueblos mediterráneos, y la con– quisladora y pobladora de los castellanos;, Colón pretendía una explotación estatal en régimen de {aeforía, servida por un confin– genie de asalariados. Con la llegada de Eo– badilla a la Española, ese sistema acabó y la Corona dejó que la colonia se desenvol– viera autónomamenie. Freníe al esc1avismo de Colón, se implantó el asentamiento en la iíerra con los indios como vasallos, conjugán– dose el feudalismo castellano con el caciquis– mo aborigen, medianíe alianzas conyugales.

Cisneros favoreció las encomiendas pa– ra evilar el esclavism.o de Colón. Este se apoyaba en la donación de las bulas de Ale– jandro VI. Con el envío de la armada de Ovando se acaba el monopolio estatal-colom– bino y se inicia la vía de las franquicias, buscando sobre lodo el establecimiento per– manente de agricuHores y mineros. El indio, libre.

Ello derivó hacia la encomienda como fórmula viable. .

La provisión real de 20 diciembre 1503

consagró, contra "la mucha libertad que los indios lienen", el principio de compulsión al trabajo asalariado, en grupos, mandados por sus caciques. Así nació la encomienda.

Las encomiendas fueron tema de polé– mica doctrinal durante todo el XVI. . Algu– nos dominicos arremetieron contra ella en la Española, el primero fray Antonio Mon±esi– nos, O. P. (11), en 1510, y sus superiores le apoyaron (12). Las Casas fue el adalid de la lucha.

Los ±res P. P. Jerónimos que envió Cis– neros regente a la Española con gobierno, no apoyaron a Las Casas, sino al régimen de en– comienda. Las Casas los pone de ±odos los colores, sugiriendo de ellos todas las bajezas

(1 3) . El hecho escueto es que apoyaron el régimen de encomiendas. Los franciscanos de la isla informaron a favor de las enco– miendas, de cuyos beneficios participaban (14) . Los dominicos de la isla pidieron la liberación completa de los indios, pero los jerónimos no les atendieron. .

Los franciscanos apoyaron en la Espa– ñola desde un principio las encomiendas, e incluso las defendieron anie la Corona. por eso, la cuestión de ~ndios no fUe entre segla– res y dominicos, sino, corno reconoce el mis– mo Las Casas (15), "frailes contra freiles". Este lo disculpa hablando de "ignorancia no chica" por parle franciscana. Pod,ría ello entenderse como que no se trataba de cues-

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