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l/Va el Jesús Nazareno, Toscamente vestido,

Un vlerlllle5 da c:uazcsma

En. su viacrucis saldo.

~ás los viejos músicos,

Ma,I vestidos, borrachos, Que dan con las n¡¡¡oices El lono de su canto.

De una 1101', sobre lodo, (2'

Oue huele a I'elicario,

De un colo!' encendido De ladrillo quemado, Pequeñita y abielta

Cual coralino gl'ano,

Se hacían las cadenas

Para el Jesús de palo.

* * *

El Narano e Infancia, especialmente El Naranjo,

son las mejores compoSiciones de SORPRESAS ¡Que las tocara y retocara su autor! Leyéndolas uno, per– dona el Epílogo -por dicha sólo cuatro versos- que es malo, y versos duros como

"Te amaba yo tanto emonces"

"Del que cual nadie le quiso".

Mayo de 1905

CUENTOS DE SASTRERIA

I

Este es el de un sastre muy partidario de lo igual– dad, a quien un cliente le devolvió la obra

-Señor -le dice el parroquiano- el pantalón tiene una pjernq más larga que la otra

-Malo -responde el artista (porque los sastres lo son por sus buenas artes) _.-No quedó ni retazo siquiera, pero vamos a recortar de la larga para añadir a la corta

-La larga -observa el dueño del pantalón– la dejaremos como está, pues la del defecto es su com– pañera

-Peor -continúa el sastre -y yo que soy tan amigo de la igualdad.

El sastre se encontraba en un apuro. ¿cómo aña– dir a la pierna corto cuando no habra del mismo género del pantalón?

-¿Quiere U. -pregunta- que nos sirvamos de otro género?

-j Eso no! -protesta el cliente

Pero el sastre, un chusco de legítimo marca, y que, como la mayor parte de los de su honorable es– pecie, no era hombre que se ahogara en un dedal de agua, salió de la dificultad, diciendo

-Pues no hay más que un remedio, amigo. la iguolcjad ante todo Póngase U ahora el pantalón con la portañuela por delante, mañana con ella por detrás, y así sucesivamente; de este modo, hoy será larga la pierda izquierda, mañana la derecha, y así su– cesivamente La igualdad ante todo. ,

(i)-L. hrrlqultÍl-A. F. B.

Como las piernas de ese pantalón camira la igual– dad en el mundo por donde nos la concedan, por delante o por detrás, siempre andamos con IQs pisto– leras de un lado

D

Un sastre, uno de tales, por robar dejaba estre– chos los vestidos, pero aun con eso se le ocupaba, porque no había otro árbol en que ahorcarse, de lo cual estaban satisfechos en el pueblo, pues decían _y cuerdamente- que cuantos más sastres hubiese tan– tos más serían Jos ahorcados.

A nuestro sastre fe dieron o coser uno cosaco, y

el cliente fe advirtió que lo quería holgado, bcistante holgada.

En cuanto Jo permita la moda, a la que hay que rendirle culto -contestó el bellaco - Las casacas están hoy usándose apretadas, más que corsé de dama gorda

-Pero yo la quiero holgoda.

-Quedará holgada en cuanto lo consienta la moda, a la que hay que rendirle respetuoso culto Pues bien, a pesar de la advertencia del parro– quiano, la casaca apretabo más que corsé de dama gorda.

-.No fa soporto, maestro -se quejó la víctima– yo fa quería holgada.

-Pero si lo está bastante -replicó el sastre– sólo que debe apretar argo por fo modo

y sastre y cliente alegaban, el uno que la cosaco estaba holgada, el otro que le apretaba -Le digo que está holgada -Pero me aprieta.

-Apretará, pero holgadamente.

." * *

Algo parecido sucede con la libertad de que go– zan ciertos pueblos éstos se quejan de apretaduras, pero las Constituciones son holgadas

m

Fue en uno sastrerí'Q donde tuvo origen la frase vulgar de no haber chaqueta que le afcanee o uno. Así.

El dueño del obrador era como los hay pocos' no pedía más que las varas justas de género poro un ves– tido, éste se entregaba a tiempo, etc, etc Pero a tan buen sastre le salió un mal cliente, incómodo y des– contentadizo, tanto que por él se inventó la consabida de no haber chaqueta que fe afcance

-Hágame una chaqueta, aquí tiene usted el

género. ¿Cuándo vuelvo por élla? -Mañana a estas horas

y el sastre tomó las medidas.

y al dío siguiente, la chaqueta a la orden. -No me gusta -dijo el cliente, después de probársela-- está largo de talle.

-Pues la recortaremos. ¿Le parece a usted que dos dedos? -Tres

-Vuelva usted dentro de cuotro horas

y antes de dos, el cliente probándose de nuevo la chaqueta

-Soy muy desafortunado -dijo. -¿Cuál es el defecto?

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