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« Previous Page Table of Contents Next Page »LA MUJER DE AYER
Y LA MUJER DE HOY
Entre la mujer de ayer y la mujer de hoy, hay un mundo de distancia
En la época colonial, la vida de la mujer nicara– güense era vida de oscuridad de retraimiento, de re– clusión, mejor dicho, de esclavitud
Sumisa o los padres, al marido, a los hijos, llegaba su nulidad di punto de dejarse imponer el esposo que los padres le elegían, y a quien no conocía sino hasta el momento de la ceremonia nupcial Allí no había sino deber. Los demás afectos del alma le eran des– conocidos, y si los sentía los ocultaba cuidadosamente Según las ideas y costumbres de entonces, ella no tenía otra misión que la de conservar la especie y atender los asuntos de orden puramente doméstico Las de clase elevada, por ricas, tení'On algunas escla– vos para su servicio Las de inferior condición aten– dían personalmente sus quehaceres
No debían saber mós que cocinar, lavar, aplan– char, surcir
JUANA PAULA ROA
Algunas, cuyas habilidades aun se cuentan de padres a hijos, no gastaban en nada porque todo se ,lo proporcionaban ellas mismas Hacían el jabón pa– ra el lavado de las ropas, sembraban algodón, lo cose– chaban, lo hilaban, lo tejían, y con hilo que torcían, ,tan fino como cualquiera de hoy día, cosían la ropa para ellas, su marido y sus hijos (1)
La instrucción en general era muy deficiente, y Para la mujer no existía del todo, Apenas allá por el año de 1816 fundó un fraile franciscano, Fray Ramón Rojas, una escuela para niñas, la primera en Nicara– gua en un pueblo llamado Guadalupe, pueblo que, se– gúh datos vagos de la historia, quedaba hacia Chinan– dega o Estelí
Algunas mujeres, sin embargo, por natural perpi– cacia y diligencia personal, lograban sobresalir del nivel común
JOSEFA CHAMORRO
Así fue como, en los primeros esfuerzos por nues– tra independencia, pudo figurar en primera línea una mujer varonil y enérgica, doña Josefa Chamorro, que fue como la porta-estandarte de nuestra emancipación políltica, iniciada en Granada el 23 de Diciembre de 1811
De esta intentona salió ilesa, pero en la del 2 J de Abril de 1812 se le instruyó causa, acusada de haber dado víveres y asilo a los jefes de la insurrección y a -----
(1) La Sra Juana Pnula Roa era una de e9as muieres. maravilla de dili– gencia y lRboriosidnd
200 hombres mós, y de haber almacenado en su casa armas, pólvora y sacos de metralla para el fuego 'que sostuvieron los libertdores contra las tropas del rey en la mañana del 21 de Abril
GREGORIA ROBLETO
MARIA ULLOA
Auxiliares de la señora Chamarra, en esos y en los subsiguientes movimientos, fueron Gregaria Rabie– ta, de Granada, y María Ulloa, de Nandaime, las que, en un complot fraguado en Mayo de 1813 y denuncia– do por un Judas, fueron sorprendidas, encarceladas y sentenciadas a un año de prisión en la Cosa Nueva de la ciudad
En el país entero, como en toda la América, fer– mentaba el espíritu de rebelión Por eso, al mismo tiempo que Granada, se movía León y sus dependen– cias
ANTONIA FLORENCIA
Así fue que el 13 de Diciembre de 1811 también estallaban en León y El Viejo serios disturbios Chispa de ese incendio fue la prisión de la Antonia Florencia, natural de El Viejo, quien cubriéndose con lo carela de contrabandista, iba y venía por todo Occidente como agente activo e infatigable de la sublevación (Ayón)
CARMEN CHAMORRO
Mas tarde, en 1854 y 56, juegan gran papel dos mujeres de temple espartano doña Carmen Chamo– rro, hermana de don Fruto y de don Pedro J Chamo–
I ro, y doña Joaquina de Zavala, abuela del ex-Presi– dente General Joaquín Zavala
JOAQUINA UZCOLA DE ZAVALA
De esta última dama cuéntase que en ocasión en que un correo llegaba de un combate en que peleaban dos de sus hijos, y le decía a ella, jadeante todavía por el viaje
-Señora, los niños salieron bien del fuego, ella replicó airada.
-No pregunto si mis hijos están vivos Pregun-to si hsmos ganado o perdido la acción!
LAS FITORIAS, LAS AVILES, LAS SOLlS LAS CHAMORROS, CORRALES y MALESPINES
BACA~ TERANES y BALLADARES
Alrededor de estas patricias meritísimas hay una verdadera legión que no le volvíeron la espalda jamás al peligro en las épocas que se llaman de los democrá– ticos y de los yanquis Entre otras, las Fitorias, los
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