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Omitimos enlrar en detalles soble la vido, obra y personalidad de don EmiCJue Guzmán Selva, el más cé– ¡eblc escritor nicaragüense a fines del siglo pasado y uno de los talentos más elevados entre sus contemporá– neos en Centroamérica, debido a que le hemos dedimdo no pocos páginas Desde el pi imer número, como es sabido, publicamos íntegro su mOllumental Diario Int¡¡no gracias a una deferencia pOlo con nosotlos de su hijo don Enr ique G,'zrnón Berrnúuez quien nos cedió los 01 i

ginales que dUlOnje más de sesentq años habían pel– manecido eh la intíl1liduu furniliOl pUlO no hel ir las svs– ceptibi!idodes eJe las pel sanas vivas que en ellas se hate leferencia Luego un libro en dos tomos del Dr. Pedro Juclquín ChGlnorro Zelaya Don Enrique Guzmán y su Tiempo complementó aquél Oiorio. Otras plumas, final· menie, aparecidos en numero~()s dispersos, se han ocu-

pado en trazar su sembklnza, corno la del Dr Carlos Cuadra Pasos, la de Pío Bolaños y la de Adán Vivas

[sta última, esC'l ita cuando don Enrique estaba en plena madurez, describe su físico, su carácter y su con– dición social; y esludia sus costumbres e ideología, las peripeciCls e inclinaciones de su vida y algunos aspectos de su obra: como glalnático, periodista y crítico. "En

el primero de estos dos casos -dice Vivos- incuestio– nublemente ocupa el único sitio entre nosotros adonde le vaya a buscar el diploma que garantice su saber en el manejo de la lengua castellana Después de Guzmán no tenernos otras cosas que medianías en tan difícil asunto. Todos los habitantes instluídos de por acá no pueden intentar aproximársele en el conocimiento de la gramática; ello es su cubilte; ella es como su varita má– gica con la cual ejecuta sueltes sorprencJentes, verdade–

ros sortilegios" Y en cuanto a su wndición de crítico (lgl ego Vivas: "La crínca es su fuerte; mOl almente ha sido su perdición, pOI n0 haberla aplicado a los hechos sino a los hombres; intelectualmente ha sido el ángel ele su fama que llevará el nombre de Guzmán viblOndo eternamente en sus trompetas".

Si Maricmo Balleto fue el ploducto más caudaloso y íuribundo del IibelCllismo idcológico, Gustavo Guzmán fue, no lo dudamos, el más convencido y sincelo Pro– testó sus ideas hClsta su muerte, diferenciándose en esto de su hermano Enr ique Era, en otras palabras, un ateo y un antielel ical que debió haber creído que, desde. el punjo ele vista moral, toda religión es buena. Era muy introveriido y tenía su propio círculo de amigos con los cuales fOlmaba tertulias en las que se apreciaba su chis· peante y humorística conversación, natural en todos los Guzmanes Fuela de esas reuniones su carácter, casi siempre serio, se volvía colérico e irritable, es decir, muy Selva

Se dedicó a la enseñanza, al pel iodismo, a Iq polí. tica y a las letras. Escribió una Geografía Universal po· ro las escuelas primarias, impresa en el extranjero con

postales y banderas, que se usó corno texto oficial por muchos años, coma también un COl11pendio de Hisforia Universal (Managua, 1918) y fue director del Instituto de Masaya (donde se encuentra uno de sus letratos) y del Colegio de Granclda Firmó, cautivando "con la galanu– ra de su frase y lo sabroso de su dicción" muchos artícu– los y uno de ellos, "El Grito de Angustia" - sobre la intervención política de los Estados Unidos en los asun– los del país-recorrió el continente la libérrima Constitu– ción del 93 llevó su firma de diputado y el gobierno de Zelaya le nombró Ministro en Francia y Alemania.

Pero tClmbién fue orador: sus discípulos dicen que "fascinó con su elocuencia"; conferencista y erudito, el más cullO de su íamilia Sabía a la perfección inglés (dio clases por un tiempo en Granada), francés, alemán e italiano. Era ducho en astronomía y especialista en los ál boles genealógicos de las "testas coronadas" europeas y en los usos y costumbres de sus cortes Se había graduado de abogado en El Salvador, mas nunca ejerció y aparentaba no sabel nada. En 1879 acompa-

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