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en dos campañas presidenciales, por el triunfo de la can· didatura Carozo, pero uno Subsecretaría no era un pues– to que halogara su vanidad ni adecuado a su tempera– mento pqra un joven vendría bien aquel ascenso, pero él ya cif(óP9 en los 44 y se excusó con estas pa,l!Jbras: "Ya está '¿~Jejo Pedro para cabrero". Ignoramos si en el ónimo d~ Carozo hizo mella esta saeta

Se entobló una lucha de hegemonía entre D9fl Fer– nando y el 'Ledo Flancisco Padilla que ejercía influencia incontrastable en Carozo Don Fernando, con su caró,erer indolente y con sus 75 años a cuestas, no estaba d 'la altura de s0 competidor en la intriga palaciega y aé'áb6 por ser una figura decorativa en el nuevo Gobierno 'Así debe haberlo comprendido Don Fernando quien s610es– peraba una coyuntura para i~pararse del Ministerio 'Es– ta se present6 con la venida del Presidente Soto con quien el Presidente Carozo celebró un tratado de límites en el que ~e hacían a Costa Rica muchas cQncesiones que fueron consideradas lesivQs para Nicaragua Guz– món suscribiÓ como Canciller el consabido Tratado que encontró fUEnte oposición al ser sometido a la aprobaitión del Congreso que lo rechazó Guzmán, que ocup¡¡¡bp asiento en él Senado, votó con la mayoría pronuncidhdo estas palabras: "Vengo a oponerme como Representante del pueblo a lo que firmé como Ministro", palabras que según don Mariano Zelaya B no fueron precisamente las dichas por Guzmón pero se las atribuyeron----:-Io que da lo mismo -Guzmán puso su renuncia de Minis'fro produciendo su caída una crisis ministerial que se resol– vió con la llamada de don Adrián Zavala para formar nuevo Gabinete.

Al bajar don Fernando del Ministerio volvió con– vertido en cachista. El propio don Anselmo H Rivas le redactó su renuncia que causó pn el Cacho gran compla–

cencia.

El DESARME DE GRANADA EN 1889

En las postrimerías de su vida tuvo don Fern(lndo la cohtrOl'iedad de presenciar el desarme de Granoda efectuac;lo por el Gobierno del Dr Roberto Sacasa el 21 de Noviembre de 1889 El coronel Francisco luna, de Masaya, fue el encargado de ejecutar esta operación. Como se sabe, el Cuartel de Granada era el primer 01–

senal de la República A su lealtad estaba confiado el armamento nacional nunca empuñado por los granadi– nos sino en defensa de las libertades públicas. Don Fernando recibió la noticia con visibles muestras do eno– jo y exaltaciÓn, cosa rara en su carócter calms> e 'imper– turbable El desorme lo puso como si hubiera reSipido la más sangrienta ofensa personal. Aquellas armas que él las había traído de LeÓn precisamente veinte años ano tes, lo que había dado a Nicaragua otros tantos de paz, las veía ahora pasar ante sus oios como una invocaci6n a su c:irdoroso, patriotismo y como una provocaciÓn a su entereza ciudc:idana nunca desmentidos.

la comú~ desgracia ace~ca a los que están desuni– dos las desdichas que caían sobre Granada tuvieron de bueno que unificaron las voluntades en un sólo haz de sentimientos y aspiraciones y no habían de ser una excepción Chamarra y Guzmán que depusieron sus anti–

guos rencores en aras de su partido en desventura que expel imentabb una de las priJebas más acerbas de su historia. y se celebró un meeting en la Plazuela de los

leones en ei cual Lavala tom6 la palabra y present6 al pueblo a ambos caudillos que lanzaron un Manifiesto al país excitando a la unión a los conservadores y haciendo un llamamiento o los pueblos de la República para que estuviesen listos y compactos a librar junto con ellos dos las balallas cívicas del derecho para reconquistar las perdidas libertades Pero este eco no tuvo repercusi6n en la conciencia nacional porque los pueblo~, cansados del predominio de Granada, -según propalaba don Rafael Castillo agente viajero a,ue recorría toda la Repú– blica-lejos de dolerse de las desgracias de Granada, ce-lebraban su caída lecciones de la Historia

MUERTE Y FUNERALES DE GUZMAN

Don Fernando Guzmán murió de un ataque al co– razón a las dos de la tarde del 19 de Octubre de 1891 a los 79 años de edad, hace de esto hoy setenta y siete años

El Gobierno del doctor Sacasa decretó honores a su cadáver enviando de Managua un piquete de tropa y la Banda de los Supremos Poderes a pesar de haber en– tonces en Granada una buena banda militar y suficiente guarnición de soldados en la plaza Pero estos honores que debieron contribuir a dar mayor solemriidad a sus funerales, sirvieron para que se desluciera su entierro por– que había nerviosismo en su población a causa de los recientes sucesos sangrientos del 22 de Agosto de aquel mismo año y en momentos en que pronunciaba un dis– curso en el atrio de la Merced don Manuel Blás Sóenz, por una mala señal del jefe que comandaba la tropa que hacía los honores, los soldados prepararon armas, oyéndose el martilleo de los fusiles, lo que hizo que cun– diera el pánico en el numeroso acompañamiento que se dispersó poseído de un rochifero espantoso El féretro,

conducido en hombros de sus amigos, fue llevado a su última morada seguido de unos pocos

Los restos de Guzmán descansan en el Cementerio de Granada. Una tosca cruz de madera cubre sus des– pojos. la Necrópolis de Granada es sin duda la mejor de Nicaragua por sus valiosos y numerosos monumentos que la adornan En aquellos días habían llegado de Génova un soberbio mausoleo valorado en treinta mil dólares para servir de túmulo a uno de tantos Cresos como habia en aquellos tiempos de opulencia y poderío en la Sultana Esto lo sugirió a don Adán Vivas, en una visita que hizo al Cementerio el 19 de Noviembre la siguiente improvisaci6n que no alabamos en manera alguna.

Dei que dió tan agregiCls libertades El mármol no recuerda lo memoria Mas su n<lmbre recogen las edades En los páginas sublimes de la Historia.

Poco importa que una cruz modesta Abra sus brazos donde él reposa Si el recuerdo de su heroica gesta Es una historio de lo más hermosa.

y del mísera ovaro se levanta Monumento gentil, de regia planto, Que le sirve de escándalo a

105 ojos. Que de tantos odmirar se ponen rojos.

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