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« Previous Page Table of Contents Next Page »para botar a Chamarra y don Fernando óbtuvo de él una audiencia El Dictador ro recibi6 como acostumbra– ba reCibir a todo el mundo Recostado en su sofá sin levantarse para saludarlo y con (¡sla frase paca culta: Con que Ud. es el General Guzmán? Siéntese. Salió Guzmán de su entrevista con Barrios muy mal impresio– nado de éste y Fir memente resuelto a no volver más a su presencia Todo-dijo le puedo yo perdonar a un hombre, incluso el que seo ignorante y 910t6n, menos que seo mal educado. Don Fernando ela la corrección
misma
C:onvencido Guzmán de que la llamada Falanié del General Jerez era una gavilla de merodeares de la que nada bueno podía esperarse, resolvi6 regresar a su casa a donde nunca' debía haber salido para ir a meterse con "esa mala gente" entre la cual no se encontraba él en su adecuado ambiente
sieros, independientes, progresistas y republicanos, todas con un denominador común: Conservadores No fUe sino e'í.i los últimos meses del período presidencial del Dr Cár– denas, cuando don Fernando se acercó a éste con motivo
d~ las elecciones poro elegir a Carozo, y el Dr. Agustín Pasos, Prefecto entonces de Granuda, que sirvi6 de in–
1~·rmediario para reconci liarlos, nos contaba que don Fer– nando quedó ton pagado de Cúrdenas, que al salir de la' visita se le escapó esta amargada reflexión;
-Lástima que tan tarde haya conocido a este hom– bre que es todo un caballero y un verdadero conserva– dor!
y pensar que el [)r Cárdenas tuvo listo el decreto por el que mandaban a confiscar los bienes de Don Fer· nClndo Guzmán, de Pastora Bermúdez v de Lacayo y
~tros opositores a su Gobierno Oh política, que true· ques tienes!
EL TORNEO CIVICO DEL 86
fsramos en 01 año de 1886 en que Nicaragua va a decidir de su suerte eligiendo un nuevo gobernante Dos son los candidatos que se disputan el triunfo en las elec– ciones que deben verificarse en el mes de octubre de este año Don Pedro Joaquín Chamarra que aspira a ce– ñirse nuevamente la banda con una aureola indiscutible de pleponderancia política y social Con voz y mando Je Amo en su partido que le obedece ciegamente Con magníficas ejecutorias De carácter férreo Su compe– tidor es don Evaristo Carazo que había sido candidato 8 años antes, hombre bien intencionado, afable en su 1rato, de carácter bondadoso, de natural despejo, con fuerza de opinión arrolladora; pero era la suya una po– pularidad negativa Sus partidarios no eran tanto cara– zistas como antkhamorristas. A este númelo pertenecía don Fernando Guzmán Todo su ascendiente en las ma· sos, todo su capital, lodo cuanto él valía lo puso al ser– vicio de la candidatura CaraLO Sin el asunto de "Los Turcios" don Fernando no hubiera asumido esa actitud Había llegado la hora del desquite La revancha que seg:Jn dicen tiene un sabor dulce al paladar Allí estaba Carozo-sin pensaJio ni quererlo-ofreciendo ese manjar apetitoso: la venganza
El torneo cívico tomó en algunos lugares proporcio– nes de tragedia y se rubricó con saó1gre El Cacho no se dejaba osi no más arrebatar la vidoria y como le6n he– rido rugía de coraje, se lamía la sangre que corría en sus venas, daba colazos, cilzaba la testa mostrando el pena· cho de su anciana e hirsuta melena hasta que acosado, acorralado en su último reducto-Granada-..,-se desplo– mó, teñido en su plopia sangre, derrotado y vencido Triunfante Coraza en los comicios parecía que don Fernando sería el dueño de la situaci6n. Por consejo de don Faustino Arellano debía ocupar don Fernando un Ministerio porque de otra manera no tendria fuerza moral ni seriedad el Gobierno de Dn Evaristo. Se le dió el Ministerio de RR EE el menos aparente para él Hubiera estado mejor en Gobernación, quizá en Hacien–
dé A don Enrique-su hijo-se le ofreci6 la Subsecre– t(lría del mismo Ramo Donosa ocunencia! ¿Cómo iban a estar sirviendo la misma Cartera el padre y el hijo faltando solamente el Espíritu Santo para iluminar a am– bos? Don Enrique había luchado con su fulgente pluma,
GUZMAN CONOCE TARDE Al DR. CARDENAS
Durante la Administración del Dr. Cárdenas volvió a estar caído don Fernando quien no podía sustraerse a la influencia de sus hijos enemigos sistemáticos de aque– llos gobierno~ El Dr Cárdenas se 'lió en el caso de ex– pulsar a don Enrique-el incorregible-junto con otros conspiradores que buscaron asilo en Guatemala hacien· do causa común con Barrios y amenazando con traer la guerra a Nicaragua Dn. Fernando encabezaba en Gra– nado el partido opositor al Gobierno compuesto de ¡gle-
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GUZMAN, MINISTRO DIPLOMATlCO
A principios de la administración del Presidente Za– vala le fue ofrecida a don Fernando una misión oficial a Europa para arreglar los asuntos de arbitramentos pendientes con Inglaterra y francia entre los que figura– ba el reclamo de Allard sometido al arbitraje del Empe– radór Francisco José I de Austria Don Faustino Arellano expres6 su opinión a don Nicho Chamarra de que esa mi– sión a Europa era innecesaria y que don Fernando era el menos aparente para desempeñarla Lo mandan -agregó- para que Enrique no escriba contra el Go– bierno. Puede que el señor Arellano haya estado en lo cierto, pero Zavala trataba de amalgamar los elementos conservadores y era su mayor anhelo un Gobierno dé conciliación Años más tarde envió al General Jerez de Ministro a Washington Sea como fuere don Fernando salió a desempeñar su misión a bordo del Coburgo el 8 de Mayo de 1879 llevando como Secretario a sU hijo el doctor Gustavo Guzmán Visitó Londres, París y Viena También estuvo en las cortes de Madrid y el Quirinal ante las cuales iba acreditado igualmente, habiendo re– gresado en Septiembre de 1880
El asunto Allard fue fallado en contra de Nicara– gua La Corte de Casación de París nos condenó a pa– gar 40 mil francos más los intereses de esta suma desde el día que fueron embargadas las armas ¿Tendría razón don Faustino o ese asunto estaba perdido para Nicara– gua a quien no le asistía la justicia? Tiene la palabra el doctor Salvador Castrillo, conocedor sin duda, de ese incidente diplomático La reclamación de Allard databa de la época en que fue Presidente don Vicente Quadra y conoció de ese asunto, como Canciller, don Anselmo H Rivas
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