Page 111 - RC_1967_11_N86

lenguaje gráfico, resul±6 amarrado (2) y salido del país. Pas6 por el dis– co polífico de modo fugaz, corno una visión de ironía cabalgando furio– aamente sobre el potro de la discordia revolucionaria.

¿Volverá a la lucha? ¡Quién sabe! Es hombre de afán y perseveran-cia.

Por el mom.ento Moncada se ha ido a Washington.

Después del grave incidente que le ocurrió el 9, a que se refiere la

l1.01E!. del pie, se marchó en tren expreso con el Genelal Eslrada, llegó a Corinto, en donde permaneció algunos días y de allí salió para Guatema– la.

En Codnio empezó a hablar bien de los caudillos liberales. Les re– conoció alias merecimientos a los Dadores Julián Irías y HodoUo Espino– sa R. Se expresó de ellos can admlración y cariño no obstante que fir– mó como Ministro el decreÍa de expulsión del último.

De Guatemala pasó a Estados Unidos. Va seguramenie a exponer sus quejas, sus resentÍ1L1ientos, sus desengaños Va a solicilar quizá el amparo del poder fuerte en la acción reinvindicatoria de sus derechos de revolucionario que él encomiaba tanto y juzgaba eternos.

Estos derechos en sus.fancia los establecía en "El Cenlinela" del si– guienle lLlOdo:

Yo soy revolucionario vencedor, elecía; luego lengo derecho a to– das las holganzas y venluras del poder El resto de los nicaragüenses que no ha sido revolucionario no tiene derecho a nada y solamente debe maniener una actitud: la de aguanlar el palo y quedar debajo.

y no lo decía únicamente sino que lo praclicaba.

Era una máxÍlna polílica de buen gobierno muy suya que había desenterrado no se sabe dónde.

"Política! Política! D~ ella me decía Rubón Daría: --es una ciencia hnpura que no entiendo y que aborrezco. Sumidero de inconsecuencias: ley antagónica de la razón; de fa±idicas negruras".

El "TÍlnes Democral" de New Orleans, de 15 de ,Junio, uice: "El General José Ma. Moneada, ex-Ministro de Gobernación, de Ni– Cal'agua, partió a New York y ¡le cree que se encontrará con Estrada y sus compañeros en Washington y que eslarán presentes en la audiencia que Estrada tendrá con Knox".

CABALAS O NIGROMANCIAS

XXI

El General José Santos Zelaya tenía sus cábalas: las carias egip– cias. Quería meter los ojos por la puerla oscura del deslino para orien– iarse y para sorprender sus secretos. Las carias a ú1±ima hora, casi siem– pre le dieron respuestas fatales, que Zelaya no creía. Su si.iuación des– de ellO de oC±ubre de 1909 se deslizó sobre una pendiente; al pie de esa pendiente; es decir, en el punIo de iniercesión donde agoniza la esperan– za y surge el desengaño, Zelaya vió, claramenle, su sepulcro político. Lo

vió con precisión cuando ya los juegos simbólicos se habían cansado de anunciárselo.

El Presidente Juan J. Estrada, que cabalgaba sobre el éxito al ±ra– vés del cuadranie egipcio, se vió de pronlo abandonado por el destino y de viciimario se convirlió en víC±ima de ésie.

Cuarentiocho horas antes de GU caída un hombre mis:i:erioso sube con cautela, a las 9 de la noche, la escala oculta del Carnpo de 11arie. Su andar es pausado, su aire de reserva: mirada luminosa y penen:lran±e.

Hay orden de abrirle las puertas: la consigna no va con él y entra a las habitaciones reservadas del Presidente. Lleva traje negro salpicado de golitas de agua que ha recibido en la calle proveniente::> de algunas nu– bes que rastrean bajo el cielo negro de la capital.

(2) El Mini~tro de la Gobelllación José Malla Moncada estuvo matclialmenie amallado con las manos hacia abás en el Campo de Malte. Lo amalló el COlonel Tolibio Romelo y sucedió esto en la talde del 9 de mayo Lo atalon al bajal la escala que conduce a la lesidencia y oficinas del Plesidente con una cueHla o baba de amallal gallos Le qui– tó el levólvel el soldado ROl1lán Romelo Se diCe que en esos momentos tuvo Moncada el ánimo flaco; pensaba segulamente que iba a ser quizá pasado por las allnas. Al saber la novedad, el Presidente Díaz oldenó inmediatamente su Jibeltad.

32