This is a SEO version of RC_1967_11_N86. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »fuosidaci. Era un aspirante que deseaba ir siempre más arriba. Causa. generadora del movimienio del 8, inspiró y creó esa situación.
En su juveniud fué Moneada estudianie muy aprovechado en el Instituio de Granada; después se hizo Bachiller; luego periodisia; ensegui– da político y guerrero; y a úl±ima hora iniriganie y Minisiro.
Tiene fuerza de voluniad y mucha ambición. Escribe con espon– taneidad, pero algunas veces sin inspiración. Carece de faniasía y de co– lor, aunque es fecundo. "El Centinela" es su propio retraio, su reflejo mo– ral. Moncada en los editoriales, Moneada en la sección informativa, en las columnas recreativas, en los versos, casi en los avisos, Moncada en io– do. Hubiera querido poner su nom.bre hasta en el pie de imprenta.
Es blanco, de blancura lívida; bien parecido y de luediana estatu– ra. Con las damas, aienio: tiene reposado ademán y buen gesto. Habla poco, y cuando 10 hace le gusta oirse. Su elocuencia en el parlamento era brillanie, a veces arrebatada.
Pocas ocasiones coniesta los ataques de sus enemigos: su fuerle en esos casos es el silencio. A menudo se contradice su pluma: afinna hoy lo contrario de lo que sosluvo ayer. Cuando lo rnal1ratan por ésto, agre– diéndolo o insultándolo, se queda impávido. Según la teoría psiquiátrica, pertenece a la escuela sadis±a, goza en ocasiones cuando por lo bajo lo– gra darle un pellizco al compañero. Su fotografía vista de frente, ofrece esta anomalía: se le ven dos raras protuberancias en los exirernos de la frente corno someros cabos de cuerno. Para remediarla o aienuarla los fotógrafos trabajan mucho: Una fisonomía de Mefis±ófeles.
Tiene lalenio y gran pasión por la lectura pero le faIfa don de gen– les. Corno político, no sabe atraerse a las personas, menos a las multitu– des. Quizá queriendo airaérselas, las repele. Este poder o fluido negati– vo existe en la rnasa de su sangre. El juego político que hizo en el drarna del 8 Hene su explicación en el capítulo "La Manzana de la discordia".
Nació en Masatepe y su padre fué un respetable artesano: un he– rrero honrado. En la vida privada, el General Moneada sigui6 la línea de la hombría de bien; se asegura, sin elTIabrgo, que le falfa gratitud. Pre– dispone a los arnigos, los enreda, los divorcia, los dispersa. Tiene cara helada, pero detrás de ella alientan grandes pasiones. Trabajó en favor de la revolución con el rifle; y en confra, sin quererlo quizá, con su plu– lTIa y su intriga.
Se cita de él este rasgo de inoportunidad en el mornento decisivo de su situación:
Cuando los liberales esperaban armas en el recinto del Carnpo de Marie, al pip de las habitaciones del Presidente, Moncada se acercó a la baranda del segundo piso y en aIfa voz, dijo:
-¡Hay rnucho zelayista allí abajo entre esa gente. Conviene se– leccionarlos para entregar las armasl
Enlonces del fondo de uno de los grupos que estaban en las tinie– blas salió vibrando este epigralTIa, nota revolucionaria:
-He ahí un calvo que no tiene dos dedos de frente (1) Habla de hacer selección entre nosotros en los ITIOrnentos en que vamos a pelear en favor de su jefe.
Los grupos acogieron esta fisga con risas comprimidas.
Pronta fué su caída. Así sucede cuando se quiere ir de prisa. Cuan– do entró triunfante a la Capital en las filas revolucionarias fenía aire rno– desto y aparentaba humildad. Pero a medida que ascendía en los pues– Íos públicos y en la confianza del Gobierno, se transformaba, se hincha– ba de orgullo. Cosa extraña en un hornbre inteligente.. ~Por qué engreir– se, de qué? eAcaso no había visto él en su vida agitada de político (co– rno he1Y'.os visio iodos) subir y caer personajes con la velocidad de un pa-saje cinematográfico? .
¿Acaso no ha visto él iumbarse, rornperse situaciones políticas, pa– ra ser sustituídas por otras que luego corren la rnislTIa suerte en el plano inclinado de la fatalidad, la historia y el Hempo?
A Moneada lo quebró la ambición. Cuando más segura creía su posición de Ministro se le arremolinaron las nubes negras del desastre.
Queriendo amarrar al General Mena, corno dice el pueblo en su ---
(1) Moneada es calvo.
31
This is a SEO version of RC_1967_11_N86. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »