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CON WALKER

EN NICARAGUA

ERNESTO CARDENAL

POETA NICARAGUENSE

En una cabaña solitaria en la frontera, yo, Clinton Rollins, sin pretensión literaria, me entretengo en escribir mis memorias.

y mis pensamientos d~ viejo retroceden: Las cosas que hace cincuenta años sucedieron. Hispanoamericanos que he conooido

- - los que he aprendido a querer.

y aquél olor tibio, dulzón, verde, de Centro América. Las casas blancas con tejas rojas y con grandes aleros

llenas de sol,

y un patio tropical con una fuente y una mujer junto a la fuente.

y el calor que hacía crecer más nuestras barbas. iLas escenas que hoy vuelven a mi memoria! Una ola gris que viene borrando los montes

y un sordo rumor de inundación recorriendo la selva y los aullidos de los lnonOs en la margen opuesta

y después las gotas de gruesos metál1co~ golpes en los tecbos de zinc

y corren a quitar la ropa en las bal'andas de las haciendas y después la ola gris y el sordo rumor alejándose y otra vez el silencio•••

y cómo olía a maleza y el río se coloreaba de elOl'oflla, y el vaporcito se divisaba allá, tranquilo, ancl;ido a la sombra de la selva.

y el repeutino planazo de la iguana en el agua, el estruendo de los troncos cayendo. el disparo distante de un rifle,

una palabra en español que gritan lejos, la risa de las negras lavando la ropa

y un canto caribe.

Mis compañeros en aquella expedición eon William Walker: Aquiles Kewen, el aristócrata, que cayó peleando en Riv85; Cbris LUy, el boxeador,

degollado borracho una noche junto a una brillante laguna; WUUam Stoeker (Bili). con sn cara de pirata-y buen muchacho– que se casó allá después y vivía junto al lago de Managua

(y yo comí una vez en su casa); y Cracker, el afeminado, que murió jadeante en Rivas.

con su sucia barba rubia pesada de sangre,

y un brazo colgándole y en el otro a medio descargar el revólver; Skelter, el petulante, que murió del cólera; y Dixie, vendedor de periódicos, -el corneta--– que mejor que las gaitas esoosesas en Lucknow, la noche que el coronel Jack rompió las líneas, tocó esa corneta.

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