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« Previous Page Table of Contents Next Page »rrás. Posteriormente le correspondió el honor de ser nombl'ado Secretario de esa primera Junta de Legados. Pero el odio y la mala voluntad que le profesaban los miembros del Ayuntamiento de Car– tago, actuaron hasta lograr, por medio de presiones y amenazas, que el Ayuntamiento de Ujarrás lé re– vocara las credencial otorgada.
Esto constituyó indudablemente, una gran desi~
lusión pala el fogoso Bachiller, lo que explica que se mantuviera por algún tiempo, alejado de las li– des políticas y dedicado exclusivamente a sus acti– vidades pal ticulal es.
La noticia de la disolución por parte de Itur– bide, del Congreso Constituyente Mexicano (enero de 1823), vino a producir una situación de incerti– dumbre, aún en aquellos que eran ardientes parti– darios del Imperio. Esto fue aprovechado por Ose– jo y un grupo que comulgaba con sus ideas, para emprender una campaña en contra del sistema mo· nárquico imperial. Así en febrero de 1823; desple– garon una intensa actividad en los principales pue– blos del Valle Central, que concluyó en una serie de pronunciamientos en favor del sistema republica– no. El Bachiller pidió ayuda a todas partes, Como lo manifiesta en su famosa "Defensa": "Colombia testificará que imploré su favor; el imperio mosco manifestará mis encargosj el viceíta hablará sobre mis pedimentos y el inglés hubiera suministrado ar– mas y pertrechos, si se me hubiese visto con menos desplecio" (8).
En marzo de 1823 Osejo fue electo Presidente de la Diputación Permanente o Triunvirato, que se– ría el organismo máximo de gobierno en la Provin– cia. Esta designación fue muy mal vista por los imperialistas de Cartago, los cuales pocos días des– pués de instalado el nuevo gobierno dieron el golpe de Estado del 29 de marzo, tomando el cuartel de la ciudad. Contra Osejo se emprendió una feroz persecución que hizo peligrar su vida. Al respec– to afirma don Pedl'o Pél'ez Zeledón: llOsejo, que perR sonificaba más que otro alguno la forma republi– cana, fue perseguido de muerte por las turbas fa– náticas en la capital y los campos; buscándosele con tal tesón, que aun los altares fueron objeto de sOSR pecha y registro" (9).
DIPUTADO ANTE LA ASAMBLE DEL ESTADO DE COSTA RICA:
Despuées de los acontecimientos de 1823, se apartó Osejo por completo de la política, hasta que en 1829 fue electo simultáneamente Diputado por Cartago y Ujarrás.
En la Asamblea del Estado Osejo tuvo una des– tacada participación, lo que le permitió ocupar los cargos de Secretario y Presidente de la misma en 1830 y 1831, respectivamente.
Presentó una gran cantidad de prollosiciones en las que se pone de manifiesto su espíritu ilustra· do. Siempre tuvo en mira encontrar la forma de desarollar el país y obtener los mayores beneficios de sus riquezas naturales.
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Fue co autor de numerosos dictámenes que son muestra de su gran conocimiento de los asuntos in– ternos del país y del resto de Ceittroamérica. En– tre ellos caben destacarse los relativos a la famosa "Ley Aprílica" y la "Apología" que escri'bió en de– fensa de esa ley. En ella justificaba la decisión de Costa Rica de dejar en suspenso el pacto federal
(1829).
VIAJE A LONDRES:
En 1831, realiza el Bachiller Osejo su deseado viaje a Londres, donde pellnanece por más de un
año. Aprovechó su estadía en la capital británica para asistir a las sesiones del Parlamento y a la sala de lectura del Museo Británico. Asímismo, se relacionó con los repl'csentantes diplomáticos de las naciones hispanoamericanas, acreditados en Lon R dres y con otras personalidades inglesas de gran prestigio.
En su viaje de regreso, al pasar por Jamaica realizó gestiones, junto con otros costall'icenses que lo acompañaban, para establecer relaciones comer– ciales con esa posesión. Así como también que el buque inglés que hacía el servicio de correo a Cha· gres (Panamá), tocara el puerto de Matina.
DIPUTADO FEDERAL EN 1833
Como un justo reconocimiento a su extraordi– naria labor en favor de Costa Riéa, a fines de 1833, los electores del Departamento Occidental le dieron sus votos para que representara a Costa Rica en el Congreso Federal.
A plincipios de 1834, Osejo emprendió viaje hacia Sonsonate, ciudad donde iba a reunirse el Congreso. Sinembargo, no pudo tomar posesión del cargo para el que había sido electo, porque em– pezalon a hacerse gestiones por parte de algunos enemigos suyos, con el propósito de que su creden~
cial fuera anulada, como efectivamente OCU1'1 ió. Al año siguiente era nombrado para el mismo car– go, por el Pmtido de Nueva Segovia (Nicaragua) y posteriormente 41 Senador Federal por el de León. Desgraciadamente, la falta de los Archivos Fe~
derales han impedido reconstruir la labor legislati– va de Osejo en el Congreso Federal, la cual debió ser muy destacada y valiosa.
De El Salvador pasó a Honduras en 1840. Es– tando en este país y Con motivo de la apertura eIi San José de la Universidad de Santo Tomás (1843), el Ministro General del Gobierno, Dr. José María Castro Madriz, realizó gestiones ante el de Hondu– ras con el objeto de determinar el paladero del Ba· chiller. La idea era ofrecerle, como efectivamen– te se hizo, una cátedra en la recién fundada Uni· versidad. Lamentablemente, estas gestiones no die· :fon los frutos apetecidos y Osejo permaneció en Comayagua hasta principios de 1848, cuando posi– blemente murió.
Durante los años que vivió el Bachiller Osejo en Costa Rica, logró formar una verdadera gene– ración de hombres ilustres, con ideas como las su– yas en lo político, económico y social; hombres que
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