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EL DESENLACE DE UNA VIDA EJIEMPLAR

LOS AÑOS TRISTES DEL EXILIO

Los años y el ticnpo agregó su nota inevita–

ble de olvido. Uno que oho amigo y coreligiona–

rio le escribían POClJ"; letras llevándole la informa–

ción lacónica de lo~ sucesos de Nicarag ua y asusté–

monos más, unos caautos reales para que el Héroe

de San Jacinto se ayudara a la solución diaria de

estIecheces econóToicas. Pobrezas, quebrantos mo– rales y olvido, no mellarori la reciedllmbre moral del militar y del patriota. La lectura de sus lÍIU–

cbas cartas algunas de ellas ~xistentes en archivos particulares, revelan esa situación de ánimo. Des– confió de los hombres, anatematizó al poderoso y

tuvo recriminaciones y actes. calificativ~s para el

Presidente de la época, Gral. TQmás Martínez, pero

su .afán de servir a la patria, no desmayó nunca y se mantuvo vivo en su corazón cómo una llama encendida de esperanza.

CUATRO AÑOS PENOSOS

Transcurrieron cuatro años. Estrada pasó lo más del tiempo en Liberia; aunque también en la capital San José. La tierra' fué la única que lo re~

cibió con los brazos abiel tos para que la cultivara como lo había hecho de cóstumbre. Sembró tabaco

y regó el surco con el sudor de su frente. Mientras tanto la situación de Niéatagua presentaba un nue– vo aspecto con la terminación del período presiden,... cial de Tomás Martínez, en su tercera administra– ción. Los movimieJltos candidatutales andaban muy

activos~ ¿Quién será el sucesor?

LA PRESIDENCIA DE GUZMAN

Tres años de dura prueba) en 1856) se llla:nteó el problema político en Nicaragua de la sucesióil

pr~sid,encial. ,Amigos del Presidente Martínez, lan– zaron· a la areita el nombre del Gral. Fernando Guz:– mán, con merecini.ientos nacionales por su bicha te– naz contra el filibusterismo Honrado a carta ca– bal y muy capaz de hacer una administración luci– da. El antimartin\smo que era muy fuerte dentro y fuera del país, vió en don Fernando al continua– dor de las ideas y prácticas del Gral. Martínez, y lo combatió implacablemente. Llegó a tal extremo 'a pasión política que los hombres influyentes de Granada en el conservatismo, prefirieron aliarse con occidente y levantaron la bandera del Dr. Juan Bautista Sacasa, que fué el candidato opositor a Guzmán. Si en Nicaragua la lucha contra Guzmán era fuerte, fuera del país era más candente. Los exilados temían que el triunfo de un hombre im– puesto por Martínez los privaría por un tiempo ma– yor de volver a la Patria. Encendiel0n con vehe– mencia una encarnizada porfía, que más que con– tienda cívica parecía que era preludio de guerra. El Gobernante tuvo que botar el emboso, y desca-

radatnente sé ech9 e.n f~vor- d,e- Guzmán. Los des– manes del poder fueron muchos y la ola de viole:p.– cias y atropellos intranquilizaron más a los políti– cos, esperando del candidato oficial las mayores re– presalias y pensaron que muy lejos de abrirse las posibilidades para que los nicaragüenses que ano.a'" ban por lares extraños, pudieran regresar, todo lo contrario iba a subir el número de expatriados.

LA OPOSICION

Estrada, Don Anselmo H. Rivas, Jerez y distin– guidos nicaragüe;nses recomendaban la Ollo~ición a Guzmán y estas cartas y panfletos del exterior enar– decían los ánimos populares. Por fin se llegó a la elección, alcanzando la victoria el candidato oficial, Gral. Fernando Guzmán. Fraudes, prisiones, atro– pellos y arbitrariedades coronaron este histórico pl0– ceso electoral. Así lo da a entender el mismo pa– neglista. de Martínez, Licdo. Jerónimo Pérez, al es– cribir en "La Tertulia", del 9 de Mayo de 1878,

ejemplar que leí en la Biblioteca del Dr. Carlos Cuadra Pasos, lo siguiente: HProclamo a un amigo, deudo y compadre, no hizo mal. En lo que hizo, fué en haber comprimido la eleccióll, y tuvo que comprimirla porque antes él mismo la había for– mado en favor de otros individuos, que después se disgustaron por razones que le parecielon suficien– tes'.

LABOR CONCILIADORA DE GUt:MA~'

Fernando Guzmán, candidato eleoto, comenzó a demostrar que no sería un sello de hule del Gral. Martínez. En pláticas con sus íntimos divulgó ideas contrarias a la política de la época, dando a conocer

q~e tan pronto llegara al poder abriría las puerts de la Patria a todo los nicaragüenses que temía~

vejámenes y enc'lusamientos de las autorida,des. Trascendían estas noticias entre la ciudadanía y ami– gos y adversarios, se ~ncargaron de poner frente a frente a Martínez y Guzmán. Los jóvenes de "La Montaña", creyeron sinceramente que Guzmán go– bernaría con criterio propio y al rodearlo y ofre– cerle adhesión y simpatía, hicieron más tenso aquel clima de inseguridad. Martínez para darse garan– tías, concibió el proyecto de la Capitanía General para él, una especie de poder detrás del trono. Mientras tanto Guzmán por debajo manejó con si– gilo los hilos necesarios para hacerse respetar, COI1–

trolando la fuerza pública. Sus propó~itos hábil~

mente los llevó a la práctica y al recibir la presi– dencia, el Gral. Martínez se encontró sin respaldo alguno, oyendo de labios del Presiclente entrante un Mensaje que contenía nn programa político, que era una réplica al sistema de gobierno anterior. Consecuente con sus propósitos conciliadores, uno de sus primeros pasos de Gobernante fué decretar amplia e incondicional amnistía; Al amparo de ese decreto, regresó a la Patria el Gral. José Dolores Estrada;

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