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« Previous Page Table of Contents Next Page »Continué algo sorprendido por su presencia, pues el día en que hobia llegado a Managua
encontré en la carpeta del hotel un sobre conteniendo varios ejemplares de su último libro Poe– mas Raros, acompañados de una carta, escrita en una ortografia peculiar y en el estilo todo personal del poeta carpintero, en la cual decía "A Veces es mejor no conocer personalmente a un hombre cuando esta rebestido de tanta Fama por lo menos para mi a/ conocerlo pierde todo
misterio y hasta muchas Veces decepcionad'
A pesOl de esta declaración de prin oipios, aquí estaba ahora el poeta carpintero, de cuerpo entero, y, antes que yo tuviera tiempo de preguntarle como andaban las cosas, abrió
su maletín y de él sacó un montón de papeles, del cual separó mós de una docena de folios, do– blándolos cuidadosamente antes de informarme de lo que se trataba
Era, según me explicó, un manifiesto recién SCJlido de la imprenta, en el cual, en un esti. lo que, media hora después iba a descubrir como un medio de comunicación todo personal, a ve– ces repleto de poesía brutal y directa, otras veces completamente incomprensible, Espinazo se
rebelaba contra todo el mundo, y más específicamente contra "la mafia de Granada", esto es,
contra Pablo Antonio Cuqdra, que, por una vez más, elO blanca de todos los ataques -lógica mente- de aquellos que, años atras, había descubierto, Iqnzado y publicado
Como tantos otros, o como casi todos, el poeta carpintero era, por lo menos parcia/– mente, descubrimiento de Pablo Antonio Cuadra, y su fama (pues ya goza de cierto renombre continental, habiéndose sus poesias publicado fuerq de Nicamgua, en México, en Colombia, y en
Venezuela, y habiendo sido traducidas por mí, para una revista de HamburgoJ se debía, básica– mente, a Iq revista El Pez y la Serpiente, donde Pablo Antonio lo presentó como un "poeta car–
pintero sin estudios escoTares que escribe por jns tinto poesía surrealista"
Cuqndo, después de algunos momentos de chorla sobre la poesia, le pregunté lo que sig– nificaba a su entender la noción de mafia, el poeta tomó un aire todo misterioso y, casi como un
conspirador, susurró en mi oído "Es algo muy peligroso' I
,
En seguida, se revistió la habitación del más completo silencio, sin querer ninguno de los dos tocar más el asunto
En realidad, Espinazo es un poeta autén:ico, y, como en Nicaragua la poesía florece en
todas las esquinas y, al pOlecer, en todas las olicinas y talleres, yo existen dos poetas carpinteros
más, que firman sus poesías¡ el primero "Poeta carpintero de León" y el segundo, "Poeta car–
pintero de Chinandega"
Esto¡ sin dudas, es el comienzo de un nuevo camino, pues habrán que llegar otros, de Ma–
$Oya, de Matagalpa, de BJuefields, de ChantaJes en Nicaragua hay poesia en todo Hasta en
las carpinterías -y de excelente calidad
Después de Bruno MangaJo, el poeta he rrel o, famoso autor en la generación de los van–
guardistas de poemas maravillosos como éste.
Decís que soy errante gumon
Está bueno, pues. Seré errante gurrión, pero la primera flor que pique será la flor de tu corazón
que todavía se mantiene, si así lo podemos decir, en un ambiente post-modernista, siempre con una fuerte carga vanguardista subconscienté, Pedro Pablo Espinoza es el primer poeta popular nicaragüense, completamente surrealista -esto es, en una linea subconsciente que, tomando de ejemplo la lírica de Clément Magloire Saint Aude de Haiti, nos lleva a las fuentes de la mós pura poesia surrealista, que seguramente, dará mucho que pensar a André Bretón, del cual el poeta carpintero jamás ha oldo hablar Específicamente, Espinazo deberá hablar a los jóvenes poetas de París que continúan el camino de Bretón, sin todavía haber conseguido encontrar una fuente tan clara y tan obscura como esta poesía de Managua.
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