Page 72 - RC_1967_06_N81

país a la TelcelO Conferencia Panamelicana

J

recibe una

suntuosa invitación de una rica persona de la ciudad ofreciéndole luiosa residencia en Río durante su estadía en los meses de julio y agosto de 1906/ y firmando con el enigmático nombl e de lo Condesa X Quizás esta pelsono, de identidad desconocida hasta hoy, hubiese visitado también [a Exposición de París de 1901, y de allí sacala su lecuérdo para identificarse ante el poe– ta (7)

¿Quién ela Domingo S Bolívar? Era otro de los

andO! iegos hispanoamelÍcanos de principios de siglo en Pmís, donde había llegado, lenunciando a su carrera musical y 'Cl su diploma de violinista del Conservatorio de Bogotó En POIls, fue alumna de [a Academia Ju– [ión en dibu¡o, y desde allí se lanzó a la pintula, 10–

glando exponer un Cristo en esta Exposición de 1901

Pwece sel que se encontlOba en telribles dificultades económicas en París

t

pues lo poco que había ahorrado lo había perdido, como nos 10 manifiesta en una catta que le escribe a su amigo el pintor mejicano Alfredo Ramos Martínez, pOlo que intervenga dealnte de DalÍo

y se publique algo sable su obra artística:

"Así llegado a París para permanecer cinco años y dedicarse exclusivamente a la Pintura por cuyo arte sentía una impulsión irresistible, fué roba– do por sus compatriotas, de los cuales había tenido confianza y les había depositado su dinero. Vién– dose hoy sin recursos, cuando más lo necesitaba, se ve obligado a cortar sus estudios, su carrera y en una palabra sus aspiraciones". (8)

Daría en esta época intimaba en POlís con un gru– po de amigos pintores mejicanos: Enrique Guelra, Juan

Tellez y soble todo, Alfredo Ramos Martínez, este último le acompañó en París a ver el Museo Luxemburgo, el de Louvre, y a visitar las exposiciones y galerías impOl– tantes de la ciudad

Rubén accediendo a las sugerencias de Ramos, ami– go íntimo suyo con quien pasara más tarde en Mallorca e[ invierno de 1906 y la primavera de 1907, y que en 1910 le acompañaría en calidad de emisario oficial del régimen de Porfirio Díaz a su pronto regreso de México a la Habana, 9 publica un a-rtículo en La Nación, refi~

riéndose al cuadro que expone S Domingo Bolívar en París

Mas tarde, Domingo S Bolívar se dirige directa– mente a Rubén Daría desde Washington

t

en la siguiente forma:

Washington Novbre. 7 de 1902

Muy estimado amigo:

He llegado a ésta hace cosa como de diez días; y

que guayabos: aquí como allá y como en todas pmtes. Qué diablo de vida que ya no sé donde metérmela.

En fin, creo o quiero creer que tendré trabajo, y

esto, si sucede, me haro pasar un tiempo distraído. La impresión de la capital no concuerda con la idea que tenemos de lo que debe ser una capital; pues

7) Sable este episodio de la Condesa X, véase Solórza-no, o (Ildo Sol) Rubén Darío y las Mujeles. Nicawgua, 1947, pág 124 Y OliVCl Belmás: Este otro Rubén Darío, Bar–

celona, 1960, págs 44 a 50 2

8) Antonio 01ivel Belmás: Este otro Rubén Darío, pág

47.

9) . Véase Emilio Rodríguez-Demolizi: Rubén Daría y

sus amIgos dominicanos, donde nos dice "La dieron en la per– sona del pintor Ramos Martínez un noble emisario oficial, para que lo acompañalR a Cuba tl

• Bogotá, 1948 pág'. 153.

69

su aspecto en' conjunto es más bien el de un campo de distracción en donde los ricos (que no escasean) pasan la temporada del invierno en sus suntuosos palacios La vida enormemente cara; hay una rela– ción de franco a dólar que no es poco.

Entregué a Quesada y al Dr. García los libros; este mostró varios cuadros y apuntes de mérito: es muy aficionado, según comprendo, al arte.

Quesada ha quedado muy agradecido de lenvío

y me ha pedido su dirección para escribirle.

y Ud. que es de su vida? Se acabaron las enfer– medades?

Me dará mucho placer una respuesta suaya Un respetuoso saludo a la Sra Su affmo s. s y amigo

S. DOMINGO BOllVAR

1417 "1<" SIr Washington (O C.l

En esta pi imera carta Bolívar se encuentra bastan– te desilusionado al habel tenido que abandonar sus es– tudios en París Menciona además, haber cumplido con los enc(ugos de Daría a sus amigos de Washington En la segunda carta que le escribe al nicaragüense BolíVdl

OCUSCl lec.ibo de una carta de Dorío: Sr Don Rubén Darío

Washington, 23 de enero 1903

My dear friend: How are you?

Dígame: Hago progresos en el idioma yanki? Cuando me revea no me conocerá: tan yanki estoy.

y bien; al cabo de buen tiempo y cuando pen– te sorprenido con su cariñosa carta Celebro que haya salido a respirar nuevos aires porque a la ver4ad en París se asfixia uno de tiempo en tiem– po También me alegro saber que la patrona va bien

La mía se fuñó, resulta que encontró un hijo de su comadre que la había conocido bebiendo ca– cao y a Dios demonios.. Pa mejor será

Vamos ahorg con las yankis que por cierto qué frías y que de palo son: bonitas sí.

Le mando una colección de vistas de la villa; cuando cambie de residencia le enviaré más He frecuentado al Dr. Gorda Morón y qué bue– na persona que es, el y su familia. Allí hablamos con frecuencia mal de Ud.

Mucho me agrada la oferta de enviarme sus revistas No lo olvide.

Quesada me recomienda recuerdos para Ud Un cariñoso saludo a la chica y Ud. reciba un apretón de manos de su affmo.

BOllVAR

P D-Una molestia: si le es fácil conseguir el númeto

de CARAS Y CARETAS y e[ de otro periódico que Ud me nombló y cuyo corresponsal en esa Ud me presentó, tenga la fineza de mandármelos Le incluyo un artículo del Evening Star en que ha· b[an de este poble mentecato 11 O)

Esta fue la última carta que recibió Daría del pin– tor colombiano

t

a quien había recomendado altamente a sus amigos de Washington Allí en la capital norte– americana nuestro pintor tuvo algunos éxitos: fuera de hacer el retrato del general Lawar, gobernador de Cuba,

y de otros personaies, logr6 que un periódico norteame-

10) Oliver Belmás, oP. cit, pág. 247..,249