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abates Todo él decorado, todas las innovaciones mé– tricas," vinieron en ellos a yuxtaponerse sobre su impuro romanticismo americanizado, sobre sus reliquias y atisbos de la vieja poesía castellana, para dar como resultado uno de los más heterogéneos, ricos y constrastados mo.. vimientos que han conocido nuestras letras. Confundi;., dos por los temas exóticos, por las novedades estrófi... cas y métricas muchos llegaron a dudar de si estos gran– des poetas representaban a la América. La representa– ban sin duda y, precisamente, por el innegable y pode– roso carácter de mestizaje creador que es lo esencial del movimiento Modernista. Eso también explica por qué esa tendencia surge y florece en la América Hispana y

no en España. Tamaño ensayo de mestizaje literario y

cultural no podía ser hecho en aquella hora sino por quienes en su condici6n, en su psicología, en su situa... ción histórica estaban abiertos y preparados para la im– pureza creadora del mestizaje.

Llegaron a creer, en ciertos momentos, que se ha– bían escapado de su mundo americano para convertirse en hijos de París.. Era lo que no sin cierto rubor Dorio llamaba su ugalicismo mental", y sin embargo lo que estaban demostrando de modo plenario era su genuina e irrenunciable capacidad de asimilaci6n aluvional de hijos y continuadores del gran destino de mestizaie de la América Hispana. Podria tomarse el Modernismo co– mo uno de los momentos culminantes de la vocación de mestizaje del Nuevo Mundo y de su extraordinaria po– sibilidad de crecu:ión.

El Modernismo no es un episodio aislado. su volun– tad de mezcla y de incorporación aluvion(ll sigue activa en el desarrollo ulterior de la literatura de la América Hispana; Las grclMdes novelas americanas de la tercera década del siglo expresan esa impureza receptiva en su poderosa conibinación de realismo, costumbrismo, sim~

bología, forma épica y trasfondo mágico. ¿A qué épo– ca o a qué escuela europea podrían asimilarse Gallegos, Güiraldes, Rivera, Azuela? La poesía de Gabriela Mistral es una: trémula confluencia de tiempos y modos. El aire barroto. que mueve las frases de Asturias y Carpen... tier, está mezclado con elementos románticos, con sabi– duría surrealista y con la atracción por 10 magia de los pueblos primitivos. Un libro como uLos pasos perdidos" o como "El Señor Presidente", refleja, en el más mestizo lenguaje creedor, el mestizaie original y profundo del Nuevo Mundo Jorge Luis Borges es el más refinado manipulador de la vocación y de los elementos del mes– tizaje cultural La torrencial voracidad transformadora

y caótica de Pablo Neruda tiene sus raíces y su razón en el poderoso 'fenómeno del mestizaje americano. No solo hay urta vocación de superponer jnfluen~

das y escuelas sino que, además, hay una deformadora capacidad de asimilar y desnaturalizar las influencias, que no es otra cosa que la avasallan te consecuencia cultural del hecho americano.

Esa vocación no podría limitarse a lo social, a lo arHstico y CI lo literario, sino que se manifiesta tam... bién en el mundo de las ideas. El aluvión y la hlbri– dización ideológic(t dominan casi toda la época nacio... nal de los paises de la América Hispana. Sobre las Ins– tituciones, inás vividas y sentidas que escritas, de las Le... yes de Indias y de las Partidas vinieron a iniertarse las creaciones políticas y las novedades ideológicas del ra... cionalisrito :francés. Roto irremediablemente el orden co– lonial iSe quiso implantar sobre sus restos esparcidos yo

resistentes un orden Ideal copiado de Francia, Inglaterra

o Estddos Unidos. Como' tentativa de ruptura y de con– tradicCión era apenas más Qventuradci que la de los con– quistadores de implantar sobre las sociedades indigenas. sobre sus lenguas, sus creencias, sus ,usos, sus milena... rias condiciones, las formas, las normas y 105 contenidos de la monarquia cristiana de Castilla. Se invocaba el derecho divino para justificar la República, se apoyaba la Independencia en la venida del apóstol Santo Tomás en figura de áuetzalcoatl, se invocaba a Manco Capac para darle: una base emocional a los nuevos Estados re~

publicanos y democráticos, las ideas de Saint Simón se mezclaron con las de Rousseau, el escotismo con el po– sitivismo. Si se intentara, de modo sistemático, hacer la historia de las Ideas en la América Hispana, desde la Independencia hasta la Primera Guerra Mundial, se des– cubriría el más bClfroco, contradctorio y mezclado pano.. rama. La llamada crisis institucional del mundo ame– ricano, tan vieia como su independencia y tan ardua y compleia como la propia condición de su ser colectivo, no es sino la manifestación histórica de esa formaci6n aluvional continua. La América Hispana busca sus ins– tituciones, adopta la república representativa y ve sur... gir el caudillismo autóctono; en una angustiosa búsque~

da de su propia identidad, entre fos mirajes contradic– torios y oscuros del pasado y las solicitaciones de su nostalgia europea

La gran época creadora del mestizaje en Europa ha terminado desde hace mucho tiempo. Los mitos de la superioridad racial, del pasado histórico, de la pureza de la herenda nacional actuaron como frenos y diques empobrecedores. Tal vez el romanticismo es la último tentativa mayor por volver a descubrir la veta del mesti– zaje cultural. En las artes plásticas, acaso los cubistas, con su importación de la escultura negra, intentaron la Clventura de sacar el arte ·de Occidente del camino de abstracción y de pureza al que fatalmente iba a caer En cambio, lo América Hispana es tal vez la único gran zona abierta en el mundo actual al proceso del mestizaje cultural creador En lugar de mirar esa carac– terística extraordinaria, como una marca de atraso o de inferioridad, hay que considerarla como la más nfor– tunada y favorable circunstancia para que se afirme y extienda la vocaci6n de Nuevo Mundo que ha estado riso~

ciada desde el inicio al destino americano.

Es sobre la base de ese mestizaje fecundo y pode– roso que puede afirmarse la personalidad de la Amé,; rica Hispana,' su originalidad y su tarea creadora. Con lodo lo que le llega del pasado y elel presente, puede la América Hispana definir un nuevo tiempo, un nuev.o rumbo y un nuevo lenguaje para la expresión del hom– bre, sin forzar ni adulterar lo más constante y valioso de su ser colectivo que es su aptitud para el mestizaje viviente y creador.

Está ella ahora abierta y lista para recibir y pro– cesar en una gran tentativa de unidad y síntesis el pre– sente vivo de sus múltiples 'herencias y para realizar, y

renacimiento cultural similar al que en su tiempo hizo Roma o hizo Occidente.

Su vocación y su oportunidad es la de realizar la nueva etapa de mestizaje cultural que va a ser la de su hora en la historia de la cultura. Todo lo que se aparte de eso será desviar a la América Latina de su vía natu– ral y negarle su d~stino manifiesto, que no es otro. que

el de realizar en plenitud la pro.ri1es~ de los· Garcilaso, de los Bolívar, de los Darío, dé los constructores de cate:" dra!es para; la obra de un nuevo inuridi)

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