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« Previous Page Table of Contents Next Page »DESARROLLO, ECONO~CO
EDUCACIQN, SUPERIOR Y LA COMUNIDAD
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Rara vez alguien de afllera, en el sentida de que no labora directamente en esta Universidad, aunque si se siente ligado a ,élla ya que sali6 de su seno y en aulas modestas consolid6, sus anhelos de aprender, ha tenid<;> (a hon'ra de ser designado' para impartir una lecci6n inaugural COmO miembra de la Comisi6n
~~acional Pro Desarrollo Universitario, creada por el Rector doctor Carlos Tünnermdnn B con el prop6sito de comenzar d vincIJlar"en forma m6s positiva y diná– mica, a la Universidad con' la comunidad, y comp integrante de ese sector dudadano de la empresa pri– vada, que también lucha y se afana por producir pro– greso y bienestar social, he acep\ado complacido iniciar esta nueVa forma de diálogo, que ojalá se torne fe-cunda ' ,
Antes de hacer una breve reseña de nuestro re– ciente proceso de desarrollo y de referirme a algunos de sus problemas particlllares, así, como al papel clave
que corresponde
(J la ~ducaci~n superior" permítaseme
recordar afectuosamente a mi amigo y compañero de ideo les, al doctor Mariano Fiallos Gil, que dedic6 los últimos años de su vida ejemplar a cambiar los rumbos de esta cosa de estudios, enclavada en el pasado, y a echar las bases para transformarla en una Universidad
con ánimo y con metas, consciente de sus responso~
bilidades y de su tarea de servir a la generalidad Durante los primeros cincuenta años de este siglo Nicaragua ha tenido muy desafortunadas expe– riencias Contienda y destrucción que nos hicieron retroceder de los bajos niveles en que nos encontrába– mos Intranquilidad, revoluciones, penosa ocupaci6n extron jera, sangrienta guerra dvil y hasta terremoto en la capital Todo en sucesi6n como para que no nos quedara siquiera capacidad de recuperar Y por ese entonces ya se habra iniciado la depresión mun– dial de mós grande intensidad, que afectó a las nacio– nes industriales sin excepción y como derivado a los pueblos en vías de desarrollo cuyos ingresos dependen en alto grado de la colocación y de los precios de sus artículos de exportación. En estado mós o menos
depresivo continuó nuestra economía hasta el comien
M zo de la segunda guerra mundial Nas mantuvimos en situación de pobreza y escasez que se prolong6 forzadamente durante, el conflicto bélico, por la impa– sibilidad material de importar, aún para satisfacer nuestras necesidades esenciales' Sin embargo, al con– trario de lo que sucedió en otros paises latinoamerica– nos que lograron acumular ora y divisas extranjeras, precisamente por esa dificultad de importar, y no obstante que sus principales productos exportables es– taban, como los nuestros, sujetos a controles de pre– cios en los mercados mundiales, Nicaragua surgió de
¡¡PUARDO MONTfJALEGRE
Pre.si<1ente de la Comisión NAcional
Pro Desalrollo Univetsitaiio
Gelente Genelal del Banco Nicalagüense
la guerra con muy pocas reservas y en 1950 tuvo que legalizar la qepreciación monetaria y nos vimos obli– gados a lomar drósticas medidas de restricción Entramos a la época modernd en los años cin– cuenta y debe se' motivo de satisfacción el que' en tan poco tiempo hdyamos podido alterar estructuras y por un largo periodo sos\ener el empu je que definitiva–
mente nos colocó en un nivel superior. Nuestra
plOdúcción nacional ha aumentado cada año tradu– ciéndose en alzas en el ingreso real per cápita y por períodos conquistamos el galard6n de ser el país que crecía más rápidamente en, América Latina. Las exportaciones se duplicaron de ciclo en ciclo varias
veces consec;utivas y aunque tuvimos una caída en
1955, ya en el año de 1960 habíamos recuperado y en 1965 produjimos algodón con un valor casi cinco veces mayor que en 1960 Nuestro rendimiento por hectárea en el cultivo de algodón ha sido uno de los más altos del mundo Hemos mecanizado la agricul– tura, aprendido a usar fertilizante, a controlar mejor las plagas, a usar métodos modernos de cultivo Se ha multiplicado el área cultivada con la reinversión de las ganancias y la bonanza y Jo era de cambio se ha extendido a todas partes del país Nicragua ya no
es la misma.
El impulso principal de este progreso debe, en
justicia, atribuirse al espíritu de empreso, al arrojo, o
la capcrcidad de trabajo de los algodoneros nicara– güenses Con sacrificios de toda índole y dedicán–
dose por entero o sus faenas, fueron capaces de arran~
car a la tierra los frutos que nunca antes había pro– ducido e introdujeron en el ambiente nacional una mística de producci6n que alteró nuestras maneras tradicionales Esos hombres han sido el factor diná–
mico de nuestra economía.
Debe reconocerse, desde luego, que logros de tal
envergadura no se realizan corrientemente sin una po–
lítica gubernamental decidida a impulsar el desarrollo, en este caso particular sin el financiamiento amplio y casi total que el Banco Nacional de Nicaragua estuvo siempre dispuesto a dar para los gastos permanentes y corrientes de la producción, ni sin la condición previa de algunas obras de infraestructura Tampoco creo que el auge nicaragüense se hubiera consolidado tanto de no haberse fortalecido el sistema financiero, antes
tan rudimentario, con la creación de organismos rec–
tores e Instituciones de fomento así como de bancos privados nacionales que sirvieron en el momento opor–
tuno de instrumento para movilizar recursos mon.zta–
rios en beneficio de la producción y fortalecer la confianza del nicaragüense en sí mismo y su fe en el porvenir
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