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« Previous Page Table of Contents Next Page »cUC1ho: inmoralidad, ignolOncio, difele~c:iQ q~ eJ~rl?chqs
políticos y civiles, yola contradicci6n de opiniones que manifestaron algunos señores; americemos, individuos de la Comisi611 Me acuerdo que el señor Pérez de Castro, el señol Oliveros y el señor Gorda Morreros fundaron su opinión en los malas costumbres e ignorancias que por
lo g~n~HPJ tj~n~f1 Iq~ ~Clstas, y que era m~nester abrirles I() p~ertR P9¡;0 a P9cP ql paso que se fuesen ilustrando
y mejorando de conducta Pero yo no encuentro que se e~iia morqliqaq en 19l indiyjq~os que hgn de fOlmar la pase de la pqglq.ciqn ~",slT!ui~res Y los i\]enqres, aun los plocesados criminalmente, contra quienes se ha–
I!p Iq pre~lJn(:i~n, cLJt?1n~9 pq ~I ~cmvenc,mi~ntº d~ plgún qe!itq,' deb.ef<Ín t"mb.ién entrgr en ~I cefllq, Y h"1stq !qs
q!,daiqqq~ infqrnel nq SOfl exc!~¡qq~ qe él . Ni rqy tam–
p<;>CQ f~~9n p'~Ha exjgir ff1oroljQ9d en
lo~ !nqi"iduo~ qu~
han d~ flllll1ar la b",se de la Rep. e~entación nqcional, porque é~t9~ "9 YOD
º
~ierc;ef ning4n empl~o u qficio que req~iera virtudes califi!=odas A más de que y~ su– plico a V M deponQa c~alq~ie' p,evención o id~a que en !=ontt9 de lC?s' individyos de que se trata hayq con– cebido, creo que la Representaci6n americana es di~na
de la consid~lación de V M para dar cré~itq a sys pa– labras Yo supongo la bueno fe de los señC?res que opi– no ron lo contrario; mas é~to~ pudieron equivocarse pOI falsos informes o falta de conocimientos plqdicos; no~o
tras hemQ~ nacido entre aquellas gentes, nos hemos cria– rlo con ellas y acabamos pe d~ior sIJ compañía, y toqos los diputados a!lleriCaflos que tuvimol el honor eje habla.
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y M. PO 1.0 ~i~c:us¡qn pq~(ldq, ínfol !110mqs unán,ime–
m~nt~ a V M su b~lIo índol~, h0nladez y aun de sus
virtud.e~, de ~~ bl.:'ena tJjspqsición pqla las art~s, de su (.lp!icqció'1 a !~ aori<:ult~ra, a lq~ minas y a t~dq génelo de labor, y hasta de su adhesión y afecto haci el ~u~ hel– mafias I'ls ~spañoles qe le¡ Renín~ule¡ No negQmqs pOI estq ~n 91gynos de e~t9 c!q~e cjeltos yi(;ios ~~pesiol~ente aq~~!lqs ~y~ son q:m~ig~i~nte~ O lo faltp qe edL!caci6n, lo mjsmo 'qu~ suc~d~ ~f") tqdC?s la~ clases d~1 E~tqdo y
en todas los na~ione~ del mundo C~n que queda de– mostrpdo q~e la inmoralidad no puede servir de apoyo paro e~c1uir 19s ca~tos gel censo. porque ni existe est9 causa, ni oun cl!ando existiera es un l'Y}otivo pOlO hocer exclusión
¿Será, P.UM, la ígnqrqflclq?
lIam.emos también a examen el pocto social. y ttai– gomos a la memoria la diferencia de derechos civiles y
políticos que oquí nos hicielon los señores Espiga y T 0–
rrero Mas aun concediendo que la nación se esté cons– !ituyendo y que ~stq, ql cOnstituj¡s~, sóla esté obligada a concedel los derechos civiles a todos sus indjvid~os y
resery~r '9~ <;>t,rqs p c;j,~rt.as p~lso.nQ~ ~n quienes concu–
na~ algunqs circunstancips, ¿cuát~s podlán ser éstos po–
lO 1ene'r el dcrechp de entrar 'en el censo? Fuera de que, ¿no peitene~e',O' jos' perechos ¿¡viles el
que tienen los espaRoJes pprq cqfl]po~er 1", pose qe lo Rep,esenta– cipr n~ci9nal, q~ dege ser la poP!qcióp de todqs los
inqivj~~q~ q~ la nacj~n? cJ'Jq f!Jé pqr e~te mismo qerelho por el que la nación se haUa ,eunida? Si alguno pro· vil)cio <;le la Monarquía h.ugiere ~ido ex~luít;la; o no s~
le hupiese dado porte en ~ste aUllusto ConQreso, ¿no se quei9ría éstSJ, o de que no se le hqbta tenjdo como parte integrante de la noción, o de que se le hdbia despojado de sus derechos civiles? Con que aun antes que se ca·
~ociese en España la diferencia' entre ciudadano y espa– nol, nadie dudaba que todas las provincias y todos sus
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indiv¡puos hc¡n ttlriqO y tif\r~~ siempre uf' de¡~ct¡o in· disputabfe a '-éoncurrir al augusto Congreso por rn~dio de sus representantes Así e~ qHe e! derecho flY.1' .tiene un espai101 para s~r r~pr~se.r1ta,q.q, q, p'qra ~fltrpÍ' ~n el cen–
so, que es lo mismo, es de aquella clase de derechos que son comunes a todos los individuos de una na– ción
¿Habrá un solo americano que resista el que las castas
~~'ren e~ ~,I ~~n,q y ~~~ 9~ie,rq red~~ir ~ ~" ~orto núme..
ro 19 Repre~e~t!,~¡ón !le .UI1r'lmqr?
porque, Sef!or, el artícl!lo que se djs~u~e, si h~mos
de ha~l~r CO~ fr<:mque~a, se d¡rjge a li!'!litar el número de la Representación de América, estrechando la base de
la Rep'res.entaci6n nadona.l.· ¿De qué nos servirá' el
d~cleto qu~ acaba de aprobOlse relati\lo a que esta base sea igual en ambos hemisferios, si e{(c1uídas los castas del censa jamás tendró efecto esta igualdad? Esta de–
c1ara~!qn, cOI)lO 1"1 de q!Je las Am~rjcas son pqrt~s inte–
granle~ de la Monarquía esPañqla y d~ !'" iguqldaq de
d~r~,ros ~ntle Ips troflsn)arin.os y los europeo~, todo ~s
t9 vi~ne 9bqjq y ~~ red~ce q !J'19~ nomqf~s q!Je noqa sí9rificall sielT!pie que las casta~ Se hayan de ex,l"ir <;Iel censo
¿Hqbr,a i~ual~ad de t;ler~chos entre uno~ y ot~os si ~e de~r8tc!se que la Península deberq nombrar por cada cincuenta mil almas un dIputado, p!i'ro la América de–
berá ~Iegir un representante po·r ca~a cien mil individu~$?
Pues esta rni~ma desig!J91¡:jqd se verificará apro– bémdose el qrtículo, con sqlq la diferen¡;iCl de que en el s~9~l1do cpso será a.qn mqyqr la qespro– P9rción, supue~to que la:; ~pst<.J~ componf;:!n el may?r nú– mero de los hqbjtante~ de UltrplT!or Perq ?en qye cqn· siste est~ ahinco de Ijmi!d1 el l1!Ímerp Pe los ¡:Jiputados qe A"1ér ica? ¿POI v~llturg s~ te!'Yle ql,J~ sj~l1dq mOYOI
el númer,? qe aqlJél!as que el. qe los europeps, yen~an
q dc:r a éstos Ip ley? Peló .p~sta refl~xiot1qr U" poco pa– ro deponer est~ ideo, o más d~ 9ue no cree:? que de hecho llegue a ser mayor su número, pelp ni pun igual 01 de los europ~os: porque la fragosidaq de lo~ camínos del continente americarl0' la poca porción de embarca~
ciones en los más de sus puertos y la dilatada navega~
dón dificultan su venida V /lA tiene un ejemplo en
lo~ presentes Cortes, que estando poro cumplir un año de su instalación y habiéndose convocado para los asun· tQs más interesantes, que tal vez no volverán a presen– tarse, mm no acqban de U.egar los propietarios de Amé– rica
Sobl!:~ todo, S~ñqr, nQ~otJoS pedimos la co~a más
il:'~tq, comq ~s q!-!e Ip:; cqstas e'1tren en el censq Este debe formarse pe todos los "spañoles e individuos de la r¡oción; lo cQntrorio ~s unq contradicción d~ los prin– cipiqs estaplecidos. 'Es lo
mismo qué d'~cir que ias cas– tas no son españoles, ni partes integrantes qe la nación; es con~¡,derarlo~ comp extranjeros o como escJavos Es
tampi,éh l:)na arbitrat iedaq qu~ no tiene ap.oyo ni fun– darnento en la tazém ni en Iq justicia; pue~ qlln cuondo
hu~iesen sido suficientes los motivos q~e se alegaron paro excluh' de lo's derechos ~de ciudadanos a las cqsto~,
de ningt.¡na manera pueden ~er bastante~ par\,? excluirlos del censo; y C?ptes bien ~e les privaría de U!1O de sus más ~agrados d~r~cho.s qu~ la Naturaleza les ha conce– didó, y se pea judicqría esencialmente a los intereses de Amélica
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