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« Previous Page Table of Contents Next Page »por naturaleza y no hay' en ella mezcla alguna dispar y desemejante osi, no puede ser dividida, y, si no pue– de serlo, no puede perecer, y es una gran prueba de que los hombres saben la mayor parte de las cosas
antes de nacer que, todavía niños, cuando aprenden artes difíciles, se asimilan, cosos innumerables con tol
prontitud, que poreceno las perciben entonces por
primera vez, sino que las reconocen y recuerdon
Estas son casi los doctrinos de Platón.
Ciro el moyor, en Jenofonte, dice estos palabras
próximo a morir "No vayáis a creer, oh hijos queri–
disimos mios, que no he de estor en porte alguno o que no he de ser cuando me hoyo separado de voso– tros Porque no veiois un olmo mientras yo estaba con vosotros, sino que comprendiois que ello estaba en este cuerpo por los cosos que yo hacia Creed, pues, que ella existe, aunque no lo veréis
"Ciertamente, los honores tributados o los gran– des hombres no durarían después de lo muerte, si los olmos de los mismos nodo hiciesen por donde conser–
vásemos más tiempo su memoria Nunco, en verdad,
se me ha podido persuadir que los olmos viven mien– tras están en los cuerpos mortales y mueren cuando han solido de ellos, ni, ciertamente, que el olmo quedo sin inteligencia cuando ha solido de un cuerpo no in– teligente, sino que cuando, libertado de toda mezclo del cuerpo, ha empezado o ser puro e íntegra, enton– ces es perfectamente inteligente Y, también, cuan– do lo naturaleza del hombre se disuelve con lo muer– te, se ve cloro en qué codo uno de los demás portes viene o parar, efectivamente, todas vuelven am de donde salieron, s610 el olmo, ni cuando está presente
ni cuando se retira, aparece
"Bien veis ahora que nodo hay tan semejante a lo muerte como el sueño Así, los almas de los que duermen manifiestan su divinidad en mayor grado, pues prevén muchas cosas futuras, estando emanci– padas y libres Por ello se comprende qué habrán de ser cuando se hayan desprendido por completo de los ligaduras del cuerpo Por eso, si ello es así, rendidme culto como a un dios Pero si el olmo ha de perecer
juntamente con el cuerpo, vosotros, sin embargo, qu~
reverenciáis o los dioses, que protegen y rigen todo
esta maravillo, conservad nuestra memorio piadoso e
inviolablemente" Así hablá aro 01 morir Noso– tros volvamos o lo nuestro, si os ploce.
Nadie me persuadirá nunca, que muchos hom–
bres ilustres, que no es necesario enumerar, habrfan
intentado tan grandes cosas que pertenecerí'on a la memoria de la posteridad, sino hubiesen tenido lo convicción de que la posteridad les pertenecería ¿Pensáis ocaso (poro gloriarme de algo relativo o mí mismo, según costumbre de los viejos) que había de haber yo emprendido trabajos ton considerables, de día y de noche, en lo paz y en lo guerra, si había de
confinarse mi gloria en los mismos límites que mi vida?
¿No hubiera sido mycho mejor llevar uno vida ociosa y tranquila, sin trabajo ni rivalidad alguna? Pero, no
sé cómo, mi alma, elevándose, miraba siempre por an–
ticipado lo posteridad; así como si cuando hubiera solido de lo vida fuese cuando había de vivir definiti– vamente Si verdaderamente no fuese aSÍ!, que los
almos fueron inmortales, no aspirarían todos los hom– bres más virtuosos o lo inmortalidad de lo glorio. ¿Por qué todos los sabios mueren con ánimo se– reno, 01 paso que los más insensatas con espíritu ago· todo? ¿No os parece que esa olmo, que miro más y
más lejos, ve que porte para uno vida mejor, mientras
que aquella cuya mirada es má's obtusa no Jo ve? Yo, verdaderamente, me siento transportado por el deseo
de ver o vuestros podres o quienes troté y estimé, mas
no deseo solamente reunirme con aquellos o quienes
yo mismo conocí, sino también con los otros de quie~
nes he oída hablar, he leído o he escrito yo mismo Por cierto que no me hará volver fácilmente alguien cuando en verdad parta para allá, ni me reconocerá, para rejuvenecerme como a Pelios Pues si algún dios me concediese volverme niño desde esta edad y gritar
en la cuna, lo rehusaría enérgicamente, y no querría, ciertamente, estando casi recorrido lo carrero, tornar
desde lo meto 01 punto de partido
¿Qué placeres tiene, en efecto, la vida? 0, más bien, ¿qué trabajos no tiene? Pero admitamos que los lengo aun siendo así, conducen o lo sociedad o tienen un término Y no es que me agrade deplorar la vida, como han hecho con frecuencia muchos, y hombres doctos, ni me pesa de haber vivido, pues he
vivido de tal modo que creo no nací inútilmente, pero
salgo de lo vida así como de uno hospedería, no como de mi cosa Efectivamente, lo naturaleza nos ha dado una hospedería para permanecer algún tiempo, no un lugar paro habitar siempre
i Ah, día preclaro, cuando yo parta paro eso di– vino asamblea y reunión de olmos, y cuando salga de esta turbo y fango! Yo partiré, en efecto, no sola– mente en busca de esos hombres de quienes antes he hablado, sino también de mi Catón, mejor que el cual
no ho nacido ningún hombre, ninguno mós excelente
en piedad filial, cuyo cuerpo fue quemado por mí <Contra lo que hubiese estado bien, el mio por él), pero
el alma, no abandonóndome, sino mirando hacia
atrás, se fue indudablemente poro aquellos lugares en que veía que había de venir hacia mí mismo Ha pa– recido que yo soportaba valerosamente esto desgracia
mio, no porque lo soportase con ánimo igual, pero me
consolaba yo mismo pensando que nuestra separación y alejamiento no habían de ser de largo duración, Estas son las causas, de que lo vejez seo paro mí ligera, y no solamente no molesto, sino también agra– dable Si me equivoco al creer que el alma del homb. e
es inmortal, me equivoco a gusto, y no quiero que este error, que me deleito, se me desvanezca mientras viw
va Si una vez muerto no he de sentir nado <Como opinan algunos pequeños filósofos), no temo que los filósofos muertos se burlen de este error mío Aun
cuando no hayamos de ser inmortales, siempre seró
apetecible poro el hombre acabar o tiempo Porque la naturaleza tiene señalado una medido 01 vivir, como a todas las demás cosas Y la vejez es el término de lo vida, como el óltimo acto de una pieza dramático, del cual debemos evitar la fatiga sobre todo cuando se le agrega lo sociedad He aquí lo que tenía que decir acerco de lo vejez ¡Quieran los dioses que lle– guéis o ello, poro que podáis comprobar por experien-cia lo que habéis oído de mí. .
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