This is a SEO version of RC_1967_05_N80. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »ta lo que ha pasado y pide que le den la fue..a que hay
para perseguir al enemigo ya derrotado; pero nadie esta–
ba allí para pensar en combatir; la llegada y 105 gritos de aquel individu.o sembraron el pavor y fueron como la señal para pegar la estampida. Tan rápida e improvista
fué que varios ¡efes y muchísimos soldados no tuvieron
tiempo de tomar el tren, algunos resolvieren quedarse y
otros siguieron él los fugitivos á pié 6 á caballo, como pudieron. (1) Al ver lo que pasaba algunos partidarios de la revoluci6n, corrieron á la Cuesta y sobre el camino de Mateare á dar parte de lo ocurrido. Tan inesperado, tan inaudito era aquello, que no daban crédito á lo
que oían; por fin se convencieron de que era verdad,
procuraron organizar 5US fuerzas, hicieron regresar á
105 fugitivos y marcharon sobre Managua, completamen– te abandonada por el Gobierno y sus tropas. Era ya entrada la noche cuando ocupó la plaza el ejército revo– lucionario, fatigado, cansado y en desorden. Si en esos momentos hubiera llegado el General Montiel con sus
rameños, hace prisionero al eiército revo'uci~:)nario con
todo y sus ¡efes y pone término á la revoluci9"n que tan malas: consecuencias hg tenido para NicaraguQ y Hondu– ras
l
para la causa del progreso
l
de la justicia; del dere– cho y de la verdadera libertad; pero Montiel !¡iguió tam– bién á 105 que huían y se dió tiempo á 105 r~voluciona .. rios para tomar tranquila posesión de la capital, hacer llegar á ella sus elementos y reorganizarse para con– tinuar la campaña.
TRISTE DESENLACE DE LA REVOLUCION DE ABRIL
E
N Masaya hicieron alto los jefes conservadores con intención de reorganizarse allí para la resistencia, ocu.. p.ando sus posiciones de abril; pero la tropa no quiso detenerse y casi todg continuó su (omino hasfa Grana.. da, llevando consigo el desorden y el desaliento. Tan contagioso es el miedo, que pocos momentos después, la ciudad heróica'en '1lros tiempos y que llena de orgu– llo y de confianza cantaba sus glorias y llamaba á sus hiios al combate e~ ,presencia del enemigo, temblaba entonces comotímid6 cervatillo, y sin oponer resisten.. cia, se resigna~~ ed' sacrificio. El prefecto convocó á los principales vec_rhos para resolver lo que debería hacer... se en aquellas"; circunstancias. Muy pocos concurrieron,
y, de estos; apenas-uno diio que se debía resistir como se había resistido en 1854. Los dernás, tácitamente ex– presaron su opini6n contraria y acordaron que convenía esperar que lIeS¡:'5~n el Gobierno y 105 jefes del ejército
pa~a tomor una res'oluci611 definitiva. Mientras que esos pocos se reunícin y' deliberaban aunque con miedo, el resto de la población habla resuelto huir', miJchos nota– I)les huyeron inme~iatamel1te, y, si no hiJbiera sido el lago, quién sabe ~astci dónde habrían llegado muchos de 105 fugitivos de la Cuesta. Aquello era vergon%<>5o, hi",'iIIant\'. A.I lo reconocieron los que hciblan huIdo en él",3rimer momento:de pavor, sintieron vergüenza y re. gresar0n el siguiente día.
TAMPOCO EN MASAYA LA RESISTENCIA Las noticias que $e tenían de Masaya, eran poco tranquilizadoras. Las auloridades departamentales ha– blan huido, 105 amigos del Gobierno eran pocos y no .e les vela y 105 enemigos pululaban por todas partes, listos á pronunciarse por la revolución; la tropa continua. ba desbandándose, era imposible pensar 011I en la re– sistencia, y, en tan desgraciada situación, lo único posi– ble era lo que el Gobierno y 105 jefes militares acorda– ron hocer: continuar la retirada y tratar de reotgani:larse
t) Se dijo entonces, que don Gustavo Guzmá'l y Callos A Lacay6, liberales y amigog del General Zavala grita¡ban
en Palacio, que las fuelZas del gobielnó estaban derrotadas
y que los Ieotieses se acel caban a Managua, lo cual influyó en el General Zav~la y su gabinete para huir de Managua Fue tal el pánico ploducido en la capital; que el Director Gral. de Telégrafos, al levantarse de la cama a lag 12 del
día era su costumbre. . Fuá interpelado por su sirviente pre4
guntándoló .si iba a permanecer en Managua, pues todo el
Gobierno huía de la,. Capital. •A esa hora alisto sus inaletas
y se marchó para Granada.
en Granada. En la tarde del 26, hicieron su entrada en medio de un silencio sepulcral. En vez de disminuir, aumentá la consternación general. Se había llegado á los últimos atrincheramientos y desgrqciadamente no te..
nían defensores. l1abía mucha gen'e, ",,,cllos cañones, muchísimos rifles, pero no había alie.,to; .no ha~ía con.. fianza, no había valor y faltaba quien p"diera infundir t049 eso, se carecía de un jefe prq,tigiadoi! capaz de
re~ni.f tantísimos elementos dispe:rso~ y Qrga",izar la re.. sistencia. Nunca había tenido Granada tantos elemen– tos! ,Y, sin embargo, nunca habfa si~o más;" débil. Sin artncis se lanzó en abril contra el ~obierno' que supo... níqnfuerte en t~anagua y con León, en su ~avort á la
ret*g~ardia, y tres meses después, armadp; como no lo, fué nunca, con dos mil hombres en su ",cinto y con Rlv!$s y Matagol po, fieles á su causa "O
plJdo intentar
Id resi$fencia-. Hubo dos rouniones sucesivas ¡~on ése fin
l se, discuti6 bastante, 105 ánimos se acaloraron, se cruza... ron e)(presiones, acrecentó en los mil!tares, yo aun entre éstos y algunos paisanos eminentes, la división que se h6bía manifestado en Managua se hizo más profunda,
105 celos y rívalidades eran incurabl!ts, la desorganiza– ción era completa y apenas pudieron ponerse de acuer– do el1 que habla necesidad de capilular. Con ese objelo,
se envió á Managua una comisión, que s~. encontró en Masaya con otra que venía á hacer proPQsiciones de
I:I"eglo. Esto probó á ambos contendíentes'que recípro– camente se respetaban, se temían y s, ~ons~derabcm más
fuertes de lo que en realidad estaban; pero esa pruba sólo sirvió á 105 revolucionarios; los otros estaban im–
polenles por la división y la desconfl<,lnza y fué mucho
que no se despedazaran entre sr. '
EN MANAGUA LA JUNTA CON ZELAYA
DE PRESIDENTE
La junta nominal de la revoluci6n, de que hablé antes, Se había vuelto efectiva con la victoria, 105 miem– bros que se habían escondido se presentaron, tomaron posesión de sus puestos y se trasladaron á la capital en donde se instaló el Gobierno provisional, bajo la Presí– dencia del Gral. Zelaya, según lo que "ablan pactado en Momotombo al comenzar la campaña. Con esa junta trató la comisión de Granada y convinieron en unaS bases que creyeron aceptables para poner t'Írmino á la guerra. Esas bases fueron discutidas en Granada y se halló que algunas no podlan aceptarse. El presidente Zavala dijo que se dejarla cortar la mano antes que firmar aquello.
14
This is a SEO version of RC_1967_05_N80. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »