This is a SEO version of RC_1967_05_N80. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »El párrafo que de jo sub-rayado, me lo atribuye Ud a mí, pero ese es un falso testimonio
Lo que únicamente dije al ocuparme de los acon– tecimientos de 1844, en el númerO 27 de la GACETA, del año anterior, fue lo siguiente
"Después de Núñez fue ele'cto Director del Estado don Pablo Buitrago, a quien sucedió don Manuel Pé,ez Entonces la Dirección del Estado estaba se– parada de la Comandancia general El verdadero Director ero el Jefe de Armas El célebre Casto Fon– seta ejercía la Comandancia y disponia a su antojo de la sociedad La autoridad moral del Director no volía nada ante la soldadesco desenfrenada que rodea–
ba a Fonseco El militarismo estaba entronizado, se
atropellaba sin distinción a todos las ciudadanas y el descontento era general Pero los actos desautori– zados de Casto na se limitaban al Estado, sino que se extendían hasta los vecinos, al grado de atraer sobr", Nicaragua las armas del Salvador y Honduras Ma– lespin invadió el Estado y puso sitio a León Las des– contentos de Nicardgua aprovecharon la oportunidad que se les presentdba para poner término a lo opro– bioso dom inación de Casto Managua fue la prime– ra que se pronunció contra el, Gobierno, la secundó Masaya, Granada siguió la corriente revolucionaria y la 'sublevación fLle general Don Silvestre Selva se puso a la cabeza del movimiento y envió un agente a León con objeto de mediar entre el Gobierno y los in– vasores Las proposiclfilnes para un arreglo pacífico fueron desechadas por el Gobierno y entonces las fuerzas del Director provisorio apoyaron a Malespín hasta derribar a Pérez
No fueron, pues, los pueblos de Nicaragua los
qlle invadieron a León
r
sino que se prepararon para
·ecibir del invasor el poder de que tanto abusó Casto =onseca con daño de los nicaragüenses, cuyos dere– :hos había conculcado No vemos nosotros en ese ;uceso ningún motivo plausible que pueda alegarse :omo causa de enoja entre León y Granada, siendo así' jUe' lo mós importante de aquella ciudad coadyuvó
on sus esfuerzos al triunfo de (os invasores ll
Eso es muy diferente de lo que me atribuye Ud , , observe que allí, como al ocuparme de los hechos de 1824, lo que me propongo demostrar es que no hay nativo plausible que pueda alegarse como causa de
,naja entre León y Granada
Eso es lo que yo me proponía, eso es lo que
onvenío a mis miras, y no infamar la memoria de su
señor podre y concitar contra sus hijos y demás des– cendientes el odio de los nicaragüenses, como Ud gra– tuitamente dice ¿Por qué echa Ud en tan mala parte mis artículos? Por qué me atribuye tan daña– das intenciones? Qué antecedentes hay entre yo y su familia que pudiera autorizarle para juzgarme de ese modo? Y ya que Ud me atribuye esas intenciones, necesario es que me suponga algún objeto en mira, ¿y qué objeto, que mira podía yo tener con infamar la memoria de su señor padre y ofender a Ud. y su familia?
Si yo {alseaba la historia, presentando al Coronel
SClca~a de un modo desfavorable, sufrfa una equivo–
cación, y estaba Ud, en su derecho al rectificarme y presentar los hechos bajo su verdadero punto de vista, pero esto no le autorizaba poro hacer suposiciones in–
juriosus y atribuirme ruines intenciones
Reconozca Ud que ha sido cruel e injusto con–
migo, suponiéndome ruines intenciOnes y miras rastre~
ras al escribir, como escribí, con la mayor buena fe, unos pocos artículos de periódico
Yo siento mucho haber causado o Ud un disgus– to, pues sinceramente le estimo como a toda su fa–
milia
Ud debe creer, como le aseguré en mi carta anterior, que no he tenido la menor intención de ofender lo memoria de su padre, y seo dicho de poso, cuando escribí aquellos artículos, no sabía que don Crisanto era padre de Ud , ni que fuera mi tía abuelo
Referí algunos sucesos de aquellos tiempos en que figuró su padre, tal como me los contaban cuando yo era niño, y o/ referirlos escribí estas precisas pala– bras
liNo es nuestro ánimo escribir la historia, ni hacer
I ectificociones, sino servirnos de aquellas hechos his– tóricos que pintan, por decirlo así, el carócter de los partidos, revelando su naturaleza y sus tendencias
Quizá suframos algunas equivocaciones en la enume–
ración cronológico de los sucesos, porque descansan– do en las relaciones de algunos ancianos, es probable haya inexactitudes, pues no es fácil fijar con precisión la fecha de acontecim ientos lejanos no teniendo más datos que uno tradición embrollada".
Disimule Ud lo extenso que he sido, y crea que soy su afectísimo amigo y seguro servidor.
CARLOS SELVA
LA PRENSA MINISTERIAL
Siempre hemos sostenido que lo prensa ministe– 'al es nociva a losgobierno'i y muy provechosa a los artidos de oposición y a los cortesanos que tienen ecesidad de mecer el incensario
Basta refleccionar un poco sobre lo que es la rensa y lo que debe ser el gobierna de un país libre, ara convencerse de que éste no la necesita y de que 'luello no debe ponerse o su servicia Lo justifico– ón de los gobiernos está en sus propios actos y no
1 SUs palabras ni en las de sus cortesanos y serviles or más que se digo que un gobierno es bueno y que
sus actos son legales de nada serviró si todos los pue– blos estéln sintiendo que es malo y están viendo que sus procedimientos son atentatorios, Lo verdad se ha impuesto, lo opinión pública se ha formado ¿Cómo volver blanco lo que es negro y todos lo ven negro? Cómo hacer que lo verdad real y la verdad formol se cambien en virtud de unas cuantos palabras escritos por un adulador vendido al poder? Esa tiene lugar solamente en las pruebas de magia, el gobierno es oi– go real y serio y su buen o mal éxito no depende de la mayor o menor habilidad de un prestidigitador Lo
25
This is a SEO version of RC_1967_05_N80. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »