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« Previous Page Table of Contents Next Page »Timbucos y calandracas; paperones y crestones
Palabras que revelan la naturaleza y tendencia de aquellos a quienéS se refieren Esto es muy claro
para los que las conocen
1:.0 que hemos dicho de las abejas y culumucos,
se puede aplicar respectivamente a las otras denomi– naciones, que en nuestro concepto revelan la existen–
cia, no de dos partidos políticos, sino de dos categorías
sociales, basadas en la diferencia del bienestar ma– terial Esas dos categorias que al entrar en choque
toman con frecuencia diversos nombres¡ son formadas en Europa por los proletarias y los propietarios, pero hay entre ellas und diferencia esencial en cuanto a los medios de que s~ valen para mejorar su condición El proletario en ,Europa apela a las huelgas para ob– tener aumento de salario que remunere debidamente su trabajo y le facilite lo necesario para llenar sus nécesidades Entre nosotros, los desheredados (hay
excepciones por supuesto, de que después hablaremos) los desheredapos, decimos, apelan a la revolución como un medio eficaz para curar radicalmente el, mal La pobreza por una parte y la rivalidad entre los primeros pueblos de la Repúública por otra, son dos poderosos elementos que explotan algunos ambicio– sos para llegar al Poder A los unos halagan con promesas de empleos lucrativos o de otra clase según las circunstancias especiales de cada uno, sus inclina– ciones o aspiraciones, y a otros les lisonjean con des– truir o humillar al pueblo rival, o lo que todaví'a es
peol'¡ con la Venganza de sus injurias personares . No es esto decir, que en el otro bando no haya pobres, ni aspirantes a empleos honoríficos o lucrati–
vos En ambos bandos se encuentran hombres de todas las cijtegorías o posiciones sociales, en ambos
vemos honrgdos y zónganos, pobres y ricos, blancos,
negros; indios¡ zambos, mestizos y mulatos o cuarte– rones, pera hay una circunstancia esencidl y que ca– racteriza a los dos En el uno dominan los hombres que en todas p<:lrtes Son conocidos por sujetos de po– sición social;' y en el otro estón en minoría
La historia política de nuestros partidos nos pre– senta a cdcia momento ese vaiven contÍl1uo que forma lo que aquí se llama la política Desde la luchd de Cerda y Argüello vemos que nuestros hombres públi– cos se unen y se pelean por cualquier pretexto, verifi–
cándose la transiciones bruscamente o de la noche a
la malÍana
Una espalanza burlada, cualquier movimiento de amor plOpio, la remoción de un empleado, las in–
dicaciones de alguno desatendidas y otras cosas semejantes son poderosos motivos por los que unos cuantos que un día vemos al lado del bando domi– nante, se trasladan a la oposición y hacen la más cru– da guerra a aquellos mismos a quienes poco ha lla–
maban amigos.
También es muy frecuente ver a muchos de la
oposición, a los más exaltados tal vez, pasar a las
filas contrarias por enemistad con sus camaradas, por haber perdido la esperanza del triunfo, porque se les halaga con empleos y consideraciones o por el solo deseo de cambiar
No se crea que hacemos alusión ó individuo O
p"rcialidad alguno Las consideraciones que hace.
mas están basadas en la historia de nuestros sucesos y cie nuestros hombres públicÓs Cualquiera que ligeramente observe el movimiento politico de este pe· queño poís, encontrará abundantisimos ejemplos de
lo que nosotros aseveramos
Para nuestro propósito basta lo dicho Ello re– vela que aqui no hay partidos políticos propiamente tales y que las denominaciones de liberal y conserva– dor son tan ridículas como inexactas Además de los
hechos constantemente repetidos, tenemos en nues~
tro apoyo las declaraciones de los mismo~ :pro-hombres que más de una vez han formado alterndtivamente en ambos bandos Citaremos solamente al Doctor Jerez que ha sido considerado como Jefe del partido liberal l/En Nicaragud, dijo, de algún tiempo a esto parte todos nos decimos liberales Entonces, los par-tidos que nos dividan serán partidos de hecho". Si de sus palabras pasamos a sus actos, encon– traremos lo mismo En 54 era casi él Jefe de los denominados democráticos y en 57 forma con el G.neral más afortunado del partido legitimista la Jun– ta de Gobierno Mas tarde estos Jefes no están de acuerdo, Jerez hace causa común con los que antes llamaban con~ervadores, y Marlínez, el .General legi– timista, se apoya en los restos del antiguo partido de– mocrático hasta terminar su perí090 de maÍ\1do Al General Martínez sucedió Gu~mán Aquí' hay una nueva evolución Los qUe le a~pban de ele– gir le combaten, y los que se oponililO ¡¡¡ su élécción le sostienen Jerez, el desterrado cié 63; ~e une a su antiguo enemigo para derrocar al r'luevo Jefe del Poder Ejécutivo que le ha lIomado del déstierro Nótese q¡ie al hablar de Jerez y Martín?z no has referimos soJa a sus individualidades, sino que comprendemos
16S: partidos que ellos representan y de quienes han tórnado sus denominaciones ,';
A Guzmán sucedió el señor Cuadro. El partido que le acaba de elevar se divide y pÓ~' Ijna de esas in'i,:Onsecu€nció$ tan comunes. entre nosbtrós, se une una do esos fracciones 01 partido confra quie!1 com-batió durante largo tiempo '
Lo historia de esos cambios comprueba elocuen– temetne nuestros asertos de que na hay partidos
pdíticos, sino círcufos, agrupaCÍones más ó menos nu– m.erosas de hombres que quieren tomar participación en ~ las cosas públicas para coronar sus aspiraciones, los que tratan de ocultar bajo el manto de la políti–
ca (1)
IV
Como a nuestro juicio las cuestiones políticas están íntimamente enlazadas con las sociales, econó– micas y religiosas, tenqremos con frecuencia que
(1) NOTA -:,"Veinte años han trascurrido desde que fue es~rito csto Y
en e<lte ticmllO se han verificado cambios 1adicialca en el Gobielno, en lit, o;,lInizacin de loCl pa~¡¡do., y en sus cvolucioncs llOliticas El partido libe·
1al ha llr'¡::oadu nI lw:!el, J)\UCtnu <:cfinil su programa, tlatli de encarnarlo
en 1~1 lOciedad, tiende a g"o!JenWl confOl me a él y Jm iniciado las reformas
(~onVfJnicute>; en consonnncia con slm )Jrincipiofl eeendales Ha COlnellZll– du, .I11lC'>, una nueva ela política, qno} no~ aIJart.'\ de la rutina y debe He– VlllllOS hasta la puícHca reJ,ulal, pacífica y }lcrfecta dei Gobierno republi– cano deniocuitico El'! ba3tantc haber salidó de embriollario en que estába–
mos hace 20 alias y lanzarnoS resu~ltaméntc PÓF la senda de la verdadera Repüblica t
IOjalá haya pér~o¡evérancia y qM eón, PtUd~nCia y calimi se vaya-q verificando las, reformas que la nación, necesita. ,para lograr sin t)6tréplto
ni sacrificios (el progreso ú que todis ftSpirnmoo I
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