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« Previous Page Table of Contents Next Page »tenido por constituir su nacionalidad, conserva sus antiguos partidos: Güelfo y Gibelino, o partido de los
papas y de los emperadores
En Francig hay más variedad de bandos políticos, pero todos tienen su razón dé ser, todos están marca– dos por sus tendencias y aspiraciones diferentes Realistas o imperialistas, re'publicanos, y socialistas o republicanos fojas, todos revelan sus tendencias a constituir la Sociedad de un modo distinto y más per– fecto
1,..0 España tiene varios partidos monprquicos y además el republicano, el progresista etC, pero en me– dió de esa variedad y de la confusión que nosotros vemos en la situación actual de nuestra antigua ma– dre patria, se' ve la transición de la monarquia a la República democrática, se comprende la lucha deses– perada que, sostienen los partidos, unos por restauror la monarquía que representa las glorias de la nación y otros por consolidar la República, como la forma de Gobierno propia de los pueblos que tienen la concien– cia de sus derechos y la voluntad necesaria para ser libres (1)
En los Estados Unidos había el confederado o esclavista y el federal o abolicionista Los nombres definen c1ara'1)ente las tendencias de los partidos Hay actualmente el republicano y el demócrata Basta lo que hemos expuesto para conocer que en otros países, los partidos politicos son verdaderq– mente tales, tienen principios fijos, radicales, hácia los cuáles gravitan constantemente, las luchas que s()stienen son de un carácter más digno, llevan por punto objetivo la realización de un ideal que ellos creen fecundo en bienes para lo nación y muchas ve– ces para la humanidad; pero llsas luchas, si bien es verdad que muchás ocasiones son sangrientas, son casi
indispensables al verificarse la transición, al derrutn– bar el orden de cosas antiquo y levantar sobre sus rui– nas el que se ha creído mejor
. Nuestros partidos na' tienen ese Carácter que distingue a los de las pueblos de civilización más adul– ta Para justificar esa verda~ no necesitamos reca–
irer toda la historia de nuestras aberraciones políticas Na queremos se crea que hac~mos alusiones persona– les ni que tr<ltamos de recordar acontecimientos dolo– rosos, que sinceramente desearíamos barrar de la metnoria de, los pueblos
Liberal y conservador se han denominado últi– mamente los partidos que en Nicaragua se han dis– putado el poder; pero, si ajenos a las pasiones que llaman políticas, los examinamos can el escalpelo de la fría razón yola luz de una sana crítica, veremos que no hay rozón para esa diferente nomenclatura A nuestro juicio ni el uno ni el otro merece el nombre que se le da y del cual proceden las equivocaciones sucesivas, atribuyendo a cada una los principios que le son propios y que justamente le distingue en otras partes
¿ Dónde están aquí esos antiguos principios, esos principios, tradicionales, que son la vida, que son el almo del partido conservador?
¿ Dónde están aquí esos demócratas representan-
(I} ~OTA-E'itQ rué escrito en lS'l4..
tes del progreso indefinido de los pueblos, esos amigos de la humanidad?
Nosotros no los veas, no los podemos ver, y no los podemos ver porque no existen¡ porque son crea~
ciones fantásticas de imaginaciones calenturientas
Nosotros hetnos visto al llamado partido /iberal en el
poder íntimamente aliado con el clero, gobernar con
entero olvido de las doctrinas democráticas
Vernos también al partido conservador en el po–
der, y no vemos cambiar nada en nuestra sociedad Las mismas instituciones políticas, el mismo sistema económico proteccionista y de monopolios! el mismo
sistema administrativo, silve a los dos partidos Nin– guno es partidario de la libértad religiosa, porque am– bos son igualmente fanáticos Ninguno ha operado la reforma económica porque profesan los mismos
principios económicos, o más bien no tienen ningunos
principios La abolición de la esclavitud se debe a ambos, la institución del jurado a ambos Los dos partidos hacen lo mismo cuando están en el Poder, con la diferencia de que el liberal solo lo es con sus
amigos, y el conservador da garantías a todos
Vemos, pues, que nuestros partidos no tienen
ideas ni principios diferentes y por consiguiente no tie– nen razón de ser políticamente hablando, y debemos J;>uscar en otra parte la razón de su existencia
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Ya que según hemos visto no hay divergencia radiGé! en ideas y principios entre nuestros partidos,
busquemos en lo historia su origen, su carácteir y
tendencias
León, cama copita! de la provincia era la resi– denCia de las autOridades españolas y de los principa– íés realistas de Nicaragua
. Granada adquirió mucha importancia por su posidón a orillas de! (;ran La!lO cuando las depreda– ciones de los piratas que infestaron el Pcicífico, obli– garon oí comercio de Centro América a pasar por el I'ío San Juan El espíritu mercantil que hace actives y emprendedores a los hotnbres, dominaba en Gra– nada, la que desde el si!llo XVI empezó a revelar sus
tendencias separatistas, 'provocando uno agitación en
la provincia con motivD de las ordenanzas que prohi– bían el cultivo de la viña, el moral, el olivo, el lino y la cria de ganado lanar Pero este movimiento liberal fue sofocado por las autoridades de León, erigiendo desde entonces el presidio de San Carlos
De este modo las dos principales ciudades de la provincia se hallaban en antagonismo La una que– ría libertad industrial y mercantil y la otra sosten fa el sistema prohibitivo que era esencial en el régimen co– lonial
Cuando se supo
('n Nicaragua la deposición de Fernando V¡'¡ y que a consecuencia de ella varias
provincias americanas habían lanzado el grito de in–
dependencia, se formó un partido que deseaba la independencia absoluta Granada fue el teatro de sediciones frecuentes contra la dominación española, y las tropas de León marchaban a sofocarlas. Está muy vivo el recuerdo de la sedición que dió por resul-
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