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« Previous Page Table of Contents Next Page »m:~r$e, es huir al retiro en donde sólo nos acompañan los insectos que zvmbando se qgitan en el aire de nues– tra habitación. Las personas como Carlos Selva, 105 se~
res de un carácter como el s~yo, no pueden nunca, si otros. ,de. distinta naturaleza lo consiguen, esquivarse a la misantropía que les acomete, cuando yo bajan tomo él la pendiente de la vida. Selva tiene horas en que se pone alegre como un chiquillo; y conocido cuanto es de iluminado, bien se explica que por ratos, sienta re~
lampaguear en su sistema bienandanzas fantá~ticas que lo .enajenan
SU VOLUBILIDAD
De acuerdo con su heredada volubilidad, Carlos Sel– va no tiene ideas fiias sobre 105 sistemas gubernativos que InQs c~nviél1en el los pueblos. Acaso en el fondo de él late el demócrata, pero no surge a lu superficie
compl~tc;lI'liente convencido¡ y aunque en teoría se afana
por demostrar qoe lo está y autentica con energía su amor hada todas las libertades, cuando se le sondea, cuando· se ve tJOS él en la vida de la amistad, en el íntimo camino del hogt'lr, se ve ct Selva ser tan vario en
5US rélociones que no es loro el enc.onlrtule converndo una ~oñana. en nihilisla y
(1 la siguiente o en la tarde del mismo día, hecho un retrógrado, que se pondría un es– capo'ário 50bre el pecho Con frecuencia he oído a Sel
M
va hablar en esio!; términos sobre el tlbsolutismo: ¿qué?
1105 ha dicho, un Czar de Rusia, un Sultán de Turquítl,
un Shah de Persia, son figuras magníficasi nada fienen de vulgares; mandan por derecho divino y osi el pueblo piensa menos en locora!i; sabe que no hay poesto para él sobre aquellos tronos, y se est6 quieto} vive en su trabaio, y es feliz. "Por ventura es así en otros países donde todos tienen derecho a 'ter siempre con un 010 lus alturas del 'poder, o donde ca cualquier dOdf.:tdano le es posible llegar? Con ."cepción de los Estados Unidos, ningóna aIra república ha podido progresar.· De lels Ie,–
tinoamericanas ya no hoblemo5i son puras falsificacio–
l1es, y n mí no me gustan tas falsificaciotles. Nuestros Estadilos estéln pidiendo li",osn"s a lodo el ",uneJo; )0
que inspiran es f6stil1"J('J. Chilo,' '·a
Argenth1o, pues, son
nad;a.' Si no fuero p·or los ita.litmos, Buen~s. Aires serlO
una·'aldea. Ahora, ¿Que ha ~¡do de Sui¡ia?llélgica con su mona\'quía C0115Htucional, ~!itá más fior~ciente, hace
más ruido en el mundo, tiene más influencia en los pro .. ble"' ' 's sociales de la EuroPQ. Se la ve m6s, mucho
nlás~ Los cantones estan (omo paralizados entre una
comática somnolencia. Yo no veo el progreso de Suiza, si lo :SO(O C'1 estudiarlo.en parangón con iriS necesidades del siglo y ton 105 sentimientos y adelantos de esta mis .. ma época en que todo so revoluciona Y Frcmcia con scr Francia cunnto hn perdido desde que cayó el1 manos de la República; su población ha disminuído y una co– rrupción social, la más espantosa del siglo, la está mo.~
tanda. De Luis XIV a Félix Faure, qué diferencia. Aque– llo sí era grande¡ esto es pigmeo. Es preciso, amigo, nos siguió diciendo Selva, que todos aspiremos a tener Czar, un Sultéln o un Shah.
Mueho fue nuestro asombro cuando poco después oíamos a SelvCI docirnos: ¿sobe usted que echando mis cálculos he venido ti parar en lo cierto? Estoy conven.. cido cle que lo mejor pcna 105 países, sin duda clgun~,
es el gobierno monárquico constitucional. Vea usted a Inglalerar. Allí está la copa. No h(lY cuestión. Qué libertad la de la prensa; qué seguridad la del individuo. E5 donde yo me iríQ a vivir, si pudiera; a la islita ésa.
Allí no hay tiroL:mía de ninguna espacie. Ser súbcJii'o del monOTea inglés, es ser tan monarca como él mismo. Los Estados Unidos se quedan muy atrás. Los alernonGs son esclavos de un régimen militar autoritario; en la Grtm Bre– taña
Q m.ldie le ponen un rifla al hombro, si no lo quiere l1evor Y bien ¿qué cree usted sobre lo que- pienso? Después de es10s dos ~i$~Ur50S, tOil distintos el uno del oiro, Carlos Selva hQc~ un cuarto de conversión y
se torna republicano, dentócrafa. Todo esto en menos
de veinticuatro horas. Ah, nos dice, es preciso admirar a ese pueblo en donde nClció el leñador Lineoln Vea usfed, agregó, señalándonos a un pobre vendedor de
zCJcate, que montado en su mul41 pasaba cerGa de nos– otros todo filoiado por la nuvia; ése, ése, e:xclcunaba Selva entusiasmado, pueda ser presidente; me quedo ccn la república, repetía; la igualdad, la liberlad, la frater. nidt1cl; y tll llegar aquí se habla quilado el sombrero
y gestkulaba saHsfecho de haber dado en el clavo, se– gún él, lo que mcís debía contribuir a la comodidad
humana.
ANGUSTIADO Y ALCOHOLICO
Antes de estudiar a Selva como literato y como dia– risto, hobloremos sobre dos circunstancics que se agregan como sombras la cuadro ele su
figura. ~a primera provie– ne tomo duro consecuencia de una gran contrariedt:1d, la cut11 hemos hecho notar al principio de esta semblanza,
y ,omo efecto lógico de su mala educación. Lo segunda nube que el,tolda el cuadro donde se destaca la persona– Udod de Selva, es '" acusac.ión de una falta ficticia que se la enroja, y de la cual nosotros vamos a defenderlo Cuando se siente conturbado por el tropel de sus ambiciones de~e,has al soplo de la 5J.;1erte; cuando se pre– sentan
(1 su memorio las dichas que él soñó en el pasado,
y sólo ve los sepulcros en donde yacen enterrados¡ cuan~
do el fastidio le oprime¡ cuando su grCln inteligencia se queda como eclipsada en medio de tantas nieblas, él no
tleno la suficiente fuerza de voluntad para imponerse a sus angustias, y entonces acude para calmarles al abuso
del ricor.
Cuán triste es verle entences, y sin embargo cuán admirable rescllla su poder ¡nleleclua!. En lanlO que .Il
masa corpórea presenta el aspecto mós desgraciado ima– ginable, cu"ndo su lengua doblemente afectada por la torpeza que el c;deohol le ocasiona y por una mala con– formación física, casi no pu~de articular ni una polab".
(on c!crridacl¡ cuando su mano trémula escribe una letra de cHficil traducción, admira ver 10fi pensamientos de Carlos Selvo, y entusklsma su fecundidad. Muchos de sus principales tlt1baios literarios han brotado en su ro– busto ingenio, estando el autor de esos panfletos en un esfado de impotencia física casi completa. Polémicas
enteras en 105 qua ha salido victorioso, han sido sosteni– das por él en condiciones en que apenas se sospecha que pueda quedc;fr un átomo de razón en el c:erebro. Pe.. ro c:mnque así sea; aunque veamos que cabezas privile– giadas sostienen el brillo de su fama, aun en medio de las sombras que c¡¡cundan a un ebrio, no debe semejan–
te circunstancia parecernos una atenuante parn quien se
t::noio sin miramiento alguno por un comino reprobt1do Ni excusan tampoco esos trastornos voluntarios, despe.. chos ni desengaños, ni aburrimientos de la vida. En taJ caso, si el corazón se siente débil para sobrellevar esas cargas, que SOl haga U50 de un poco de valor y que se acabe fado con el suicidio que a lo menos acreditará
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