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contrajo hasta alcanzar su tamaño y grado de solidez actuales El difuso protoplaneta del cual surgiQ, puede haber tenido cien veces más material, que in– tegrado por gases ligeros y sometido a violentas reac– ciones, escapó al espacio. Sólo después de este período comienza nuestro archiva geológico, y estima– mos la edad de la Tierra desde esa época La edad del universo se calcula observando la velocidad con que las estrellas se van distanciando unas de otras. Al alejarse, su luz cambia a la máxima longitud de onda (el rojo), así como el silbato de un tren va ba– jando de tono al alejarse Partiendo de este aleja– miento de las estrellas podemos calcular el tiempo transcurrido desde la época en que estaban más próxi–

mas entre sí.

Un observador marciano na podría observar en detalle el trazado de nuestras costas. Sin embargo, le llamarla la atención la curiosa asimetría del plane– ta, donde el agua aparece como la imagen de las tie–

rras en un espejo Distinguiría cuatro continentes,

la forma dominante de tres zonas terrestres en forma de pétalos que se extienden desde el hemisferio norte -las Américas, Europa-Africa y Asia-Australasia- y

sus extremos que señolan, aunque sin tocarlo, el cuar–

to continente, la Antártida. Diametralmente opues– tos a esas tierras vería los océanos correspondientes el Artico, opuesto al continente antártico; el Padfico, opuesto a Europa-Africa, el Indico, opuesto a las

Américas, y el Atlántico, opuesto a Asia-Australasia También los vería en forma de pétalos que, comenzan– dó en el hemisferio sur, dirigen sus extremos puntia– gudos hacia el océano Artico

La formación de los continentes y las cuencas oceánicas ha sido explicada por un lento fenómeno de

convección, es decir, por el ascenso de la materia can–

dente y la inmersión de la materia relativamente fría,

en enormes "anillos" formados por materias semi–

plásticas. situadas bajo la corteza terrestre Los con– tinentes se habrían formado am. donde dos de esos "anillos" gigantescos se tocaban y las aleadas de ma– teria convergíqn hacia sus bordes cada vez más levan– todos A su vez, las cuencas oceánicas se habrían formado en el centro de los anillos, donde la conver– gencia de la materia hacia' los bordes iba dejando un h'ieco Ello significaría que a lo largo de las eras geológicas, los continentes fueron creciendo mientras las cuencas oceánicas se profundizaban. Midiendo la alteracián de las sustancias radiactivas, que se van convirtiendo en sustancias estables (método que per– mite calcular en cuatro billones y medio de años la edad de la Tierra) vemos que las rocas más antiguas se encuentran generalmente en el centro de los conti– nentes, lo que confirma la idea del crecimiento pro– gresivo en los bordes, y de que las cuencas oceánicas

son mós "jóvenes" que las masas continentales

LAS OLAS ACUNARON LA PRIMERA VIDA

Los resultados de este lento proceso fueron

cuatro continentes y cuatro grandes océanos· cuatro

regiones donde los anillos de material plástico caliente convergieron y formaron las capas superficiales de los continentes, y cuatro centros donde la corriente de dispersión de la materia socavó las depresiones oceá– nicos Esta simple hipótesis puede ser el comienzo de una explicación de la curiosa oposición que se ad–

vierte en lo ~istribución de nuestros tierros y nuestros

mares

Una de las preguntas por resolver es si el agua y la atmósfera se formaron antes de la consolidación geológica del globo, o si fueron naciendo lenta·mente b trovés del tiempo En favor del crecimiento lento de los océanos está el hecho de que el flujo c;Ie agua pro– cedente de manantiales volcánics es aún más que su– ficiente para haber llenado los océanos a lo largo de los eras geológicas En dilatadas zonas del Océano Pacifico hay atolones de coral y montañas marinas cu– ys cimas achatadas están muy por debá;o del nivel marino actual Esto sólo puede haber aconteCi.:lo por un ahondamiento del fonda oceánico sobre el cual se proyectan, ya sea debida a una convección interna o por el aumento del volumen de agua en las cuencas oceánicas, y más probablemente por ambas causas a la vez Parte de ese ahondamiento parece haberse

e~ectuado en los iJltimos cien millones de añoS, y quJ– za \lna ,cl,(arta parte del volumen de todos los oc~anos

ha sido corno exprimida y prqyettadd hdcia afuera por las presiones internas determinadas por ese ahonda– miento Si la actividad interna que qcasiona este au– mento de agua continúa, en los próximos ~ien millones de años el planeta quedará cubierto por las aguas Para explicor la vida en el mar tenemos que com– prender su origen, su evolución, y la relaGión total del ciclo que va de la luz solar y los elementos "nutrien– tes" a las plantas, de ellas a los animales herbívoros,

de éstos a los carnívoros, paro regresor otra vez o los

sustancias nutrientes por obra de las bacterias También debemos comprender Jo relación exis– tente entre la vida marina y las aves y animales terrestres, incluyendo al mós predatorio de ellos el hombre

La vida comenzó en los qcéanos y

continuó en ellas mucho antes de que existiera en el aire o en la tierra Todas las grandes formas de la vida terrestre

encuentran en los océanos sus primeros antecesores

Pero como el océano desempeña en la vidQ la misma función que en nuestros climas, es decir, el efecto de un volante regulador que impíde ,~ cambios demasia– do rápidos o marcados, el desarrollo de nuevas espe– cies na ha sido en él tan intenso como en la tierra, y más lenta su proporción evolutiva. La vida ha exis– tida en el agua del mar mucho antes que en cualquier otra parte, y los océanos son mucha más grandes que

los tierras firmes, sin embargo, sólo un veinte por cien–

to de las especies aCtualmente vivas se encuentran en ellos La proporción eVdl\ltiYQ es más rápida en la

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