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« Previous Page Table of Contents Next Page »En la desembocadura del San Juan, en el Caribe, y en la llamado Borra del Colorado, los tiburones son más feroces y abundantes. Allí tienen sus nidos los de
especies marítimas y ofrecen a la vista un singular es..
pectáculo: 01 formarse la ola del mor con lo confluencia
del río, se les ve aleteando desesperadamente en la
arena del fondo. Lo hembra tiene fama de ser todavía
mas feroz y porque le gusta verse tinta en sangre, en
Nicaragua la llaman uTintorera".
Aquel sitio es lo entrado de los pequeñas barcos que hocen el tráfico de lo Costo Atlántico con los puer– tos interiores del lago. Por lo vio del rio los tiburones
Un antiguo método indígeIJa de coger sardi– nas en el Lago de Managua eS poniendo' redes detrás de ramas. colocadas en el agua.
del mc¡r siguen o la embarcoci6n por uno y otro costado con la e5peranza de que zozobre, ha5ta el' raudal de Mochuca, que le5 impide continuar; de allí en adelante, la 5eg~nda parte de la lornada, hasta llegar a puerto, cOIre5ponde a 105. tiburone5 del lago.
El tiburón nicaragüense es 5l1endoso. Por eso ama los reman505 de las orilla5 del Son Juan. Co~ la prime– ro aleto dorsal de fuera y confundlénd05e con la flor
acuática, merodea a flor de agua eligiendo los peces
que melar le alimentan y evadiendo el golpe de 105 0105. Nado le perturbo tonto como el ruido de los piques de modera y el de las troza5 01 caer rodando en lo corrien–
te. Los campesinos que tienen que cruzar 01 ,io con su caballo, para ir a su plantio de bananos, se persignan
primero. Luego atan el caballo 01 extremo del bote y
emprenden el cruce golpeando con remo los costados de la canoa que resuena como trombón deba(o del agua Generalmente acompañan este sonido con toda suerte de imprecaciones, con las cuales pretenden amedrentar a' los tiburones. Sea como fuere, el hecho es que sola– mente de este modo se consigue que el caballo llegue, sano y salvo, a la otra orilla.
Por los madrugadas de marzo, abril y moyo la pes–
ca es abuncfantísima. Especialmente se prefiere hacerla en 1(1 emboc~dura del río y de ciertas zonas que 50.n
de las mós húmeda5 del continenie americano. En 105 vegetaclone5 de la orilla lamó5 penetraia luz del 501.
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Llueve todos los días sin cesar y la precipitación anual es de 650 centímetros. La Oficina Geodésica Interameri.. cana mantiene cerca de Bluefields una estación para re.. coger datos sobre las mareas.
El pescador puede garantizar aquí un tiburón de dos metros cada cinco minutos con solo 170 gramos de carnada. Pero, desde el instante en que ha picado hasta el momento de sacar la presa se traba una bata– lla de horas y hay que internarse kilómetros adentro, con ancla levantada, para no romper la cuelda, mien';" tras el tiburón arrastra el bote Cuando se le arponea la costumbre es sujetar el extremo de la cuerda a una
boya que 5e dejo flotar liberemente hasta que el pez
se cansa y se desanfJra En Nicaragua se mata el tibu .. rón para impedir su daño más que para beneficiarse de sus productos. Hace poco, ,el Municipio de Grana– de:-, puerto principal del lago, puso precio a la cabeza de Itiburón, como si tratara de malhechores prófugos. La voracidad había llegado
(1 tal extremo qua en UI1
solo día, un mismo tiburón atacó a tres bañistas en la
playa.
Son muy pocas las gentes que en NicaroguCf se dedican
(1 lo pesca del tiburón con el aparejo necesario y la manera adecuada para no dañar la piel debido a que, como se dijo anteriormente, no se mata con fines comerciales,
Los pescadores da oficio, sin embargo, ocupan las espinas para fabricar agujas. Do la piel hacen sus za– patos; se alimentan de su ccerne y preparan una sopa especial, entresacando de las aletas 105 nervios que CO~
cinan en lech,e de coco. Lq5 desperdicios los venden ge–
neralmente
(1 las pequeñas industrias de ¡abón. De an– tiS.uo asoleaban los hígado"s durante varios días. Cuan... do estaban putrefactos 105 freían para obtener un es– cas.o rendimiento de (lcaita que, impuro y fétido, se em..
pleaba como lubricante de carreta5. La gente observó
que los perros, con la ayuda de sus patas ~elanteras,
abrían el vientre de 105 tibur,ones recié'l pescados y 5~
comían 10$ hígados. De flacos y enfermizps se volvían
gordos y 5anos. Desde en!onces 5e present6 la deman,– da. En la actualidad c\lcinan el hígado al vapor, o
echan 10$ hígados en una caneca o tambor de hierro puesta sobre un fuego abierto con unos quince centí.. metros de agua Cf fin de que el aceite no salga obscurQ
y no se agríe. Los comerciantes chinos solían exportar las aletas. Pero el producto sintético de la postguerra
y las vitaminas qua llegaron a substituir los aceites de hígado terminaron con la industria pesquera del tiburón, aun en la rudimentaria forma de Nicaragua.
y el tiburón nicaragüense, terror dG los demás pe– ces de esta región de lagos dulces y tibios y de los mo.. radares dé sus playas, solo tiene que temer, de vez en cuando, que le invada su reino la visita de un Louis Morden, del National Geographic Mogazino; la de un pez, llamado Barocutn que, siendo más pequeño, lo vi"ene o perseguir al interior, desde las costas del Atlán– tico, y In del "Mosquito", un indio, con mezcla de ne– gro, también de aquella costa, insigne nadador, elogia...
d~ por todos 105 piratas y que desnudo, sin otra cosa que un afilado cuchillo entre 10$ dientes, cruza ileso
entre las aleta5 de los fiera5. De allí que en Nicaragua se digo, que 01 tíburón solo I,e gU~5ta la carne blanca.
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