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« Previous Page Table of Contents Next Page »UN ESTUDIO FOTOGRAFICO... a 30 metros de profundidad. Este despliegue
técnico es posible gracias al perfeccionamiento de las cámaras, del equipo
eléctrico, y de las escafandras autónomas.
Dispondrá así de mayores
recursos que los de sus pro
H
pios sentidos, puesto que po–
drá orientar la cámara en
cualquier dirección, y las imáH
genes se reproducirán en una
pantalla en el interior de la
cabina Si ve una roca inte– resante, una garra a manera
de mano podrá golpear con un martillo de geólogo y ex–
traer una muestra Si ve un
pez, podrá capturarlo con una red Si observa peque–
ñas crestas y sedimentos! po–
drá fatografiarlos y medirlos Dirigido por un investigador experimentado, el batiscafo
recogerá un número de infor– maciones infinitamente mayor que cualquier instrumento
enviado desde la superficie
Cuando descendamos a esas grandes profundidades,' tendremos que protegernos
contra la enorme presión ex– terior mediante una cabina
hermética que mantenga la presión normal de 1,033 kilos por centímetro cuadrado Los animales adaptados a la os– curidad abisal yola presión de una masa de agua de
11 000 metros de altura, mueren cuando son captura– dos por redes y subidos a la superficie, ya que no pue– den resistir el cambio de presión
Pero con ayuda del batiscafo se los apresará y
colocara en recipientes que los mantendrán a su pre– sión, temperatura y oscuridad normales, a fin de sa–
carlos vivos a la superficie para ser estudiados luego en acuarios especialmente destinados a reproducir las condiciones físicas que les son propias y en las cuales podrán reproducirse.
Esos pequeños batiscafos para aguas profundas serán lanzados y recobrados por buques madres El buque estará en la superficie, pero más tarde veremos submarinos de aguas profundas que harán las veces de buque madre para pequeños batiscafos exploradores, que saldrán en busca de datos y retornarán luego a su base
Estos nuevos medios, permitirán un conocimiento
global de la fauna y la flora oceánicas Aún no con– tamos con ellos, ni tampoco disponemos de acuarios lo bastante grandes como para observar las inter– reacciones de los conjuntos biológicos oceánicos. Pe–
ro un día tendremos enormes "oceanarios", donde
aprenderemos por qué ciertos peces efectúan migracio–
nes verticales u horizontales, cómo se orientan para navegar, cómo los animales que viven a diez kilómetros
de profundidad generan su propia luz y soportan enor–
mes presiones
Estamos en vísperas de contar con todos los ins–
trumentos y materiales necesarios para esas investiga– ciones No sé si optaremos por recoger muestras
oceánicas y colocarlas en tanques plásticos situados en tierra firme, donde podamos controlar la tempera– tura, la presión, los elementos nutrientes y demás fac–
tores de la vida marina, o si construiremos "casas"
plásticas en el fondo del mar, donde podamos observar los organismos en su propio medio Probablemente haremos ambas cosas.
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