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o 200 metros de altura sobre el nivel del agua y consis· te de andesita de mico y horblenda.

Al sur de Coatepeque se halla el Cerro Allo o Tuil,– tepec de forma redondeada y de 950 m de altura abso– luta, 140 relativa Es probablemente de origen volcá–

nico; pero (JI subirlo encontré ni cróter ni rocas.

Al SO del maar se levanta el volcán gemelo de Cerro Chino (1310 m.) y San Marcelino (1285 m) 'El primero que queda al SO presenta un cráter bien con· servado de 100 m de diámetro y 25 de profundidad de– baio de la parte más baja de la circunvalación o 5? debajo de su culminClción. El San Marcellno tiene al. NE los restos de un cráter de pOCCl profundidad, pero de 800 m de diámetro De allá se derramá hacia ,iI E el gran campo de lava muy fresca de Teixcal, el cual se– gún los estudios de Jorge Lardé debe ser prehistórico no

obstante su aspecto tan fresco A lo menos no hay

documento histórico que hable de su formación El So!,

M:!rcelino se compone de andesitas de PYloxeno y

basaltos de feldespotho.

Al SSE del San.!a Ana se extiende una pequeña planicie lel Plan de los Colderones 1850 m. en la ha– cienda de las Brumas) y al otro lado de la misma se levanta el Cerro Verde (Cuilotal, Cerro d,,1 Jicote, Madre el,,1 Volcán) 2067 m Dos pequeñas planicies en el mis–

mo ("Plan del Cerro") se p!Jcdcn tolvez considerar corno tastos de cróteres. lo roca es andesita de pyroxeno

con olivino y hYI>e"theno. En la falda SE se observan dos cerritos de unos 30 m de altura relativa (Cerros del Conolal y del Astillero), que probablemente son parási– tos; pero ya no se muestran formas Indudablemente vol– cánicas

En la falda meridional del Santa Ana se ha forma– do en los tiempos históricos el célebre volcán de Izalco Iconforme a los estudios detenidos de Jorge Lardé apro– ximadamente a principios ,del siglo XVII-?)

Cuando en ló37 pasó por Ahuachapán el violero

inglés Tomás Gage, se enc;ontr6 en la vecindod un sitio,

que los Españoles Clcian ~er una de las bocas del in–

fierno Dice el viajero: "De allí sale co.ntínuamente un huma negro y espeso que huele a azufre, y llamaradas de fuego de tiemp9 en tiempo; la tierra de donde este humo sale está baja, y nadie ha podido acercarse jo·

mós"

Aunque no eXiste indicación de la posición exacta de aquel hoyo, cree el Señor Lardé que haya sido en lugar del Izalco actual, y que este volcán se encontraba entonces en estado embryonal Pero la distancia, que illdica Gage, dIfiere tanto de lo verdadera, que no pue– de ser, sino hay que suponer, que se tratqbQ de uno de los Au.ol". vecinos a Ahuachapán.

En las faldas 'del Sanla Ana y según lo opini6n de Lardé por el punto, en que se formó después el volc6n de baleo, salió el 12 de marzo de 1722 una corriente do lava. mientras que al mismo tiempo fuertes lluvias de cenizas dañaron mucho las mozorcas de cacao, como COnsta en un legajo de la 'Alcaldía Mayor de Sonsonate (J Lardé, El Volcán de Izalco, S Salvador 1923, pág 76).

En 1753 el baleo todavía no se presentaba neta· mente cama volcán distinto del Volc6n de Fuego de San– ta Ana (Lardé, 1. c. pág. 78).

El licenciado Don Antonio Ipiña según Santiago J:

Barbarena dice en su "Estadística del deportamento de Sonsonate 1865", que en 17ó2, "apareci6 el volcán de lzglco, haciemJo ,su~ primeras erupciones, pero ton sua·

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ves, q1.!e ningún pueblo se alarmó. Tres años después (1765) produjo grandes lemblores, resultados de una gran erupción y posteriormente han habido otros, pero pequenos y sin consecuencias deplorables" Pero Lar· dé agrega, que no ha visto tal relaci6n en lo que cono– ce impreso de Ipiña

El volcón de Izalco era en aquella época "una roca órida notablemente realzada", de la cual "contínuamen· te salia humo" antes de la erupción fuerte de 23 de fe– brero de 1770 En aquello fecha se abrió la tierra, arro– jl.lndo eh seguida una gran corriente de lava y masas

de es.cqrias, piedras y cenizas, fOlmándose un COnO.

Conforme a Karl van Seebach en 1783 Ijulio?) se abri6 después de fuertes retumbos y temblores lo tierra cerca de Muxcúa y produjo una corriente lávico de gran· des dimensiones

El 29' de Marzo de 1793 hubo una erupci6n explo– sivo y efusivo fuerte y en seguida el volcán continuaba activo por muchos años ofreciendo muchas explosiones dUlan1e el día; alcanzó la aclividad de vez en cuando dimensiones extraoldinoricJs v gr. en 1798 (erupción de escorias grande)

En 1830 se verificó una erupción de cenizas consi– rlClable

En enero de 1840 J Stephens ha podido ver perfec– tamente desde el Plan de los Calderones los 3 cráteres

del (zalco, que quedclbcm entonces más abajo Uno era

inactivo, el segundo exhaló c.ontínuamente humo azul,

el tercero 1enía cada 5 minutos erupciones: se oyó prime–

10 el' el interior truenos sordos, en seguida se levantó vapor azul y luego humo negro y espeso en torbellinos mode(cldos; la claridad del luego interior iluminaba 010–

InE:ntón~amen1e la columna de cenizas y una lluvia de piedras y cenizas obscureció el aire

En 1842 los intérvalcs eran mucho más iargos y menos regulares, 20 o 50 erupciones en 24 horas En

cclubre de 1844 halló Dunlop un período regular de 16 minutos y 3 segundos I!), Poco antes (junio y julio de 1844) había ocun ido una el upción más fuerte y el derra– me de uno gran corriente de lava al sur En 1850 las erupc:one:s se siguieron cada 3 minutos; en mayo de 1854 las observaron Wagner y Scherzer cada 5 a 10 minutos; la forma del cerro habia cambiado por la for– mación de dos pocas

~n 1856 el Iza leo estaba activo fuertemente de 24 a 29 de Mayo; el 14 de agosto se oyelon ruidos exlla– oldinorios¡ el 16 del mism<;J mes reventó el cráter y re– sultó un gran derrumbe hacia el Santa Ana; el 18 hasta 30 se derram6 lava desde un cráter, que se había for– mado a media altura al Sur y ocurrió una fuerte lluvia

de c~niza~, de manera que en Fayuga se quebraron ra–

fI'lc~ de órbc!es a conse,cuencio del peso de lo cenizo Se disminuy6 la altura del cen o

En 1859 las pequeñas erupciones se repitieron ca· cla 10 a 12 minutos En el mismo año y en enero de 1860 erupción mayor con derrame de lava hacia el Río de Cenizas desde el portezuelo entre el Sonia Ana y el Izalco.

Una pequeña corriente de lava bajó en 1863 en la falda meridional del cerro. A mediados de mayo de 1864 sali6 del cróter del Izalco una corriente de lava ha. cia NE, que al pie del cerro fué arumadQ y endureció En la noche del 18 de mayo corría otra lava hocia NE, dividiéndose después en tres ramos 'distintos de consi– derables dimensiones (varias ~il6rnetiosr En las noches del 19 a 21 de Mayo se verificqrpn vqiiqs explQsiones

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