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« Previous Page Table of Contents Next Page »estudia el mundo animal de las islas oceamcas es la docilidad de muchos animales frente al hombre. Pue– de uno acercarse por ejemplo a pájaros cantores sin que levanten vuelo. Una especie de gansos en las Islas Malvinas era a tal punto innatamente dócil que a pesar de la persecución del hombre no desarrolló temor al hombre. Como se cuenta de un pájaro cantor, el estorhino de golondrina del Archipiélago de Bismarck, estos animales ni siquiera emprenden vuelo si uno de ellos es muerto de una pedrada o un tiro de fusil. Hasta la llegada del hombre estos animales habrán vivida en un estado verdaderamente paradi– siaca No tenían ehemigos rapaces que amenazaban su vida Nunca tenían necesidad de huir. Por esto tal vez sean seres que no conocen el miedo Desgra– ciadamente poro muchas de estas especies de anima– les los condiciones de vida empeoraron rápidamente con lo llegado del hombre y sus sucesores culturales (perros, gatos, rotas, gorriones) Los animales sin ca– pacidad de fuga no están o lo altura de enfrentar la dura lucha por la existencia y muchos ya se han ex– tinguido
El hecho de que los animales mansos de naci– miento casi sólo se encuentran en pequeñas islas oceánicas pero nunca en los grandes continentes se
deb~ a que en las islas pequeñas no hay animales ra– paces de tierra de tamaño considerable porque no pueden subsistir allí por la falta de alimentos y la escasez de terreno Sólo por esta razón pudieron de–
sarrollarse especies animales con una ausencia here–
ditaria de reacciones de huida
Algunas abejas obreras de la colmena durante algunos dios de su vida, o sea después de la fase de su servicio interno y antes de la fase de su servicio externo Estos guardianas son las que atacan al hombre cuando se acerca imprudentemente a la col– mena Por lo general cuando se es atacado por abe– jas guardianas se tiene poco tiempo para observar el comportamiento de ataque de los animales, porque se huye lo antes posible de la zona de peligro Sin embargo tuve una vez la suerte de observar dentro de una habitación el ataque de una sala abeja guar– diana a uno persona. Ahí pude ver que también la abeja guardiana pertenece o los animales que no co– nocen la huída. El hombre atacado se defendía como podía y daba golpes en dirección o la abeja que fue alcanzado varias veces y arrojado lejos No obstante, como un proyectil conducido o distancio el animal vol– vía en vuelo desenfrenado y con osadia increíble a su enemigo mil veces más grande para introducirle su aguijón Después que lo hubo logrado y que -como suele ocurrir al atacar o los hombres- el aguijón se había desprendido del cuerpo de lo abeja, ésta sin embargo continuaba ininterrumpidamente sus furio– sos ataques
El que los guardianas de la colmena puedan per– mitirse lo ausencia de todo comportamiento de huída está relacionado con el hecho de que no viven inde– pendientemente sino que son miembros de un "Esta– do", el Estado de las abejas Son por así decirlo los "órganos del Estado de las abejas para la defensa" El Estado como totalidad, no la abeja aislada, es el verdadero organismo. Para el Estado es útil que de-
terminados miembros se especialicen pasajeramente de tal modo en la defensa que pierdan totalmente -la capacidad de huir aun ante un enemigo que les
es superior-, porque entonces por su sacrificio indi–
vidual se convierten en luchadoras tanto más encar– nizadas. En otras etapas de su vida que no sean las de guardianas también las abejas huyen frente o los peligros como los demás insectos
Huída inmotivada
La necesidad biológica de la huída es compren– sible a todos la protección frente al enemigo supe–
rior Por esos nos resulta extraño observar a veces
en los animales una "'huída inmotivada". La huída es particularmente importante para los mamíferos herbivoros de la estepa, como las gacelas y las zebras En ellas la disposición a la huída es tan fuerte que puede exteriorizarse como instinto de huída En las jardines zoológicas esta puede tener la desagradable consecuencia, de que los animales acostumbrados a extensas planicies sin obstáculos súbitamente por al– gún motivo insignificante o ningún motivo visible corran desbandándose y se lastimen de gravedad al embestir contra la tela metálica. También al jugar hay animales que huyen sin razón evidente, por ejem– plo en el juego de perseguirse las ardillas. En una bandada de ocas silvestres a veces puede observarse que inesperadamente todas se sumergen en salvaje huida, como si las atacara un óguila de mar, el agua se agita con los salvajes movimientos de las grandes aves que luego, al emerger, se saludan alegremente como si hubieran escapado o un peligro mortal También en otras relaciones biológicas hay "huí–
da sin miedo ll
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y es en las ratas. Si éstos encontraron
uno fuente de alimentación, par ejemplo un cadóver grande, al que deben dedicar su atención al aire libre,
cavan pequeñas cuevas de protección en las cercanías
Al cabo de algunos minutos huyen inesperadamente y sin peligro real a estos refugios, espían desde el es– condrijo y si no les acecha ningún peligro regresan cautelosamente al lugar de acción Si este compor– tamiento estó relacionado con la vivencia del miedo, significa que al aire libre la rata tiene accesos de mie– do "espontáneos' (sin estímulo que lo prduzca) a in– tervalos determinados y reacciono cada vez mediante una breve hurda.
Algunas de nuestras aves canoras están supedi– tadas a un ritmo diurno de temerosidad La mayor parte de los observodores de la naturaleza segura– mente ya habrán notado que al anochecer antes de ir a dormir nuestros mirlos dejan oir su impertinente clamoreo de miedo sin un motivo aparente. Tal vez tenga un sentido biológico que un pájaro cantor sea exageradamente miedosa al atardecer, porque esto le induce a la mayor precaucián en la elección del lugar donde pasará la noche
Distancia de fuga y distancia de defensa
En los animales que habitan amplias superficies abarcadoras de tierra o agua la disposición a la fuga ante determinados enemigos puede expresarse en una medida numérica en la llamada distancia de fuga Es la distancia a la que puede llegar un hombre o un
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