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« Previous Page Table of Contents Next Page »dales pvblicas, sin descartar que la más seguro es que estuviéramos mal representados
Ligereza corriente en el quehacer de nuestra Cancilleria, por el sobado argumento de la pobreza econámica, ha sido la de comisionar a los diplomáticos de planta acreditados en un cierto país, para que asis– tan a todo congreso, reunión o conferencia, -sea
científica, política, literario¡ militar o artistíca-, que
se celebre en el mismo, obligándoles con ello o com– portarse como sábelotodo, cOn el consiguiente desdoro para el prestigio nacional Si a esto se agrega el he– cho de que a tales funcionarios no se les envía centavo
alguno para corresponder una cena o enviar un ramo
de flores, ya puede tenerse una idea completa del pro– blema
Pero la peor manifestación de este fenómeno se encuentra en el nepotismo, odioso mal cuya raigambre sólo desaparecerá cuando madure en nuestros pueblos una auténtica conciencia cívica Famosos se han vuelto ciertos personajes de nuestro tinglado porque al sólo llegar a un puesto pública lo primero que ha– cen es colocan a toda su familia, llevando por bandera el lema de que, lila caridad comienza por casa" iValiente filosofía!
Finalmente, hay falsa apreciación acerca de lo
que es l/buena presentación" de los candidatos¡ cuan–
do se cree que sálo elementos de raza blonca, bien parecidos, de azules ojos y rubios rizos, son aptos para el ejercicio de la representación diplomática o consu– lar
Cierto que la buena presentación es un atributo de la personalidad y que el hombre físicamente her– moso tiene a su favor un anticipo estimable, pero eso no es todo ni mucho menos, porque la buena presenta– ción no siempre es sinónimo de belleza y la prueba es que muchos diplomáticos congoleses, indonesios o haitianos, se conducen con señorío y elegancia tales que no le van en zaga a nnigún representante blanco
y si este último/ para el caso/ únicamente descansa en su apolínea figura/ vacía de cualidades esenciales, su fracaso es terminante
Por otra parte, las reuniones diplomáticas/ -ya políticas/ sociales o técnicas----/ no son exposiciones caninas ni ferias internacionales para el concurso de ejemplares cinematográficos Son/ por el contrario
l torneos de inteligencia y de cordialidad, donde se jue– gan valores políticos
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espirituales y económicos de tan– ta importancia que pueden decidir el futuro destino de los paises representados
Si para acreditar a sus diplomáticos los Estadas tuvieran que sujetarse a un patrón racial o estético/ es obvio que muchos de ellos se quedarian sin delegación por carecer de especímenes selectos, todo lo cual de–
vendrfa en una irritante discriminación, lesionando al
mismo tiempo el derecho de igualdad que asiste a los miembros de la comunidad jurídica internacional Por lo que a nosotros toca/ siendo como somos una ensalada de razos
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todo hondureño -seo blanco, negro, mestizo o amarillo-/ tiene derecho o represen– tar a su patria en el exterior
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siempre que para ello reuno las aptitudes del caso
El único cuidado que se habrá de tener es el de enviar a cada quien a lugares donde los prejuicios no
entorpezcan el desarróllo de su gestión Así, por ejemplo, un ciudadano de color no debe ir a países donde impere la discriminación rdcial, ni un ateo a conglomerados de extracción católica Por eso los países que mantienen relaciones con la Unión Soviética se afanan en acreditar ante aquel Gobierno a súbditos de filiación comunista
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01 cuando menos/ d simpatizan– tes de la extrema izquierda
Toda selección de hacerse por el sistema de mé– rito, eliminando cualquier vestigio de compadrazgo Debe inspirarse además, en un programa de efectiva conciliación nacionai, dándole participación a todos los elementos honestos y capaces
No hay que olvidar que el hondureño ya fuera de la Patria deja de ser azulo colorado para ser única– mente hondureño
El Presupuesto de Relaciones Exteriores
El decenio 1948-1958 constituyó, sin duda algu– na, la edad de oro de nuestra diplomacia, tanto por– que las misiones se integraron con lo mejor de nuestra gente como porque los presupuestos de Relaciones se mantuvieron a niveles de relativa bonanza
Con posterioridad a esa década las partidas su– frieron considerables reducciones, el personal bajá de número y casos hubo en que misiones enteras fueron castradas de un plumazo Expatriados como estába– mos nosotros/ poca era la información que nos llegaba desde aquí y por eso no podemos dar fe de las razones que tuvieron el Ejecutivo o el Congreso para adoptar medidas tan austeras
El hecho actual es que no obstante de que Rela– ciones le aporta al Fisco más de veinte millones de lempiras por año, -cantidod con la cual podrían construirse de una vez el Palacio de la Cancillería y los edificios de todas las embajadas y legaciones des– pués de pagar holgadamente a funcionarios y emplea– dos-, a dicha Secretaría de Estado se le siguen asig– nando partidas irrisorias que no llega nni a los dos millones
Veamos cuál eS
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-en promedio-/ la situación de una misión diplomática hondureña el Jefe de la misma tiene un sueldo de Un Mil/Quinientos Lempiras más un aporte, para Gastos
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de setecientos lempiras El primero, o sea el sueldo, que en la realidad le que– da rebajado a Un Mil Cuatrocientos (L 1 40000) por obra de los impuestos/ le sirve para sostenimiento de él y su familia
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cubriendo alimentos
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vestuario, edu– cación de los hijos, medicinas/ servidumbre
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atenciones diversas, compromisos sociales, y cosas por el estilo
y del segundo, o sea el relativo a Gastos, debe pagar al alquileres (residencia y oficinas), b) gastos de es– critorio, c) correspondencia postal, telegráfica y tele–
fónica
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pues algunos países no conceden franquicia para tales servicios
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d) reparación de vehículos y equi– po, e) cumbustible, f) cuotas diplomáticas, g) cuotas sociales, h) chofer, j) conserje, j) portero, k) agua y luz, J) gastos imprevistos o eventuales ¿Cómo, en–
tonces
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nos preguntamos, podrá ajustarle a un Emba– jador, Ministro o Encargado de NegociOS
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esta mísera suma de setecientos lempiras (L 700 00) para hacerle frente a tantas obligaciones? Sólo le quedan dos ca-
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