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El estudio de los problemas nacionales exige no so/amente versación en la materia sino también valor

cívico y ecuanimidad, condiciones éstas que en un me.. dio como el nuestro casi nunca marchan de la mano, pues fo{.tOl es negativos suelen tender su muro entre las exigencias de carácter ético y Jo crudeza de nues– tras realidades

De ahi que muchos de los cónceres que hacen su

agosto en el exangije cuerpo de la Potria pragresen constantemente ante el estupor del pueblo, que, cru– zado de bIOZOS, milO desfilar gobiernos tras gobíernos

sin que aparezca por ningún lado el oportuno trata– miento para tan terribles males

Tal lo que acontece con nuestro Servicio ExteJior,

cuya reorganización, -impostergable como la que más--, se se ha ido dejando siempre para después, como si con cerrar los ojos pudiésemos evitm las gra– vísimas secuelas de echar en el olvido a ton importan– te ramo de la Administración

De nuestl as experiencias a tI avés de la cátedra y

de actuación diolomática en misiones tanto ordinarias como extraordinarios, hemos sacado el material de los presentes comentorios, en los cuales más que teo–

lÍas' expónense vivencias, patéticos enfoques, en un

llamado urgente a la hondureñidad para que recon–

quiste sus perdidas posiciones En tanto que los prin– cipios y prescripciones de orden técnico para perfec–

cionOl un trotado internacional, reconocer un gobierno de facto u organizar ,recepCiones y banquetes pueden encontrarse en cualquier texto de consulta, las cosas

que aquí! se dicen no figuran en los libros porque su

esencia emana de los anales sangrantes de nuestra realidad He ahí, pues, su único mérito

Entremezcladas o los comentarios, nos permiti–

mos proponer algunas reformas inmediatas, encami-

PATETICO ENFOQUE

DE UN DIPLOMATICO HONDUREI\!O NUESTRO SERVICIO EXTERIOR

(CRITICA Y RESTRUCTURACION)

IlLI5EO PEREZ CADALSO

Catcdlático - Diplomático NOTlI INICIAL AutOl lIolldUleño.

nadas a actualizar los mecanismos de las correras di– plomática y consular

I

~in desconocer, desde luego,

qlle lo ideal seria lino restructuración vertical de la Cancilferia como instituto rector de nuestros relaciones

internacionales, o fin de que se torne en instrumento

eficaz al servicio de la coexistencia armónica

Es evidente que el Ramo de Relaciones ha me– nester de una revisión sustancial arrancando de los

c.irnientos mismos de su filosofía No se trata, obvia–

mente, de una simple yuxtaposición de divisiones o

departamentos, sino de algo mós profundo y serio co– mo consecuencia de las transformaciones que está su–

ti iendo al mundo de nuestros días

Semejante metamorfosis opera no solamente en

la esfera de las acciones interestatales sino también dentro del ámbito vernacular, donde los negocios pú–

blicos están pasando por un proceso de reajuste para

el mejor cumplimiento de su cometido económico– social

A nadie se le escapa, por ejemplo, lo supremacía que están adquiriendo los organismos técnico-econó– micos sobre las instituciones técnico-legales, al grado

de que en no pocos cosos las primeros han efectuado negociaciones internacionales a espaldas de las Can–

cilledas y con mengua de las formalidades propias de tales actos, en tanto que las segundas, petrificadas de asombro e inhibidas de pobreza, se debaten indecisas ante un drama que mucho tiene que ver con el destino futuro de las instituciones jurídicas.

Ojalá que los hombres de Estado y los estudiosos de la Política, la Economía y el Derecho, puedan en

día no lejano hallar la piedra filosofal capaz de hacer madurar las mieses de la cultura dvico-administrafi–

va, para que todos nos beneficiemos de lo cosecha, por encima de prejuicios y discriminaciones Así sea

Ol'ganización del Servicio Exterior en su Triple Aspecto: Técnico, Práctico y Etico

Lo necesidad de organizor nuestro Servicio Extp.– rior en sus dos romas Diplomático y Consular, es impel loso e impostergable Así lo exige el creciente

desarrollo de nuestras relaciones internacional s Y el

acaecimiento de incidentes cada vez más lamentables, nos revela hasta la evidencio cuán rezagados estamos en ese importonte renglón del quehocer administra– tivo

Si los grandes potencias se esfuerzan cado día en mejoror el nivel de sus representaciones, con moyor

razón deben hacerlo países como Honduras, que, a fuer de pequeños y de escasos recursos, sin el poder del oro, lo fuerzo de las ormos ni el brillo de uno gran cultura, sólo pueden significarse en el escenario del mundo mediante un eficiente sistema de legación pa–

lO fomentar lo amistod con las demós paises y divul– gar su pasado y su presente, así como su acervo de realizaciones en las ciencias, las al tes, las letras, la Economía, el Derecho, en fin

La vida internacional se intensifica a ritmo ace-

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