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« Previous Page Table of Contents Next Page »des mediocres pOta estudiantes mediocles Si usted no comprende esto, usted no es demócrata"
Esta pasión pOt la igualdad va muy lejos En un sistema de enseñanza ferozmente democrático, todos, cualesquiera sean sus aptitudes, son tratados del mismo modo En Ft emcía, los años del liceo constituyen una constante pt ueba de capacidad Las composiciones se
M halan inequívocamente al primet alumno y al último alumno luego sigue el período de los concursos En Eutopa iamás se acaba de clasificar, comparOl, juzgar a los alumnos En los Estados Unidos el ideal secreto de muchos selÍa que el último se sintiera al igual del pli– mero En rigor, en casos extremos se hace repetir el
CUISO a un alumno haragán, aunque de mal grado por– que ello implica el riesgo de que, al verse de más edad que sus camaradas, contraiga un complejo de inferiori· dad Buen sentimiento, sin duda, pero no es con buenos sentimientos con 10 que se forman buenos estudiantes
Lo cielto es que los Estados Unidos se ven hoy en competencia constante con Rusia en el plano científico Tanto desde el punto de vista miiltw como desde el pun– to de vista industrial, les es preciso "sostener el tten", Poseen sabios geniales, per otamlJién impOlta el núme–
10 de ingenietos y de investigadores Esto implica que los niños teciban una fOlmación matemática ya en la escuela pi imOl ia, implica también que en las escuelas secundarias (high 5c1100(5) haya plofesotes de física, quí– mica y biología Seme¡cmtes reformas, junto con el in~
CI emento de la población, detet minarán que en el CUt so de los diez años venideros sean necesarios doscientos mil nuevos profesoles Para encontlatlos, seló menes– tet rnejolOt su salat io y, asimismo, su posición social En el futulo se les exigilán más conocimientos y, por otro lado, habrá que concedet les su justo lugar en lo sociedad. John Galbrclith tiene razón cuando dice que
Id enseñcH1za deberá pOtticipOl en mucho mayot glddo ele la pI ospet idad norteamericana
Por 01ra parte, lo enseñanza científica y técnica no debelá relegOt al olvido le ¡i ;{~()r1ancia de las human¡~
dades El papel de lo escuelo y la universidad consis
M
te en tlasmitit a las ióvenes genelaciones la cultura pa– cientemente acumulado pOI los siglos Si no se estudio en la juventud a Hometo y Platón, Shakespeare y Mo– liére, Dickens y Toltoi, es muy probable que jamás se los lea Si el cdulllno descuida la historia para atender a los sucesos del día, jamás conocelá la historia y nada comptendelá de los sucesos del día La misión de la escuclct no consisie en dar solución a los plOblemas co~
Ilientes, sino en inicidl en las cuestiones etelnas El plO· fesot Whitehead esctibió: " •. .fhat there can be no success– fu! democratic society lilI general education conveys C:i
philosophic outloof< .." (una sociedad democrática no puede tenel éxito si la educación general no da
01 igen el una filosofía) Y en efecto, según su filosofía -o su fe-, un hombre puede hacer buen o mal uso de las fuelzas temibles que la técnicCl pone a su disposición Los Estados Unidos necesitan: al ingeniet os capaces de aplicar los nuevos técnicas; bl investigadores capaces ele meiorarlas y de inventar otras; cl filósofos que en– señen el arte de poner la eficiencia al servicio de la sa– biduría
La investigación científica no está en los Estados
Unidos más centralizada que la educación La lealizan organismos muy diferentes: universidades, institutos de invesligclciones privados, industrias, organismos y labo– Iatot ios del gobierno Es preciso distinguil cuidadosa– mente lo investigación básica, definida por la National Science Foundatioll como <lsystematic and intensive study di,ectecl towa,cls a fuller kllowleclge of Ihe subiec slu– diad. .. (un estudio sistemático e intensivo destinado a prOCulat el conocimiento más completo del tema estu– diadoJ del developmenf, o investigación aplicada la investigación pura y la aplicada recibieton en conjunto, en 1959-1960, c10ce mil cuatrocientos millones de dóla–
J es, pero de esta suma sólo se destinaron ochodentos millones a la investigación pura Las sumas destinadas a la investigación aplicada (proyectiles, cohetes, nuevos tipos de aviones) son ashonómicas Los hombres de ciencia piensan que sería fácil elevar el presupuesto de la investigación pura a mil quinientos millones de dó· lates y que nada es más urgente que hacerlo
¿Es deseable que se imponga a tantas institucio– nes diversas un plan de investigaciones que setía esta~
blecido por la NaUonal 5cience Foundatiol1 o por el Scientific Aclviser to the President ¡Consejero científico del presidente)? Algunos lo creen, pela la mayor parte de los sabios norteamericanos desean que se mantenga la libertad de investigación Sin duda, resulta imposible ototgar créditos a quienquiera pota que investigue esto o aquello, pero puede hallarse un equiliblio entle el ex– ceso de planificación y el deiw hacer total GlUpOS competentes deben wmonizar los proyectos espectacula– tes con los estudios menos dramáticos, pelO más impOl– lontes El descubl ¡miento es imprevisible y, a menudo, lo recdizCl Un sabio aislado que buscaba otra cosa Si Alexander Fleming se hubiera impuesto un ptograma lÍo
gido, no hubiela descubierto la penicilina
Los laboratorios univet si1al ios donde se realizaron ellgunos descubl imientos capitales necesitan subvencio– nes de Jo Comisión de Defensa o de la Com;s;ón de Enelgía Atómica Pero es útil que, según la tradición norteamel icono, continúen recibiendo subsidios locales Estos permiten investigaciones más aventutadas, menos dirigidas por los millones de Washington. Algunas in– dustl ias, como la Bell felephone Company, ptactican investigaciones puras, que son desintelesadas y que acaso paguen los más altos dividendos La Comisión de Objetivos Nacionales recomendó: al intensificar el estu~
dio de la biologícl y ottOS ciencias concomitantes (actual~
menfe el 80 % de los subsidios Se destinan a los físicos e ingenieros); b) que la Defensa no distribuya POl sí sola una propOlción tan amplia del presupuesto de in~
vestigaciones Esta se pi opone fines definidos y limi– tados, coso que no favorece la actividad de las imagi– naciones más originales "We should avoid like the pla– gue the enticing danger of too much, and too concen
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tratcd planning of our national scientific development.
Thc gre~t majority of scientists agree that the supposed benafits of centralized planning are an iIIusion " (Debemos eviten como la peste este peligro seductor: una planificación demasiado rígida y demasiado con
M centrada de nuestro desatrollo científico nacionol La glan mayoría de sabios piensa que los supuestos bene– ficios de una planificación centralizada son ilusot ios) En ciencia rcira vez se encuentra lo que se busca¡ pela, pOlque se ha buscado, algo se encuentta
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