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« Previous Page Table of Contents Next Page »que la pi eocupa su economía, que en 1 esumidas cuentas es próspera; ni su moneda, que ha quedado fácilmente consolidad; ni sus instituciones
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que continúa consideran~
do las mejores posibles Lo que ahola la preocupa es la paz Por primeta vez la almma el mundo exteriOl Conoció una época de aislamiento total
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dutanie la cual no le interesaban los asuntos de Europa, que la doctrina de Montoe mantenía a distancia Luego ha tomado in~
tel vención en asuntos extranjeros con la certeza, entonces legítima, de que su peso bastaba pOlo inclinar la balanza hacia el buen lado En 1918 y en 1945 contlibuyó en gran medida a ganar dos gUelras¡ de la última salió for– tClJecido pOI lo posesión exclusiva del seDeto atómico Dutante algunos años la invencibilidad norteameticana fue un dogma univetsal y temporadamente verdadelo, clunque peligroso porque engendlaba la complacencia Sus virtudes impidielon a Estados Unidos sacOl partido de su superiol idad
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como podría habet lo hecho muy fácil– mente En el momento en que sus OImas le hubiran pel– mitido amenazar, su mOlal le prohibió hacerlo
En 1960 el mundo hesita En el Este un grupo de naciones dl roja un peso igual al de los Estados Unidos en el otro platillo de la balanza Enfréntanse dos sistemas políticos, dos sistemas económicos Cada uno de ellos tiene suficien1e fuerza para aniquila! al atto, a condición de que acepte el riesgo de quedar aniquilado por el mis– ¡no golpe Esta situación patece imponer una coexisten~
cia pacífica, siempre deseada pOI los Estados Unidos En–
tretanto, los países del Este no cesan de presionat SObl e el mundo de los neutrales En Afr/ca, en Asia, caen bas– tiones uno tras otlO sin que haya guena ¿Será preciso, pues, consaglar todo el ttabaio y toda la riqueza de una nación apacible a fabricar medios de destrucción? Esta perspectiva horroriza a los nortearnet ica.nos que no de~
sean ya el triunfo de una ideología; ni menos aun un crepúsculo de la humanidad
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sino la felicidad, la buena voluntad I ecfproca y la paz
"Una civilización es la imagen que un pueblo se forma de sí mismo" El pueblo nolteamericano no se forma de sí mismo una imagen imperialista aglesiva ni cruel ¿Qué es, a sus ojos, el American way of life? Es una democrclcia fundada en el rechazo del cinismo y en ia creencia en la perfectibilidad del hombre y de la so– ciedad Es un optimismo fundado en la fe en el progre· so Es una confianza muy allaigada en las virtudes del trabajo y en la posibilidad, merced al progreso técnico, de abrir el camino al plogreso espiritual, a la igualdad y
o la libeltod
¿Y qué entiende el nOlteamelicano por la palabla libertad, que le es tan cara? Pide ante todo la libertad de tratar familiarmente a los sobetbios, a los orgullosos, y de llamarlos por su nomb,e de pila A todo hombre que quiera valerse de una superiol ¡dad de fortuna
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de nacimiento o de función para pasar antes que los otros, el norteamericano le dirá: "Who do YOy think YOy are?" IQuién cree ser usted?), y Jo pondrá en su lugar, que es el de todos Esto es lo que Piovene denomina "la libel– tad de irreverencia" El norteamelicano exige luego la libertad de cambiar de oficio y la de desplazalSe No soporta ninguna contrariedad física y quiere estat en COn~
diciones de iiberarse, por el cambio de lugar de todas las cadenas sociales En fin
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a las libeltades fundamen– tales garantizadas por la Declaración de Detechos -libel~
tad de conciencia, de pensamiento y de expresión– añade ahora, como lo había hecho Ftcmklin D Roosevelt,
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Ufrcedom ftom want y fteedoln ftom feur" (fa libera– ción de la miseria y la liberación del temor). Veremos que la libeloci6n de la miseda, aunque no se haya logrado entelamente en 1960, aparece posible, y pro~
bable La liberación del temor es otra historia, que ya
no depende únicamente de los nOlteamericanos
Evolución del Capitalismo. Servicios Públi– cos Privados. Atenuación de Crisis y Re– gresiones. Una Economía de Abundancia. Desocupación y Pobreza. Poderío de los
Sindicatos
La economía estadounidense ha evolucionado tapt– damente Una tladición pe:rimida quiete que las nacio~
nes industl iales se dividan· en dos grupos: países capi– tctlistclS o de libre empresa y países colectivistas de emplesos dirigidas por e IEstodo La realidad no se adecúa a esta simplificación En realidad, la economía
notteamel icana es mixta Florece allí la empt esa priva~
da, pero asimismo el Estado asume ciertas funciones económicas Ya éste se convierte en productor
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como en el caso de Tennessee Valley Authority, Columbia River, Hoover Dam, Atomic Energy Commission¡ ya actúa pOt medio de contloles, el de la monera y del crédito y hasta el de la ploducción: petróleo, metales, agricultura
Es probable que, en un futuro plóximo
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así como inter– viene ahota para equilibtar la ptoducción y el consumo de combus1ibles, intelvendlá pOla reducir el desequili~
bl io entre la producción y la ven1a, pOt ejemplo en el mercado del automóvil Las leyes anli-trusts restringen considetablemente la libertad de acción de las emptesas, como quedó demostrado en los años 1960 y 1961 en el caso de la General Electric, de Du Ponl de Nemours y de lo General Motors
Lu palte más importante de la industria y del co– melcio está en manos de sociedades gigantescas, que cubten el país con sus tedes de fábricas y de lugares de venta la Uníted Slates Sleel, la American Telegraph and Telephone Company, las tiendas que poseen múlti– ples suculsales -Woolworth, Atlantic and Pacific- las olganizaciones de venta de Sears Roebuck, y cientos de otras, constituyen inmensos impet ios industriales y co· rnetciales Una compañía como la General Electric go– biel na cien fábricos distt ibuidas en todo el territorio de los Estados Unidos Cada fábrica constituye un negocio independiente, con su plopio director responsable, pero todas ellas dependen de un organismo central, que iuz–
go los lesultodos, decide liquidar o ampliar detetmina– da lama y se encarga de la investigación científica Un laboratorio de investigaciones como el de la BeU Tele–
phone Company emplea a millares de investigadores Al di! ectol de cada fábr ica le corresponde una POl– te de los beneficios de su empl esa, que lleva una con· tabilidad independiente, pelO también de los beneficios de la emplesa total, y de este modo se asegura la coo– pel ación de todos para el plan de conjunto ¿A quién pettenecen estos imperios industtiales? En el CUISO de los últimos veinte años se rearizó una investigación acet– ca de su modo de financiación En su mayor parte, los
1 eCUl sos pi avienen de la propia empresa
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que vuelve a
inve¡ til en estudios, equipamiento y construcciones una buena pCIl te de los beneficios. Los principales accionis·
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