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« Previous Page Table of Contents Next Page »invertir fuertes cantidades paro: Id compra de cemento. Desgraciadamente, este ha sido siempre el resultado de, nuestroS luchas civiles, que lo, qUé uno de los partidos construye, el conservador, el otro el liberal, lo destruye, por cualquier medio que: esté a' su akcmce,. hasta apelar a la importación de vándalos, para ayudar a la destruc– ción y al incendio de las ciudades. Y a pesar de que durante aquellos: largos años de oprobio, los hombres de Granado estaban en su mayor parte, en la peniten– ciaría o en el destierro, y las familias sumidas en Id mayor, pobreza, hadan las Juntas esfuerzos inauditos por terminar aquella obra que representa el, espíritu piadoso de los granadinos Y baste decir, que cuondo aquel gobierno, tuvo la, humorada de la magnanimidad para con' Grane¡¡da, ,concedió la gracia de otorgar a, nues– tro' hospital la' subvención de ciento cincuenta pesos ménsuoles, billtes nacionales, equivalentes a doce cór– dabas.
1905 - El Nuevo Hospita l.
A Id Jimtd' de. Beneficencia de 1905 le cupo en suerte, inaugurar el: nuevo hospital, abandonando el otro, donck! algunos de: nuestros cirujanos hicieron sus prime– ras armas, practicando operaciones de olta cirugío con– forme los nuevos procedimientos antisépticos
Para colectar los fondos necesarios, que implicaba el gasto de la traslación de los enfermos al nuevo hos– pital, organizó la Junta comisiones de Señoras y Señori–
tds que gustoSdS se prestaron para cooperar en aquella obra piadosa Todo el vecindario, con pocas excep– ciones, dió su óbolo para ese fín; y se nombró una co– misión espedal qué 0rgani'zara un festival, y se encor· gase de arreglar convenientemente el local para celebrar dignamente tan fausto suceso;
En esa ocasión subió a \0 tribuna el señor dador dori Germán Arel/ano, quien llevaba la comisión del Cuerpo Médico de Granada para representarlo en tan solemne momento
"Señores, caballeros:
"Eu Cuerpo Médiao de Granada me ha hecho el honor de comisionarme paro llevar la palabra en su nombre en ocasión tan solemne como ésta Aunque convencido de mi incompetencia, he aceptado este hon– roso cargo, l/evado del deseo de asociarme humildemen– te a esta grandiosa obre¡¡ de progreso y caridad.
"Desde que Gr.anada fué incendiada por los fili–
busteros, nlngwna obra, sin exceptuar el mencado y la estación, es. de mayor irrrportanGia que la fundación de este hospitaL
"Signo sé9uro de progreso moral y material que hemos altanzado y que podernos comprobar con Id ob– ser:\lación de los paíseS civilizados dé la tierra, como los Estados. Unidos, y Id Gran Bretaña, en que Se da, a las obras de benef.icencia, una sighificación tan gran– de, que todo él mundo lbs cOl'lsiderQ iguales en impor– tancia Cl 10s otros r.amos de la administración pública Países c::omo éstos señores, gastan en' mejoror la' SlJerte del pobre, sumas fobulosas', con las cuales se podía pag.ar cien: veces el rescate de los más poderosos monar·
eas de la tietro. Fi9úrense ustedes q!,¡e el Rey Eduardo,
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está actualmente construyendo un hospital, cuyo volar se e/evo a la bicoca de cinco millones de libras esterli– nas, y Ro~kfeller. esé multimillonario de la Gran Repú– blica Norteamericana, llamado con razón, rey del pe· tróleo, ha obsequiado a la ciudad de Chicago con la cantidad de quince millones de dollars para la funda· ción de un hospital
"Desgraciadamente entre nosotros no ha sucedido cosa semejante. Muy al contral io, existe en nuestra so– ciedad cierla indiferencia, cierto desdén inexplicable, tratándose de estas instituciones Hay que combatir es– te sentimiento, nacido de nuestra genial apatía
"Con harta frecuencia se ve a personas caritativas y bien intencionadas, aunque ignorantes, de lo que es un hospital, envi,ar allí los objetos qlJe no sirven en su propia casa Es' necesario aplicar en lo posible las po· labras de,l Evangelio y decirse: "lo que no quieras para ti nC? lo des a tu prógimo", lo cual, en este caso, significa que lo que ya no nos sirve a nosotros no por eso ha de mandarse al hospital Y no paran: aquí los desaciertos de la caridad mal entendida de algunas per– sonas que no están al corriente de los adelantos de la cienda. Las hay que envían al hospital lo soblante de deudos pudientes que han muerto de enfermedades infecciosas, como si éstas no fueran comunicables, y c9mo si el pobre no estuviese expuesto por su miseria fisiológica, aun más expuesto que el rico a sucumbir de tuberculosis, tétanos, septicemia puer peral o cual· quier otra enfermedad pwasitaria Como se verá por lo que aún tengo que decir, en el hospital, escuela prác– tica de higiene popular, no debe haber sino lo mejor de lo mejor
"Por lo demás, no es tan sólo la cOi idad la qlJe nos impone el deber sagrado de proteger y fomentar los centros de beneficencia También nuestro propio in– tel és nos obliga a ello, a fin de mejorar y aumentar los conocimientos de nuestros médicos, enfermeras y parte– ras. De este hospital quizás saldrán las que algún día asistirán a nuestras esposas, hijas y hermanas, madres del mañana Quién las veró morir indifelente? Quién no se sentirá feliz al hacer lo posible por impedirlo? Ya verán Uds disminuir las infecciones y las enfermedades parasitarias a medida que se multipliquen y perfeccio. nen IdS instituciones de beneficencia y se vulgaricen, por su medio, las enseñanzas de la higiene,
"En el desenvolvimiento de nuestra riqueza nacio.– nal, en el progreso y desarrollo creciente de nuestras industr ias, y en la evolución de nuestl CIS costumbres, Granada, siendo como es, una de las ciudades más cui– tas dé Nicaragua, debía tener un. hospital, que fuese dig.– no de ella, y digno también de tan noble y elevado objeto.
"El Señor Cura de /0 ciudad, con su elocuente y fá·
cil palabra, acaba de demostrarnos cuán útil y necesa– ria es esta institución, desde el punto de vista moral y rellgioso; pero queda mucho que decir, examinadas las cosas a la luz del critelio médico-científico. Efectiva· mente, no cabe suponer, en país civiíi:wdo, sociedad alglJna que no tenga lJno o varios hospitales, que sirvan no s610 para albergar y curar al desvalido y al menes– teroso, víctimas de enferrnedades, sino también para el estudiO compar a11vo de entidades morbosas.
"La medicina" señores, es un ciencia de observación,
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