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empleso que hoy comenzamos, que vosotlas Señoro5 y Señol itas, que, con una galantería que hace honor a vuestro sexv, habéis acudido a la excitación de la Junto

pala sel condecorados con el nobilísimo título de p(o·

tectolas del Hospital" V, en verdad vosotras sois los

compañeros inseparables del hombre, Jo lOSO que em–

balsama todo nuestro ambiente, el cielo claro y purísimo que nos ilumina con su milor y nos refligera con el

dulce 10cío de sus lágrimas, vaso de bendici6n que

contiene la miel de los más gl atas y generosos senti– mientos, nuestro consuelo en la desgracia: la mujel, úni· co ser que enjuga nuestras lágrimas y cafma nuestras

penos, ángel de paz que, apareciéndose 01 lodo de

nuestra cuna, cuando niños, en la mansión del dolor, sin enfel mas, y aun después de muertos, conserva y pu·

1 ifica bajo sus nacareldas alas el fuego de nuestras al-

, mas

"Yo os felicito con iodo mi corazón, pOI los gran– des e inapreciables mélitos que. vais a contrael en el desempeño de vuestra impot tantísima misión; y, al da–

laS las glacias en nomble de la Junta de Caridad, os suplico no abandonéis ;nmás el timbre de honol y de

glorio que en este día habéis conquistado

"Sí, el titulo de "Protect~ro del Hospital", con que

en este momento os consid6láis, y con razón, ton olto–

mente honradas, debéis estimOllo COli10 el embleli10 de

una elevada e importante mi;>i6n que estáis llamado a

cumplir sobre la tielra, como la distinción más señalada

que puede hocelos la sociedad, y más preciosa tam.

bién, que todos los honores de io vida, consolOl o

vuesttos hermcmoG que padecen, aliviar los sufrimien.

tos que los afligen en el lecho del dolor y suministrar– Ips los recursos necesarios pal a conseguir un fin tcin

laudable, he aquí vuestra grandioso enseña: esta es ló idea que debe siel"npre inspirar los acentos de vuestro sublime entusiasmo HClcecHo así, vosotras, ángeles tV–

telares de, lo hurrmnidad paciente¡ y entonces, vuestlos nombres se 91 abarán con caracteres eJe oro en los pági.

nos de. lo Histofio, y el Dios de ~aridod y de ol'nor; de.

lramara. soble, vosotras y vuestlos f<.Jmilias, en PI;SliIio

~de tal, vrrtud, los bendiciones del cielo",

Grol1odo, 25 de abril 'de J 875,

, Se org~niz6 Jo Junto

e de "Protectolos" del hospital, b?IO lo PreSIdenCia de la honoloble rnotlono doña Virgi– Ola Pasos de Cuadra, hgbiengo sido nombréldo poro

servir la Secretal ía, la Señal ita D~fores Avilés. '

Corno todo llevaba el sello de la seriedad y, sobre

todo, de estClbilidad, se nO!T1pró una comisión para que

elaborara un Reglamento Interior, pOi el que debíCl re,

gÍlse la nueva Junta

. Todo funcionclba con la mayor disciplinCJ

i

cum·

pliendo todos los Señoras y Señoritas con los deberés

qU<7 tan bondadosamente se habían irnpuesto, y con la

melar, bueno voluntad, Desde luego el hospital mejor6 notablemente bajo lo cooperaci6n del nuevo como va–

lioso elemento la administración, el servicio, fa batí. ca, la higiene y lo alimentación tuvieron un cambio fa.

voroble, logrcíndose economizar algunos fondos destina– dos 01 gran proyecto de traer hermanos de lo caridad

pOla perfeccionar el orden interiOl de aquel C1silo

Medio sigio ha transcurrido, y casi todos los que

.f0l rnabcln aquel grupo han desaparecido del escenat io ;de la vida D~ 10$ ~eñolas y señoritas, apenas quedan muy pocas en Granada, ya abuelas, ancianas, después

de haber fundado un hogor feli" mode.lo de virtudes,

10

Llegoda de las hormanCls de la caridad

Con persevelOncia, economía y diligencia, pudo Iel

Junta llegO! a disponer de los fondos necosat ios pellO

costear lo venido de los hel'mol1as de lo calidad; y los

gestiones en ese sentido tuvieron el mejOl éxito, 10giOn. do la concesión de que vinielan vOlias, diligidas pOI la

Superiora Sor Teresa Carbú.

Es de entonces que lu Junto de COI idod dispuso

10rnar el nombre de Junto de Beneficencia y así ha ve·

nido funcionando hasta la fecho

Las hermanas tuvieron mucho que hacer, mucho que disponer, aneglando convenientemente el hospital, distribuyendo los servicios, preparando una pieza que debía dedical se exclusivamente paro operaciones, orga– nizar lo botica y demás dependencias, destinando la esquina, que clhora ocupa la oficina del telégrafo, para

lo copilla

Eso copilla, donde se celebraban los servicios reli–

giosos, no era exclusivamente para las he! monas, sino que estaba abierta pOlO el público, que osiduamente

ccnCUlf io a cumplir con los debeles del culto Se ceJe– blObon iodo clase de funciones leligiosas, misas de lé·

quiem los oficios de Semana Santo, y hocícm un pie– cioso monumento el Jueves Santo.

Como en aquel tiempo no se tenía lo menor idea

las exigencias de las salas de operaciones modernas, creyeron suficiente destinar una pieza para este servicio,

que ero donde está ahora lo ofidno de teléfonos, rnon– teniéndolo io más aseCldo que se podía, y poniéndole

un cielo raso de manta

Entonces comenzaban ó lIegór 01 pClís ,ovenes que

habían 1 écibiclo sU educaCión médicCl en Europa y Estel– dos Unidos, como el doctor ConstenHno Guzmém, el doc.. tor Joaquín Argüello, el doctor Alberto Lacayo, Virgilio

y l"torado Guzmán, Alfonso Guerrero, y más 1arde el

dotlor Luís H. Birt, fClGuitotlvo de nadonolidod inglesCl, que gozaba de gréll1 repufdción Pela ninguno de <Cin– ta fOI1~él y popuiaridod como el elottor Constantino Guz–

mán, qua era generahnonte apreciado en todaS ¡"S cia·

ses sociales y tenía una clientela extraordinariu por todv

el pob, ló sin,potio de qt¡te gozaba éntre lo clase hu–

1l1ildc ela deliranté, glocias CJ sus sentimientos catitati·

'vos y' o sU generosid!:Jd in~Qll1paroble, ,

Todos c$tobcll1 sotisfeGhos de lo h¿,bll ooministru– ci6nde las herrnonas, por' SU disciplino y el 01 den en que había entlCldo el hospitllf; pela pOlece que lo JuntCl

se veía .eh dificultades pOlO el sostcnirniento elel gasto que exigía el pelsonal, y se convino en que, tell1 luego teflninnlO el contrato celebrado con las hermanas, 'no sería renovado. Y así sucedió, efectivamente, tenién– dose que privO! aquel centlo de COI idad de ten impor· tcmte colaboración

Hubo que volver al viejo sistema administlativo del "Controlar"; pero, considelándose mejol poner la admi– nistroción en manos de mujeres, se dispuso ocupO! éstas en fo sucesivo, con el nombre de "Directoras", cuyos nombres figulOn en la lista, ya Clpuntada anteriormen·

te,

Es indudable que, conocido el método de las her–

rnanas, PO(O las direc10ras se hacía mós expedito el selvkio en genelol, y proc.ulobon aproxima:se lo más

posible CI imital el moneio y disciplino del hospital, co–

mo estaba I egido antel iOfmente, y tanto éstas como los

médicos, se ponían de acuerdo con lo Junto paro llenar .Ios vacíos de lo m.eior manero posible, Con todo, ha-