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segura de que el paso que da hoy encamina a aquel

fin, quiere dat los mejores testimonios de su satisfacción

y agradecimiento por la intpresante ~ooperación y po–

deroso auxilio en el cumplimiento de su misión, que ha

encontrado en las Señoras y Señoritas que han tomado

a su cOlgo la protección del hospital, y no ha creído

bastante que uno de sus miembros, por cierto el más desnudo de aptitudes, tuviese el honor de decir algunas palabras en tan inipoltante ocasión; sino que necesitaba pata la expresión ele su complacencia, la voz de 'un orador que hiciese eco agradable a todos los que bon– dadosamente han aceptado su convite; y para esto se

ha valido del habla elegante y elocuente del Ilustrado

Presbítero Licenciado don Peclro Sáenz L1aria, que va en

seguida a hacer a la Junta el favor de hablar en su

nomble"

Acto contínuo, subió a la ttibuna el lIustre Sacetdote que tan querido y admilado ela por todos los granadi– nos y especialmente por sus discípulos cuya memoria veneran siempre los pocos que sobreviven "Señoras y Señores:

"Invitado pOI la Junta de Caridad pala diligiros

la palabra en este momen10, pOlO mí tan solemne, ac– cedí gustoso a tan importante llamamiento, consideran– do la grandeza de la obra para que se convocaba y que hoy vamos a emprender para bien de la humani– dad doliente y glolia de nuestra Sactosanta Religión "Breves serán las palabtas que os ,diga para ins– pitaros el intelés y entusiasmo propio de un acto tan heroico, cuando todos tan genelosamente habéis corres–

pondido a la súplica de esta Junta, y débiles aparece–

rán también, porque las grandes acciones no se elogian con palablas, sino que se enaltecen por sí mismas ¿Tendrío yo necesidad de probar, ante un público que se precia de Cristiano, la obligación llamada pOI algu–

nos de caridad, y que yo llamo de estricta justicia, de

acudir coh tocios nuestras fuerzas a calmO! los dolores

de la humanidad que sufie en estos "silos del infortu–

nio? Seguramenle que no} porque os ofendería, cuan· do ya en otros ocasiones habé.is' dado edificantes ejem–

plos d.e vuestla ardiente calidad, hada los pobres en~

fermos, en días de plueba y de telr"r por que atlavesa– ba esta ciudad

Yo sé, que aun se recuerda ~on ,qdmiraci6n lJ.11 día

en que invadida esta población par el terrible ozote de

la epidemia, todos vosotroA abandonasteis ·vuestros or· dinalids .ocupaciones, PCHQ ~on'er 'presurosos .0 aliviar a

todos los infelices que sufrí"n, yo sé también que las

madles' abandonaban a sus hi¡os, y las tiernas y castos doncellas deiaban las delicadas labores de sus manos, para ir a sepultarse en humildes habitaciónes dónde se respiraban fétidos miasmas, llevadas en alas del sen– timiento, allí donde gemían sus hermanos, alentando a éstos con el consuelo, el consejo y el ejemplo, y enju·

ganclo láglimas de pobles enfermos y de familias atli– buladas y al llegar a este punto, pelmifidme que os

digo, como Minish o de JesUCt isto y para honra y 9101 ia de las doctrinas que ptofesamos, que esta gran viltud,

de la caridad, sólo pudo ser inspirada par la Religión

Cristiana

"Yen veldad, la caridad, ignorada de los antiguos,

nació cón Jesucristo; sabéis cómo aquellos ocurrían o las

necesidades de los pobres, de los enfermos y de las desgraciados? "Medios ignorados de las cristianos les servían pqra deshacerse de ellos, el 'infqnticidio, la es– ci"vitud y la muerte". Al Vélabro y a la Columna

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LactO! ia, lugares donde se cometían ton nefandos crí– menes, suceden para los hijos de la antigua sociedad asilos que recogen a los infortunadas víctimas del liber– tinaje y de la miseria; a los esfuerzos del Evangelio, los circos se convierten en enfermerías de San Lózaro, se cienan las fuentes de la esdavifud con la redención de cautivos, se instalan los hospidos y nacen los h.os–

pita les, destello fecundo de la hermosa caridad, en que

siempre se inspira la piedad hacia el infortunio, base

de la Religión Cristiana, que ha pobl"do el mundo culto

de asilos de beneficencia

"Entonces es cuando, en frente de 'ta muier, esclava

de su mal ido, se levanta el tipa de María, al pie de

cuyo altar la humanidad se prostema, dando así la idea más elevada de la mujer, hasta entonces tan vilipen–

diada

"No contento con esto, el Cristicmismo completa 'la

rehabilitación de la mujer lIamóndolaa diversas y su–

blimes funciones en la Religión, en la educación, en;las

misiones, y, sobre toda, al lado de la humanidad dolien–

te, al pie de cuyo lecho se nos aparece como un ángel a una segunda Providencia

"Pues bien, señores: si nos hemos de preciar de qristianos y de pertenecer aun pueplo civilizado, justo es que hagamos ver a esta Junta, que tanto se desvela y que con tanto afán trabaja por elevar a la 'mayor altu– ra este Establecimiento, que no ,hemos acudido hoya es· te sitio pOI a hacer un vano alarde de cortesía¡ sino que, animados de los mejores sentimientos, venimos a contribuir con todas nuestras ,fuetzqs para realizar un fin tan elevado: ya que a costa de pequeños sacrificios, teniendo una voluntad decidida, podemos hacer tan gtandes bienes Sí; tengamos 'todos entendido que de muy poco sirven 'las muesttas de religiosidod, si no van acompañadas de las obras de misericordia, principal– mente eon los desvalidos y los enfermos; 'tengamos todos la "santa pasión de dar" p.ara estos asilos, seg(1n lo pelmitar1 los lecursos de eadp urio¡ ¡obemos oigo ,de tiempo al que destinamos "O nuestros recreos, para ~e~

dicar algunos momentos a la visitó, Cuidado y olivio de los desgraCiados que aq\Jí 'se "Iberg"n, y lIen"nda estos debeies, tan fáciles, por otra p"rte de ¿umplir, es como podremos satisfacer los deseos de la Jvnta de Cal idad, levant"nda esta caso de Beneficenqi" ,a lo "Itura qUI' red"mo 1" dignidad .de esta .ciudad yde sus hija., par cuya ab,,, nos vivirán eternomerite ,agradecidas lasge–

nerociones venideras

Para orealizar la ;generos~ idea, ,eontomos, .(;on que

los ilustrados y caritatiVOS médicos de esta ciudad se·

guirán prestando sus buenos serJicios, como hasta aquí

lo han hecho, y a quienes en nombre de la Junta, doy

desde este sitio las más expresivas graCias. los indi– viduos de 'esta Corporación no desmayarán tampoco en sus laudables plopósitos¡ e igualmente espero, que mis respetobles hermC\nos en el sacerdocio fieles a su 'voca– ción, se dignen visitar con frecuencia, las habitacion~s

de esta mansión de dolol, donde también sienta la pre· sencia de los Ministros de Jesucristo; y yo, el último de todos ellos, os ofrezco para este fin todos los servicios que sean compartibles coh mis obligaciones También contaremos con la cooperación, no menos necesaria, de cuantas personas, aqui plesentes, han acudido a este

Clcto, y de todas aquellas que sientan latir en su pecho la pasión generosa de hacer bien a los desheredados de la tierra.

"Pero nadie más " prop6$ito 'para llevar a cabo la

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