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porque higienizó la población, estableció el lazareto e hizo la esmerada asistencia a Jos atacados.

Es de suponer que el hospital de San Juon de Dios fué el teCltro dende la mOltalidad hizo mayores estra–

gos clUI ante la terrible epidemia, viéndose el continuo

uesfile de cadáveres día y noche para el cementerio

1 O5 O

El oño IB50 dispusieron la mutilod6n de esle hose pitol, con el objeto de abrir una calle; y al efecto, ven– dieron o don Cayotul1o Ibargüan, caballero español,

la esquina donde cstobq to botica, casa ocupado ahora

por don Inocente Lo(ayo. El señor Ibargüen constl uyó uno cosa do dos pisos, de muy hermoso aspecto el'\ aquel tiempo En lo porte que quedaba al Occidente,

edificOlon una pared can ida y el hospital se redujo a

las casas que hoy son de don Fernondo Chamorro Que– zada y de don Adollo Benard. La gran portada fué destruida, y la calle bautizada con el nombre de Calle de Vega

Im:enclio de Granada

1 054

El año 1354, las pasiones políticas habian llegado ell más alto grado de enardecimiento, y los espíritus parecían envenenados por el odio recíplQco entre los pOI tidos que se disputobcln el mando supremo del país

y llegó el perturbarse el sentido moral a tal extremo, que uno de los bandos, el partido liberal, concibió la fa· tal ideet de traer unet falctnge compuesta de bandidos y aventuleros de los Estados Unidos, a fin de que vinieran en su ayuda, para cristalizar una loca ambición los funestos tesultados de la insensata y antipatrió. tica empresa no se hicieron esperar mucho tiempo, y los

que vinieron cerno mercenatios, al comprender lo debili· todo que estaban los contendientes, se hicieron dueños y seÍlores de este infortunado país, imponiendo a éste el gobiél no filibustero de William Wall,er, que era el cetbccilla de la falange importada para sangrientos fines entre hermanos

Es doloroso recordar este episodio histórico tan san· gliento como vergonzo::.o, que costó tantas lágrimas a los nicaragüenses Una huella de sangre, de muerte y

desolación, dejaban a su paso los filibusteros, ocurrien· do 01 incendio de los poblaciones para coronor su obra

de dcstrucción Granado fué la víctima contra la que sc desencadenw on en su mayor grado, el odio y la saña

de los filibusteros, quienes acosados por los fuerzas ni· caragüenses, se vieron precisádos a huir Pero antes de abandonar la ciudad, hobía que dejarla en escom– bros, y procedieron a incendiarla, y en efecto

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qued6 reducida a cenizas 124 de noviembre de 1856) la desastrosa guena civil había dejado exhaustas

1(1$ fuen~es de vida del país, y cundían la miseria y las estrecheces por todas partes, hos1a para las que ayer eran personas acomodadas !... 'ucho tiempo pas6 para lo cons~lUcción paulatina de las casas de Granada, utili· zanc10 los cimientos y pedazos de pared para reducir el tosto de edificación las familias tenían que regresar de sus haciendas de Chontales y de las lugares en don– de permanecían escondidas para librarse de los ultrajes

y atropellos de la horda, y penosamente iban acomo– dóndose, poco a poco, organizando de nuevo sus ho– gares y si para alojar a las familias, había tanta difi· cultad, por la lucha con la miseria general, cómo iba

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a pen!arse en los gasto. que requeda la reconstrucción del hospital de San Juan de Dios? Porque la. manos inccndiClrias no respetaron ni el asilo de los desgracia–

d05, ni las iglesias, no quedando ni donde alojar la

indigencia hi donde implorar la misericordia de Dios Es de suponer la horrible situación de esta ciudad, ai estallar la epidemia elel cólera par segunda vez, por los años 55 y 56, sin tener donde alojar a los atacados Fué lo mós desastrosa por el estado de guerra en que se encontraba el pais y por la aglomeraci6n de tropas; pues los jefes no 1uvieron lo precaución de divididas en

di~tintos puntes o de tlosladorlas a lugares que no es·

tuviesen invadidos por la epidemia Los médicos que prestcflonentonces sus valiosos servicios fueron los doc–

tores iNtismér, de nacionalidad alemana, don Pablo Cha– morro, don Trinidad Cuadra y don Antonio Falla

1 856

El año 1856 se dispuso vender por lotes el terreno que acup6 el hospital, porque la Junta de Beneficencia no pensó en reedificar en un lugar, considerado yo ce· mo inapropiado, y se convino en compl ar una casa más

a la orilla de la población Por supuesto que, como en todo, hubo opiniones encontradas, porque los unos eran de parecer qu~ se edificara en el mismo lugar, y

los otros d~ que el sitio tan central era implOpio para

esa clase de asilos En las discusiones se llegó a mur– mure;r que el proyecto de traslación del ho.pital a otro lugar era debido a que don FuIgencio Vega, propjetCf~

rio entonces de la cClsa que actualmente pertenece a

c10n Carlos F. Pellas, le molestaba el toque de las cam– panas, ya fuela para Ilomar a los feligreses a la misa, desde la madrugada hasta los dobles, agonías, 6leos, etc (l'~,c: por entonces eran de uso corriente a cualquier hora

Se llevó a efecto la venta por lotes, dond~ fueron edificadas las casas ele particulares de que se ha habla–

do atrós, y don Rosario Vivas fué quien edi·ficó la casa que hoy pertenece a don Fernando Cflamorro QU2zada.

la casa que octualmente ocupan las oficinas del Gobierno, desde el ¡uzgado de lo Cl iminal, de telégrafos, de teléfonos, de coneos, Direcci6n de Policía y cárcel de mujeres, fué destinada para el nuevo hospital la casa que ocupq 1.0 señora Luisa Guadamuz pertenecía tom· bién al hospital; pero uno de tantas Juntas la vendió a don ~osé Cu<tdra.

Se comenzó en un espacio reducido

Pero no toda esa extensión se utiliz6 desde el prin– cipio. para local destinado a hospitalizar a los menes· terosos la Junta de Caridad compró a don Fermín

Arana esa ,casa; pero por la penuria en que se hallaba, no estaba en pasibilidad de sufragar tanto gasto, y des– tinó para enfermería, únícamente la pafte que ahora oeupa el iu~gado de lo criminal, dando en alquiler el resto del edificio; ayu~ando con eso al mant~nimiento

de los desgraciodos la situación era sumame"nte perio· so, y difícilmente podían atender a los asilados, tras– cendienqo en aquel triste lugar nada más que miseria y dolor Se carecía de todo, así como antes había de todo en abundancia Malamente se fué proveyendo de camas ordinarias, con marcos de tabla o de cuero, sien– do esto ya un lujo 'los medicamentos eran deficientes,

y tenían muchas ",ec;es que ocurrir a la medicina "em.

pirica y a los remedios caseros, para dar algún trata·

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