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Lo situaci6n de Nicaragua ero critico. Por uno pat.

te, tenía un gobi~rno execrado; por otra, su territorio es· taba hollado por fuerzas extrañas, cuyos jefes, sin nin· gunos vínculos en el país, no podían tener el más pe– queño interés en procurar lo felicidad de este pueblo;

teniendo únicamente en rnira eiercer venganzas sobre

enemigos de quienes habían recibido graves ofensas El pueblo de Goanada, que siempre en los grandes circunstancias ha dado pruebas de acendrado patriotis– mo, se reunió en cabildo abiert9 poro considerar la si– tuaci6n y deliberar sobre lo actitud que en aquello ca· yuntura debía tomar a fin de darse garantías y eV·ltar

a la patria mayores desgracias A pesar de sus iustos

resentimientos con el gobierno, por la conducta tiránica que con él ejerciera hasta entonces resolvió enviar un

comisionado respetable a la plaza de Le6n, para arre– glase con el gobierno un modus vivendi que garantiza~

se lo paz, tranquilidad y seguridad de este vecindario, las instrucciones del comisionado, que lo ero don Jos.é del Montenegro, se redudon a solicitar del gobierno que enviase de león autoridades honradas que hiciesen efec– tivas aquellas garantías; comprometiéndose, en cambio, a ayudar al gobierno con todos sus recursos y energía, . a rechazar la invasi6n El general Costo Fonseca mani~

festó al comisionado Montenegro, con risa burlesca, qu~

el gobierno no trotaba con rebeldes; que obraran los granadinos como les pareciese; que él se reservaba el derecho de castigarlos severamente en su oportunidad; y que en todo caso, plefería tenerlos como enemigos, para sacarles su dinero sin consideración

Vista la obcecación de aquel gobierno, a quien la Providencia parecía haber cegado poro perderlo, el se· ñor del Montenegro se dirigió al campamento de Ma– lespín con quien arregló el concurso de Granada para terminar aquella guerra, a cambio de que las fuerzas invasoras apoyaran decididamente al gobierno que es– tableciesen los pueblos en insurrección

la guerra tomó entonces un carácter mós activo, y

01 cabo de 64 días de asedio cay6 lo plazo de León

en poder de los fuerzas aliadas, desapareciendo, en consecuencia, el gobierno que la defendía

Retiráronse las fuerzas hondureñas y salvadoreñas, deiando en Nicaragua, a solicitud de los granadinos, al señor General don José Trinidad Muñoz, que se había distinguido en lo campaña por su pericia militar, su flato culto y sus morcados tendencias 01 orden yola decen· cia

A consecuencia de esta guerra, que fue tan desas~

trosa como lo de 1824, el país qued6 boja el azote de facciones feroces, encabezados por caudillos que habían sucumbido en lo plazo de León El General Muñoz, que nabía sido investido con el alto carácter de Coman· dante General, no tuvo otra ocupación durante cuatro años que estar debe landa facciones, las cuales surgían de todos los rincones de lo República, causando por to· c;las partes terror, estragos e intranquilidad Por consi– guiente, el país se mantenía en lamentable atraso ma–

ter~al e intelectual: pues, a más de que los facciosos des. trulan toda especie de propiedades, el gobierno las ocu– paba militarmente para las nec.esidades del ejército, y el comercio y la agricultura languidecían lastimosamente Cborno en 1,0 precedente era constitucional, la incertidum-re del dIO presente causaba desaliento e impedía el desarrollo de los empresas útiles

la terminaci6n de esta guerra hizo entrar a Nicara– gua en situación más bonancible: empezaron a lucir en

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su seno los primeros destellos de 10 civilizaci6n moder· na, y los hombres de orden comenzaron o ejercer una influencio más efectiva en los destinos etel país Esta nueva situación será objeto de nuestro artículo siguien– te\

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Pora la mejor inteligencia de los hechos, que mar– can la marcho política de Nicaragua, consideramos nuestra segunda ela constitucional dividida en tres perío– dos¡ dUlOnte los cuales el Estado fué caminando hacia su regeneración, bien que a pasos ton lentos como in– seguros, y dando con frecuencia lamentables traspiés, que o veces lo hacian descansar más del doble de lo distancio recon ida en lo senda del promesa y del buen gobierno

Ya reseñamos en nuestro artículo al1terior la situa– ción desgraciado a que quedó reducida Nicaragua en el primer período de poco más de seis años, comprendido entle la emisi6n de la COito fundame~tal del 12 de noviembre de 1838 y 25 de enero de 1845, día en que cay6 lo plazo de Le6n en poder de los fuerzas aliados y desapareció, en consecl,Jencia, el gobierno militar del general don Casto Fonseca

Trataremos anord de seguir punto a punto los pasos que Nicaragua di6 en el segundo pel íodo, con el objeto de fundar un gobierno de leyes

Habíase organizado dUlonte la guerra, en la ciu– dad de Masaya, un gqbierno provisional, a cargo, pri– mero, del Senador por el Departamento de Glanada don Silvestre Selva, y c\.lando terminó el perlodo senatorio de este ciudadano, fué IJamado al ejelcicio del mando su– premo el Senador por Rivas don Bias Antonio Sáenz 111 Pacificado el país, se convoc6 01 pueblo poro elec– ciones de Supremos Autoridades, y fué elegido Director Supremo del Estado el eminente patriola granadino don José León Sandoval

El pueblo hicaragüense no podía haber fijado sus oios con más tino en un ciudadano tan aparente pata encaminar el país por lo senda de lo legalidad, como el señor don José León Sandoval, sujeto integérrimo, de carácter firme, templado en las largas y cluentas luchas por lo libertad Conocedor o fondo del carácter nacio– nal, y avezado al manejo de los negocios públicos, oa– di", como él estaba en aptitud de dirigir los destinos de este país, de"scónce(tado por sus (frecuentes convulsio– nes Tenía, gran conocimiento de los hombles públicos ,de lo fedéraci6n, pues había sido militar subalterno del general Morazón, a quien siempre, habló con la mayor entereza sobre Id netcs·idad de que ;s~ reformase el pac– to federal; y habiendo e{ercido varios destinos en el Es– tado, bajo aquel régimen, tuvo ocasión de relacionarse

COn los principales hombres del país, quienes oían con respeto sus opiniones en asuntos públicos Desde el año de 1811, en que sent6 plazo de soldado roso en el ba– tatl6n 'de esto ciudad, (2) jamás dej6 de prestar o su

(1) Este pánafo fué cOl'lcgido de acuerdo con una nota qua puso el autQl. más ~_~elante. al teüoinar el pelÍodo de Pineda, In cual en su p:llte cOIlducen~ l."Czn nsi: UDijimos en nuestro artículo nI, inselto en el núniclO 2140, correspon–

diente al 10 del mes en curso, que se m.gnniz6 en Masaya el GObjCUlQ Pr9visional de la insulleceión, primelo, con el Sena– dor llar el Departamento de Rivas don Bias Antonio Sáenz.

y que enseguida fué llamado el Senador pOl Glanada don Sil–

vestte Selva

Fué al levés: Selva entló ptimelo, y terminado su pelio-

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