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« Previous Page Table of Contents Next Page »aplaudida En la administración de Cuadra, logra
que Guardia venga a Nicaragua a la entrevista de Belén, en donde se soluciona pacificamente el conflic– to Va a El Salvador con el objeto de salvar al Ge– nerai Tomós Martínez, que estó prísionero de los ba– rristas y en peligro de muerte Procede con valentía y habilidad Borra los prejuicios contra el Gobierno de Nicaragua Consigue que la viuda del General
Barrios, con una nobleza que admira, coopere en la
salvación de Martínez El General Máximo Jerez le
escribe en esa ocasión l/Siempre 10 encuentro a usted
del lado de la generosidad"
Un incidente de poca importancia ocurrido con el Gobierno de Napoleón IJI, de Francia, le proporciona un triunfo literario y diplomático al Conciller El vie– jo MeÍller, fabricante de chocolates en Francia, desea ser Ministro de Nicaragua ante su propio Emperador, Napoleón IJI, para gozar de las prerrogativas sociales del cargo El industrial francés posee una finca de
cacao, colindante con "S on Antonio" y liLas Merce–
des", predios patrimoniales y solariegos de don Vicente Cuadra y don Pedro Joaquín Chamorro Además, es riquísimo y ama a nuestra Patria Don Vicente y don Pedro desean obsequiar al vecino, y don Anselmo pre– gunta a París si es grato, para extenderle las creden– ciales El Ministro de Relaciones de Francia contesta con una especie de suave reprimenda por lo insólito de proponer a un industrial, cuando debiera saberse que es imposible en el orden diplomático, que exige
más alta categoría social para una representación an–
te Su Majestad el Emperador Don Anselmo replica con argumentos débiles en el orden técnico, pero con hábiles apreciaciones sobre la igualdad, ideal que Francia lanzó al mundo con el estrépito de una revo– lución, y que la joven Nicaragua recogió con fe y practica con sinceridad La nota del Canciller fue aplaudida en el exterior, y significó un triunfo literario e ideológico, porque nuestro hombre se deleitaba to– davía en las ficciones de la democracia que domina el siglo XIX
En el periodo de don Pedro Joaquín Chamarra, con otra nota en que razona la actitud de Nicaragua no agresiva, pero vaíiente en la defensa de sus dere–
chos, desvanece un grave conflicto centroamericano
que su Gobierno afronta con energía En el malha– dado asunto del reclamo alemán, que violó toda jus– ticia, discute con sereno dignidad frente a la insolente arrogancia del germano Es el tiempo en que domi– naba en el mundo internacional la doctrina de Thiers, que colocaba en depresiva situación de semi-bárbaros a los paises de la América Española, sujetos a sufrir sin protestas las llamadas demandas de indemnización,
que debían ser ratificadas por la fuerza como casos de policía, sin tomar en cuenta la soberanía del Estado americano Nicaragua en su debilidad fue vencida sin pelear y humillada, despreciados sus tribu– nales de justicia, saqueado su tesoro, abatida su ban– dera, para establecer el derecho preferente del ex– tranjero europeo en estos terrítorios en que habían surgido al mundo las nuevas nacionalidades, que no se quería dejar prosperar Los Estados Unidos que
se habían proclamado por sí y ante sr en la Doctrína de Monroe los guardianes del continente, zafan el
hombro a Nicaragua, al negarse el Gabinete de Wash– ington a servir de mediador El pobre Canciller, apoyado sólo en la debilidad de una nación incipiente
e inerme, se esfuerza por contener los arbitrarios avan–
ces de una potencia que síente y practica el imperia– lismo agresivo, que inspira la conducta de Europa en
los países hispanoamericanos, pero su nota circular a
esos países, escrita en la angustia de la hora, es un
elocuente grito de alerta, y un documento, muy hon–
roso para Nicaragua, en que se sientan y razonan doc–
trinas equitativas sobre la responsabilidad de los Estados para con los extranjeros, que debían informar más tarde la tesis tríunfadora del Derecho Internacio– nal Americano
Por estos éxitos el público creia a don Anselmo un ministro omnipotente, árbitro de los destinos del país ¿Hasta dónde llegaba su influencia? Con fa– cilidad se exagera el predominio de un intelectual que sobresale en un período determinado, laborando inten– samente al lado de hombres de acción Los Presi– dentes a quieens sirviá don Anselmo eran verdaderos conductores de pueblos, que trazaban el rumbo, de– jándole al colaborador intelectual la tarea de allanar el camino Su influjo recae más sobre la forma que sobre el fondo de los negocios El Mandatario da el color a la política, y al intelectual le toca dibujar los matices para que agrade a la generalidad En el con– sejo áulico no se acogen íntegros sus planes, pero da forma elegante al pensamiento propio disminuído o al entero pensamiento ajeno, para que penetre en el al– ma de la muchedumbre Sus notas son citadas en el
exterior, las exposiciones de sus memorios llevan al
público el concepto claro de la politica gubernativa,
peto la acción inicial no es suya, y su cooperación es
recibida con medida Al final, su influencia recae más sobre los gobernados que sobre el Gobernante Entre los ejercicios más pesados para la mente de un escritor, está el de expresar los pensamientos y sentimientos ajenos Operación de comprimir las pro– pias ideas, para confundirlas en el pensar de otros Es el estiramiento o encogimiento de la propia dimen– sión para nivelarla con otra estatura, que al verificarse descoyunta una parte de la inteligencia Don Ansel–
mo tuvo que sufrir esa tortura para su temperamento
de artista, pero como lo hizo al servicio de hombres de Estado de recto criterio y honrado corazón, no pierde fama en la confusión que la historia puede hacer de
sus opiniones y de sus sentimientos nacidos en la es–
pontaneidad de su alma, con aquellos otros que fue– ron inspirados por su Jefe en el Gobierno
¿Por qué el General Joaquin Zavala, más que sucesor heredero de don Pedro Joaquín en la Presi– dencia, prescinde de don Anselmo en su Ministerio? ¿Seria porque piensa que el Estado evolucione hacia novedades para las cuales puede ser una rémora el Canciller, acostumbrado al ritmo prudente de las ad– ministraciones de Cuadra y Chamarra? Zavala ha– bía sido aficionado a las letras, con muy buenas apti– tudes en sus años mozos, y concurría con don Ansel– mo a las tertulias intelectuales del tiempo de don Fruto Parece natural que buscara la colaboración de su antiguo amigo y colega Aunque tal vez por eso mismo de sus aficiones y aptitudes literarias, re
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