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« Previous Page Table of Contents Next Page »cuando Martínez h quebranta, excesivaménte celoso el partido conservador le retira su apoyo, y sus hom– bres principales van' contra el correligionario, cama– rada de tantos jornadas, y se lanzan al campo de la guerra, en estrecha compañía con Jerez. Dn Ansel– mo goza del cariño de Martínez, al extremo que él mismo dice de su posición "Se me halagaba de mil maneras,' como a un hombre de gran valía todo el que deseaba estar biim con el Mandatario, asegurarse en su puesto u obtener alguna colocación, solicitaba
con empeño mi amistad¡ creyendo por este medio rea~
\izar su aspiración" Sin embargo, rompe lanzas con–
tra la reelección, da.la espalda a Martínez, y desde el palacio va al destierro, refugiándose en Costa Rica. Por mi relato parecier'a que se ha suspendido el curso de la existencia particular de don Anselmo, ab– sorbida por su condición de hombre público Pero ha vivido como todos los mortales, con su caudal de sen–
timientos, ilusiones, desengaños¡ alegrías y pesares
Su vida es pintoresca y despierta la tentación de no– velar Corre su edad en la década entre los treinta y los cuarenta años, que es cuando se alcanza el equi– librio viril entre el alma y el cuerpo Es alto de esta–
tura, espigado en el porte, muy moreno de color, de
facciones correctas, con una frente muy amplia y una
cabeza muy bien formada Los amores con su pri–
mera esposa son un romance En uno de sus viajes
a San Juan del Norte, de que hablé anteriormente,
trabó conocimiento con un matrimonio alemán que
acababa de desembarcar, procedente de Koenisgberg El matrimonio traía una hija de pocos años, delicada y muy bella Los inmigrantes hablaban inglés, y don Anselmo pudo servirles de guía e intérprete durante
la navegación hacia Granada, en donde permanecie–
ron poco tiempo para seguir hasta Costa Rica La niña se impresionó por la figura y trato del nicara– güense Años después, cuando don Anselmo, dis– gustado con Martínez, caído y desterrado, llega a Costa Rica, fue a Cartago para ocuparse de director de un colegio Caminaba sobre una de las calles de
la vieja ciudad costarricense, cuando una hermosa se–
ñorita le quedó viendo con insistente curiosidad y no– tOl icl simpatía Se reconocieron Era la alemancita del Río San Juan Ella le pidió que continuara ense– ñándole el español, cuyas primeras lecciones le diera sobre las ondas de nuestro lago, en las poéticas vela– dos de la navegación Grande empeño debió poner en aquellas lecciones, porque concluyeron en noviazgo y casamiento Ella era una delicada y alba flor de trasplanto El idilio duró, a pesar de la disparidad de razas, hasta que le puso fin la muerte de la esposa Al sostenimiento de ese idilio, nuestro moro contribuyó Con la imponente seducción de su viril inteligencia, y la rubia con la tierna constancia de su rendido cora–
zón
Don Fernando Guzmán ha vuelto a reunir alre– dedor de la Presidencia al patriciado conservador, y en 1869 llama de Cartago a don Anselmo para con– fiarle un ministerio Nuestro hombre adquiere ante el público la categoría del ministro por antonomasia de los tres gobiernos de Guzmán, de Cuadra y de
Chamarra, que son los típicos del régimen conserva–
dor Los Presidentes están acostumbrados a que don
Anselmo dé expresión literaria O sus pensamientos y resoluciones de Mandatarios.
Gobierna don Vicente Cuadra y ha quedado va– cante el Ministerio de Relaciones Exteriores por la renuncia del doctor don Tomás Ayón Principian a desenvolverse las relaciones de Nicaragua con las na– ciones de Europa y América Don Vicente necesita llenar esa vacánte con un hombre de talento y versa–
ción¡ porque como dice en carta privado "Existen
muchas dificultades en esa Cartera, hay pendientes reclamos de gravedad y trascendencia por parte de varios gobiernos europeos, tenemos que hacer los pri– meros tratados de comercio y extradición, y hay ade–
más convenciones postales que sería útil y conveniente
celebrar" No están bien las relaciones con El Salva– dor y Costa Rica Hó surgido en el primero de esos países el partido del sóCrificado General Gerardo Ba–
rrios, y guarda resentimientos a los nicaragüenses
Desde Costa Rica nos inquieta el General Guardia con sus gestos de dictador El nuevo Ministro de Rela– ciones Exteriores deberá solucionar todos estos proble– mas Don Vicente piensa en llamar a don Buena– ventura Selva, el candidato liberal que se le opuso en las elecciones Lo objetan los políticos de Granada porque no lo vería con buenos ojos el Gobierno de Guatemala, "en donde se tiene a Selva por hombre contrario a las ideas liberales" Algunos aconsejan que se nombre al General Máximo Jerez, pero por las
mismas dificultades centroamericanas no inspira con–
fianza el inquieto revolucionario. Consultado don José Joaquín Cuadra, hermano del Presidente, aconse– ja el nombramiento de don Anselmo Don Vicente dice que a don Anselmo lo tiene ya con él, y que desea valerse de esa Cartera para llevar a su lado un nuevo colaborador, porque en Managua se siente solo, y
"como gobernando desde un campamento" Además,
escribe don Vicente en la mayor intimidad "No es occidental, se halla muy enfermo, y con su natural
inactividad, temo que deje en pie las dificultades que ha venido sufriendo ese Ministerio" En el original la palabra inactividad está escrita sobre otra que fue borrada cuidadosamente Por las apariencias, la primera palabra usada por don Vicente fue pereza No es la primera vez que es mote jada don Anselmo de perezoso ¿Será verdad? Don José Joaquín, que le conoce mejor, porque es compañero en edad e inclina–
ciones, insiste en sus buenas aptitudes para el Minis
R terio, y triunfa Tengo a la vista la correspondencia de los dos hermanos Cuadra sobre este incidente de la vida de don Anselmo Su lectura interesa, y da la impresión de seriedad en el procedimiento que se seg,Jia para elegir los funcionarios. Fácilmente yerra
un hombre de acción cuando cree perezoso a un int~
lectual El cuerpo permanece en aparente inactivi– dad, pero la inteligencia se agita en la concepción de un pensamiento, y lucha, recogida y silenciosa, con el idioma para dar forma precisa a la idea, y cuando el observador cree que se retarda el discurso por aban–
dono, tal vez es cuando se está en laboriosa gestación,
o se batalla para perfeccionar y embellecer la obra Don Anselmo llega a la cúspide de su vida pública Es el Canciller de los gobiernos de Cuadra y de Cha– morro Domina el Gabinete, obtiene triunfos y es
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