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palabra el Coronel Salvador Peña Trejas y dijo que en vista de lo ocurrido el dio anterior en el Salón Azul, en que la Corte Suprema de Justicia apoyada por gran número de profesionales, estudiantes y gente del pue– blo, había obligado a la Asamblea Nacional a dejar sin efecto la elección de Designados a la Presidencia de la República, recaida en los doctores Carlos Me– néndez Costra y Joaquín Parada Aparicio y General Fidel Cristina Garay y a elegir Designados a los docto– res Miguel Tomás Molino y Sarbelio Navarrete, ha– bian decidido formar un Directorio MILITAR que go– bernaría el pais hasta que recibiel a el Poder el ciuda– dano que resultara electo en los comicios de Enero Después de discutir el asunto por largo rata, ha– ciéndoles ver la gravedad del caso, se convino en que

lo meditarían y me darían aviso más tarde

Inmediatamente que regresé a Caso Presidencia! ordené citar a los miembros del Gabinete y al estar reunidos ,les puse en autos de lo que pasaba Después

de cambiar impresiones, se ofreció el señor Ministro

de Instrucción Pública, doctor Hermógenes Alvarado h, para pasar a hablar con los oficiales, lo que fue aceptado 'i se dispuso que le acompañara el Subsecre– tario de Defensa Nacional, José Cuevas M

Al regreso de su comisión dieron cuenta de que los oficiales estaban en buena disposición y que desea– ban exponer sus razones ante el Consejo de Ministros Aceptado ésto, se invitó a los oficiales, a pasar a Casa Presidencial En el curso de las pláticas, se levantó el Capitón Raúl Paniagua Arauja y dijo. Lo que noso– tros queremos es el mando!

Poco después se recibían informes de que algu– nos oficiales continuaban los trabajos para la organi– zación del Directorio Militar, entre ellos, el Mayor Oscar Osario, quien fue enviado a los Estados Unidos, Capitón Rafael Carranza Amaya y otros

Algunos dios después de ser nombrado Director General de Policia el Coronel Osmín Aguirre y Salinas, se supo que en la Dirección de aquel cuerpo se habían verificado juntas de oficiales, por lo cual llamé la aten– ción al Coronel Aguirre y le prohibí que se celebraran

mós reuniones en aquello oficina

20 DE OCTUBRE

Como a las diez de la noche de este dio, se es– cuchó un tiroteo, pregunté otra vez y. el mismo Director me informó que eran rameristas borrachos que anda– ban en carros disparando a diestra y siniestra, pero que ya se les perseguía por algunos pelotones de guar– dia y policia

. En este momento llegó el Subsecretario de De– fensa Nacional, General José Guevara M, quien me dijo que iba para su casa cuando oyó los disparos. Por medio de dicho General se preguntó a los Regi– mientos 1 9 y 2 9 de Infantería y Caballería sobre lo que ocurría habiendo informado los Comandantes que no había novedad y que los ti,os eran por las calles

21 DE OCTUBRE

Paco más O menos a las cuatro horas de este día,

sentí que llamaban a la puerta de mi dormitorio, me levanté y al abrir la puerta se me presentó el segunda Jefe de la Plana Mayor Presidencial, Teniente-Coronel Osear A Corea, quien me manifestó que estaba un grupo de Jefes y Oficiales que decian tener urgencia de hablar conmigo Al preguntarle que dónde esta– ban, me dijo que en el corredor del segundo piso, ex– trañándome de que no se me hubiera avisado antes de hacerlos entrar

Le dije al Teniente-Coronel Corea que ya iría Me vesti y me dirigí al lugar en que se encontraban. Después de saludarlos los invité a pasar al salón de espera y una vez sentados pregunté lo que ocurría Me fijé que entre los presentes estaban el General Francisco E Ponce Coroneles Salvador Peña Trejas, Arturo Rivas Mena, Sa,ntiago y Felipe Ayala, Ambrosio Gonzólez y Joaquin A Germán Teniente-Coronel Mi– guel A Bolaños de la guarnición de Chalatenango, Mayor Germán Barón y Capitán Adolfo Rubio Melha– do y muchos otros oficiales a quienes no me fue posi– ble identificar.

Tomó la palabra el General Ponce y me dijo que en vista de la gravedad de las circunstancias, se había constituido un Directorio Militar y desean que yo les ayudara con mis luces, a lo que contesté que no tenía que darles ninguna luz y que desde luego que habían dado ese paso, ero indudable que habrían estudiado

sus consecuencias

Se me dijo que de todos modos la oficialidad que estaba reunida en "El Zapote" deseaba hablarme

Les manifesté que aunque creí'Q que esto era innece– sario, les acompañarío al cuartel

Con la esperanza de hacerlos desistir del grave paso que daban, fue con ellos al cuartel, a pie. Al llegar al cuartel fui invitado a pasar al Casino de Ofi– ciales, donde solamente se encontraban cuatro oficia– les, no entrando ninguno de los que me acompañaba Después de unos dos minutos se presentó el General Ponce con un papel en una mano y una pluma fuente en la otra y me dijo que tenía que firmar la renuncia de la Presidencia de la República Me la entregó, y después de leerla le hice ver que el motivo de mala salud que en ella se exponía no era cierto y que pro– bablemente la Asamblea hOl ía observaciones y exigi– ría comprobantes, a lo que se me contestó que ya estaba todo arreglado.

Como entre los Jefes que se presentaron a Casa Presidencial estaban algunos que me guardan rencor y que sabia eran capaces de cometer cualquier atro– pello, firmé la renuncia bajo la impresión de que el Directorio no podría sostenerse por mucho tiempo y que para legalizor la situación tendrían que llamar a uno de los designados que con anterioridad habían sido electos

Después de la firma me dejaron solo con el Teniente-Coronel Corea, y después estuvieron llegando algunos a hablarme de cosas ajenas al caso.

Como a las siete se me invitó a tomar el desayu– no, habiendo aceptado una taza de café Cuando me levantaba de la mesa, empezaron a llegar al co– medor muchos diputados, quienes, según supe des-

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