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Se graduó en Santiago, de médico y cirujano, con bri– llantes notas Al regresar o Nicaragua se estableció en León, donde fue un profesional de lo más destocado y catedrático de la Universidad del mismo lugar En el año ¡ 9 ¡ 7, Jos periodistas Jiberales Armando Saavedra y Fernando Garda -(el Duende Rojo)– fueron confinados por motivos políticos a las Islas So–

lentiname, de donde poco tiempo después, lograron fugarse a Cosla Rica

Cuando Nicaragua enlró en Jo primera Guerra Mundial, el Presidente de 10 Repúblico, General Emi– Iiano Chamarra, designó, como lugar de internamiento para los ciudadanos enemigos, las Islas, pero nunca llegó ningún internado

Después de pasar todo un día en este ambiente natural, maravilloso, donde todo es como hace miles de años, excepto los botes de motor, viendo jugar y tomar los baños de sol a los enormes Sábalos Reales, de cien libras de peso arriba, que hace que sea un paraíso para los turistas y los a ficionados a la pesca, viendo el crepúsculo del sol, tan bello, como para el pincel de un pintor, dejamos las Islas y nos dirigimos a San Carlos, nuestro cuartel general para futUl as ex– ploraciones

SAN JUAN

DEL NORTE

Fn San Carlos, cabecela del Departamento Río San Juan, causa sorpresa a los amigos, cuando les manifiesto que pretendo llegar a visitOl San Juan del NOI te Casi todos conocen la Barra del Colorado, puerto de Costa Rica en el Atlántico y muy poco co– nocen o se aVEnturan a llegar hasta San Juan del Norte

Me diriglm preguntas J'Oras ¿Qué vas a hacer en una ciudód muerta, desaparecida, ciudad fantasma?

y ei1 mi l11el1te bulle solamente una cosa, conocer eS– te puerto de glorioso pasado, ruta ele los conquistado– res, piratas, filibusteros, puerta de entrada de la Com– pañía del Tránsito (del Atlántico haCia California), Ciudad libre en un tiampo, ocupada por los ingleses en el año ¡ 848 Y bautizada con el nombre de "GREY– TOWN" Fue proclamada República independiente por su vecindario extranjero en el año 1852, bombar– deada por la morilla de guerra de Estados Unidos, con

los cañones de la fragata "CYANE", incendiada en

1854 y, en fin, reintegrada al territorio nacional el año

de 1858 Sí, dije, quiero conocer San Juan del Norte, paro reconstruir algo de su pasado y ver, con mis pro– pios ojos, qué es lo que podría dar para el futuro

LOS VlIUI!lB05

Mi compañero de viaje desde Managua, es el jo– ven estudiante norteamericano de la Universidad de Miami, Robert E Johnson y, en San Cdrlos se unen con nosotros, el doctor Héctor Mena Guerrero, médico, viejo amigo mío, quien tiene interés en tomar parte en esto exploración Hdrry Góméz, un ¡oven nicd-chino,

nacido en Bluefields, dueño de embarcaciones en el Río San Juan y el Teniente G N. José Francisco Me– féndez, cabafferoso y vie¡o soldado de las fuerzas armadas, Comandante de El Delta del Río San Juan, va

con nosotros

Salimos de San Carlos a las ocho de la noche, en

dos lanchas planas y con un remolcador llamado "El Diamante", perteneciente a Harry Gómez, la embar– cación está llena de gente madereros, raicilleros, hu– leros, comerCiantes, indios, mosquitos, zumos, negros de lo Cosla Atlántica, todos pasajeros, con mujeres y

muchos hijos, con destino a las dos orillas del Río y a

la Barra del Colorado

La noche es bella, temprano sale la luna y está llena Harry se preocupa por nuestra comodidad y tenemos los hamacas y los mosquiteros colgados a lo ancho de la lancha, descorchamos la primera botella para br indar por fa partida y aparecen fas guitarras Es un noche deliciosa!

Harry Gómez es pionero del Río, cada mes lo recorre dos veces, de ida y vuelta, es cortés y gentil con los pasajeros y en cualquier parte de la costa los deja y los levanta, no importa su condición Muchas ve– ces, cuando no tienen con qué pagar el pasaje, les e1ice liNo importa, me pagarás cuando tengas" Hany abrió la ruta también a San Juan del Norte, ha– ce algunos años, después de que en varias décadas no había llegado ninguna embarcación regular El llevó maquinaria, camiones y un tractor, ar Cocal, la finca de Brautigam que queda al Norte del río Indio, en la orilla del mOl

En la l1ladrugada estamos en El Castillo, pasamos

bien los raudales y tomamos ~n completo desayuno en una de las casas; después pasamos el rqpido de Dia– mantes y el de Machuca, el río está bravo y hay que hacer dos viajes separados con las lanchas planas Vimos la pequeña draga d'3 Ma<;;hllcd d~sl11ante­

lada, inservible, converlida en hierro viejo, solamente COn el casco a flole, amarrada a la orilla izquierda del río Ya estamos en pleno día y yo preparo fas cañas de pescar, abundan los Sábalos Reales de tan rica carne, tengo suerle hasta que no muerde la cuchara uno de extraordinario tamaño de aproximadamente doscientas libras y empieza a luchar conmigo Todos los pasajeros se electrizan, pero después de cuatro o cinco minutos de pelea, logra en un salto llevarse la cuchara con el anzuelo y yo me pongo contenlo de que no me llevó a mí también con todo y caña, porque el agua' está infectada de tiburones alre– dedor de la embarcación, puede decirse, que el que cae de fa lancha, no logra mojarse, porque los tiburo– nes lo atrapan en el aire

EL DELTA DEL SAN JUAN

Pasamos el Río San Carlos, en el lado tito, donde hay un éstablecimiento penal, dejamos atrás la desem-

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