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El matrimonio le permite evolucionar' se afirma como mujer, como esposa, como madre; en el orden so<;ial, demuestra su autonomía, ya sea particular– mente dentlo del ámbito de sus responsabilidades de ama de casa, o ya paralelamente a la actividad del marido ejerciendo ella también una profesián, la vida conyugal se orienta entonces hacia el intercambio, el repOlto igual, el reconocimiento recíproco de la per– sonalidad de los cónyuges, y este proceso implica for– zosamente aprecio y comprensión

la búsqueda de \0 comprensión parece acompa– ñar siempre al deseo de consideración, atención y delicadeza en las relaciones de la vida en común La prueba de la solidez del matrimonio comienza con la maternidad, acto normal del cabal florecimien· to de la mujer

Balance del matl'imonio

El balance del matrimonio sigue siendo positivo en Francia

El 66% de las mujeres casadas nunca han envi– diado la suerte de las mujeres solas, y sólo un 7% han sentido tal envidia

En caso de infidelidad del marido, las reacciones femeninas varían según el grado de sensibilidad indi– vidual.

La aventUla pasajera o accidental se admite re– lativamente bien, pero nada mós, en cambio, el enredo duradero significa el derrumbamiento del vínculo con– yugal, la pérdida de la confianza y, sobre todo, la pérdida del amor El conocimiento de tal situación suele ser fatal para el porvenir de la pareja

En todo caso, la indulgencia de las mujeres (res– petuosas en esto de la tradición) parece ser más frecuente con respecto al adulterio masculino que al femenino

El divorcio

De cada diez matrimonias, se rompe uno por divorcio,

De cada tres mujeres divorciadas, dos vuelven a cosarse

Las segundos nupcias son generalmente durade-

raS

En el caso de las mujeres, el divorcio ocurre entre los 25 y los 34 años, principalmente entre el tercer y el décimo año de matrimonio Los estudios realizados por demógrofos demuestran además que las francesas detestan el divorcio, invocan los hijos (70%), las dificultades materiales (40%), la religión (22%), el qué dirón (18%). Unicamente se avienen a divorciar en caso de desacuerdo muy grave

La mujer sola

Lo expresión "mujer sola" se aplica por igual a las divorciadas, las viudas y las solteras.

Al decir de las mujeres, parece que el celibato crónico se debe, en primer lugar, al hecho de que la soltero no ha dado cón el hombre que correspondía a su ideal, la cual implica en ella el predominio de la imagen que se hacía del ideal masculino, el segundo

motivo de celibato sería, siempre a juzgar por la opi– nión femenina media, la inhibición del hombre mismo que no ha tratado de pedir su mano, en último lugar, con mucho, las mujeres dan como explicación el afón de independencia de la soltera

Sobre la mujer no casada se cierne un matiz de desdoro que nunca afecta al hombre soltero, el cual es a menudo más popular que el hombre casado. La mujer sola se ve tal cual le ve la sociedad, lo cllal aumento la tristeza real de su suerte.

De un total de dos millones de mujeres solas -230 000 aproximadamente son divorciadas (han conocido la vida conyugal y familiar), -230 000 oproximadamente son viudas, -760000 son solteras muy jóvenes (de 21 a 24 años de edad),

-520 000 son solteras de 25 a 34 años de edad, -400 000 son solteras de 35 a 50 años de edad. Tan solo un 10% de las mujeres no se casan nunca

No es pura casualidad el hecho de que los mayo· res éxitos profesionales sean alcanzados por mujeres solas Para desear permanecer sola, la mujer debe tener un cm ácter de un vigor excepcional

La mujer independiente

En la sociedad de esta década, parecía que muy pocas personas reconocían como legítimo y satisfac– torio el estado de mujer independiente, por lo menos en lo que respecta a la soltera

Sin embargo, según declaran unas cuatro solte– ras de cada diez, el trabajo, la profesión, el éxito social pueden compensar el hecho de no haber encontrado el amor pela la mayoría de las mujeres admiten que esos casas de triunfos profesionales no pueden sino ser excepcionales Se deben a mujeres de por sí excepcionales. que prefiguran a las mujeres del por– venir

En cuanto a los salarios, cuyas tasas se fijan generalmente para el conjunto de cada rama de ac– tividad, oscilan entre 35000 y 75 000 francos anti– guos por mes el 25 % de las empleadas ganaban menos de 50000, el 50% de 50000 a 60.000, y el 25% restante de 60000 a 75000.

Las empleadas se interesan poco en las interioridades de su círculo profesional

Cumplen a conciencia su trabajo por afón de dignidad humana, pero el 80% son incapaces de citar el nombre del director-general de su empresa, y ello

cualqlli~ra que sea su edad, su antigüedad en la casa, su clase de trabajo Tampoco se sienten mayor– mente interesadas en el movimiento sindical que, a su juicio, es cosa de los hombres (sólo un 20% están sindicadas)

Aspiran a abandonar el trabajo que no las libera en nada.

Indecisas entre la oficina y sus quehaceres domésticos -que consideran ser el sino natural de toda mujer-, aspiran en su mayoría a recobrar "10

indiscutible soberanía de la mujer en su hogar".

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