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¿Cuál es, en la actualidad, la situación de la ma– yoría de mujeres, un tercio de las cuales desempeñan con su trabajo un papel activo en la Nación?

T TOS dos guerras, es costumbre afirmar que la mujer francesa, en adelante emancipada, electora y elegible, facultada en principio para ejercer las mis– mas funciones que el hombre francés, es igual a éste en derecho Se trata de saber si la francesa dispone a su antojo de su vida pública y de su vida privada, si han desapOlecido para ella los tabúes ancestrales, si el trabajo constituye o no un triunfo más en su juego ¿Está satisfecha con su suerte? ¿Cuáles son sus aspi– raciones? En una palabra, ¿cabe decir que la "ley del más fuerte" ha dejado en la práctica de regir su existencia?

Al leer las grandes encuestas y las obras recien– temente publicadas sobre la cuestión, uno adquiere conciencia de un hecho el de que nunca quizá como en la actualidad se ha visto la condición de la mujer en una posición tan controvertida, tan manifies– tamente inciel ta entre dos situaciones la condición -antigua- de objeto más o menos explotado y deli– beradamente mantenido en la fase infantil y de mino– ridad; y la condición --nueva- de sujeto adulto,

mayor de edad y responsable

Habiendo edificado orbitrariamente un mundo a imagen suya, en el que es a la vez maestro y modelo, el hombre se ha valido, para imponer su dominio a la mujer, de mitos muy pronto erigidos en d9gmas El principal de ellos es el milo de Id feminidad; contra– 'puesto al de la virilidad

Según C1aire Salomon Bayet (La fernme en ques–

tion, Edit La Nef), "la interrogación, la duda y la definición parecen ser características propios de la liiujer Si surge el hombre, eS paro ser el criterio por el cual se aquilotó a la niujer el marido, el padre, el amante En el hOI izónte femenino, el hombre aparece como la certidumbre de sí mismo, como el garlito en que puede "coer" la mujer ! Una ojea– da a la prensa femenina revela dos temas constantes, lo inquietud se manifiesta en torno a dos "ideas sola– mente" la felicidad y el amor Una y otra se redu– cen a

"A juicio de Colette Audry (dix ans aprés le Deuxiéme Sexe, Edit La Nef>, la feminidad puede de– finirse como el conjunto de las cualidades de la mujer qUe satisfacen al hombre, el conjunto de las actitudes que diferencian a la mujer del hombre, el conjunto de los defectos o de las flaquezas que el hombre le repro–

"La mujer no quiere renunciar a ninguna de las ventajas que debe a su antigua condición antes de ha– ber conquistado definitivamente las nuevas (emanci– pación socio-profesional, jurídica y amatoria) Por tanto, se ve impuísada a recurrir al engaño

"Rechazando la imagen de la mujer de ayer, aunque sin dejar por ello de invocarla, intentando ju– gar a todos los tableros, rehusando la condición que se le asigna pero conservándola, la mujer continúa pI esa en el cepo de la mala fe"

A esto agrega Claire Salomon Bayet que única– mente la prueba de un trabajo que la hace indepen– diente es capaz de hacerla llegar a la vez a la mayo– ridad yola

I esponsabiliddd en el plano del espíritu, y de borrar los comportamientos antiguos

El trabajo crea una nueva especie de mujer que, sintiendo su libertad, la ejerce en las demás esferas, inclusive la del amor una mujer emancipada por su trabajo, mayor de edad en el amor, unida a un hom– bre en virtud tan solo de un sentimiento, espontánea– mente, sin retos ni secretos, la mujer edifica su propia vida El ejercicio de su poder en el ámbito de una profesión -poder sobre [os objetos, así como respeto de los individuos- excluye el deseo de expresar su fe– minidad con la venganza o la provocación

Las 1 250 000 jóvenes de 15 a 2Ú años de edad con que cu~nta Francia representan el 7% de sI.! po– blación femenina totaL

De dicho número, el 43 % trabajan (fÓbricas, agricultura, servicio doméstico) y el 57% restante no ejercen ninguna ocupación remunerado

¿Qué lugar ocupa la joven en el medio en que vive? Y, primeramente, con respecto a sus padres? En el centro de la relación paterno-filial reina el hecho absurdo, sin duda provisional pero inmenso, de que \05 padres no son solamente \os progenitores, sino que pertenecen o lo vez a una raza dominadora, la de los adultos, o raza de las "personas mayores"

Por oposición a esas "personas mayores", a las que juzgan y critican, las jóvenes se aislan a menudo en su propio mundo, el del lice~ y los amigos, en que se sienten más a gusto y más naturales A pesar de sus reservas, quieren a sus padres

Las jóvenes se atribuyen siempre ideas liberales

y creen que íoS de sus padres son estrechas A veces es verdad Existen padres cuya severidad aplasta a sus hijas

Aquí surge el problema de la libertad y de las relaciones entre muchachos y muchachas A este respecto, los conflictos han dejado de ser graves. Los

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