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« Previous Page Table of Contents Next Page »los 15 a los 44 años, es decir la poblaci6n capaz de produCir poblaci6n. De éstos se asume que hay un 25 %
solteras, que no tienen marido (viudas, divorciadas) o sea unas 90,000 en todo el país La proporción local aumenta en Managua porque muchas soltetas de los Departamentos acuden a lo capital por creer que tienen mayores op.ortynidades de casamiento en esta ciudad que quedándOse en el pueblo donde consideran que
"no hay partidós" y los que hay ya están tomados por otras más afortunados.
LA CAPITAL. CIUDAD RECTORA
A la capital llegan primero las ultimas creaCiones de lo modo y en esto ha demostrado tener muy buen gusto. Sabe interpretarlo poro confeccionar el traje y hecho el ti aje sabe llevarlo y luCirlo Los ojos de todo el país están puestos en ella y ella acepta el reto y se desem– peña con maestría. Difunde a los demás pueblos el "dernier cri" y éstos la siguen Este empeño es parte de la lucha por la existencia, o por mejor deCir pOI la razón y meta de la existenCia: conseguir el novio y trans– fOI marlo en marido Por este empeño trabajará, bus– cará empleo, pensando en los compañeros solteros de oficina, estudiará, pensando en los compañeros universi– tal ios, hará cualqu ier cosa lícita con tal de destacarse y triunfar (Hay excepciones a éstos conceptos, pero solo sirven para confirmar las reglas). •
lo que se ha dicho sobre )a moda, se puede decir para las costumbres, ya que éstos también se ponen de moda;, pero aquí vale señalar un hecho histórico muy importante. .
LA REVOLUCION FEMENINA
üm todo y su alto coefiCiente de inteligencia (IQ) de poder asimilar cualquier <losa desde los bordados
hasta las matemáticas superiores y la físico nuclear, de estar siempre al día en las modas y las costumbres, de viajar frecuentemente, de visitóf a los numerosos parien'
tes que tjen~ en los Estados Unidos, la ml!ier nicara. güense, cón ,su vang\Jordia fort'r'ladcl por la t'r'Iu\er capi– talino nO participó en lo revoluci6n de Id t'r'Iujer como nos la pinta Cldude Martheix en la mujer norteameri· ¿ónt!. No tuvo ni tiene aún necesidad de una revolu~
éión' de la cocína P9rque todavía hay cocinélas. No necesitó levantar un dedo paw conseguir el sufragio y la igualdad de derechos cOlí el honíbre porque éste se
105 dió aún sin que ellas lo pidieran. En la revolución de las costumbres Se ho tornado también su tiempo y aunque ahora ya los novios andan sin chapetonCJ y que nadie se sorprende de que una jovencita tenga en una mano un cigarrillo y en la otra un highba\l, que baile las danzas modernas en ti aje de baño, todavía existe un gran número de familias y de muchachas que no
10 hacen El bikini, que hace años se entronizó en las playas mediterráneas y norteamericanas, cuesta en es– tos tiempos encontrarlo en las nuestras. Esta revolu–
ción que ha sido inyectada a presión por el cine, las revistas y todos los medios de difusión ha encontrado en la moralidad de nuestras mujeres Una ejemplar re· sistencia.
EN LA POLITICA
Nd le ha faltado vigor y resolución para participar en nuestras luchas politicas y aún bélicas Nombres famosos han quedado en la historia como el de Rafaela Herreta, otros nombres, también famosos, quedaron de las mujeres de nuestras guerras civiles. En sus guerras contra el Generol Zeloya, el General Emiliono Chomorro
era seguido pOI un eniamble de mujeres resueltas, ver· si6n nicaragüense allticipada de las cbronelas de la re. volución mejicana
TClmpoco le ha faltado ardor, $iendo en política más apasionada que el hombre y también más sincera Pocas han ocupado puestos en el Congreso Ninguna ha sidp Ministro de Estado Titular (Panamá tuvo su pri. mera mujer Ministro de Previsión Social y Salud Públi. ca en 1951) ni han ocupado una Embajada, aunque hay muchas calificadas para desempeñar estos puestos
EN LAS ARTES
En la revolución de la cultu(a también ha actuado felizmente la noturaleza las dotó de excepcional ha– bilidad para las artes manuales Sus bordados han si· do elogiados en el mundo entelo. Ahora también lo son sus pasteles y su alta cocina Hay una gran in· quietud por la pintura y las bellas artes y 10 que antes elan esfuerzos individuales, ahora se organiw debida– mente en clubes de jardinería y Mesas Redondas pala el desarrollo de las bellas letras, academias de Bellas Artes. Con esto libera y encauza sus ansias creativas pelo no deia tampoco el hogar, su reino amado, sin que participe de la moderna organización, o corno pu· diéramos decir que se quede fuera de la moda de or– ganizarse: por consiguiente se crean la Asociación de Esposas de Médicos, de Abogados, de Ingenieros, etc, para servir de soporte a lo actividad de su marido que sigue siendo la fuente del bienestar
EN EL TRABAJO
, Muy lejos estarnos de los países donde ambos cón· yyges trabajan por igual y donde si ella pierde el em· pleo buscará como reponerlo con el mismo ahínco En la' capital ha aumentado considerablemente tanto el nú. m$ro de mujeres que trabaja, como de casadas que trabajan Pero las cifras tomadas eh conjunto no llegan a alterar el cuadro costumbrista que hemos !tazado
~uándo este cambio va a ser significativó no lo sabe· mos pero creernos que pasarán aún muchos años para que lleguemos a tener tan siquiera un sistema familiar de trabajo como el de Jo dudad de Panamá, para citar col116 ejemplo un país de nuestra álea
Nuéstl a ConstituCión Política ha darlo el privilegio a Ul1 grupo de políticos de regir y dirigir, aunque de ello no sepun nada, nuestro AsistetiCia Social, la cual es una formd antitécníca que está divorCiada de Salubri· dad PúblíCd, donde se encuentran los técnicos
LA ASISTENCIA SOCIAL
Esto ha contribuído considerablemente en el retraso de estructurar científicamente la Asisteneia Social La muier nicaragüense ha sido fa peor víctima de eflo Fue· ro del Seguro Social que protege la maternidad de la esposa o compañero del asegulado, en 10$ no asegura– das la atención del EstCldo es muy precaria No existe organizada la Protección Mate¡no·Jnfantil, ni Jo interna– cionalmente reconocida Asociación para la lucha contra el Cáncer, ni otras que sirvan de salvaguarda poro su salud ya que ella es la depositaria de la sobrevivencia de la Nación Sinembargo no es de desesperar: lo más probable es que la mujer nicOlagüense hago esta vez,
sin que le venga de fUera una revolución de su Protec· ción y de su Salud, iniciada y ganada por ella mi~~Q
Hermosa, inteligente y resuelta, la mujer nicaraguen· se mira confiada el pOlvenir de la Patria porque ella tendrá uno gran participación en la forja del mañana.
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