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« Previous Page Table of Contents Next Page »Las Casas
a las he~hiceras o alcahuetas tentan ellos por gala: to– dos al son de sus instrumentos musicales cantaban unos
y respondían otros, tomo los nuestros suelen hater en España .. En algunas partes, tras aquellos entran otros armados, ton gfundes c;¡laridos, ccmo si rompiesen por alguna batCllla, y arrebatan las muieres que mejores les parecícln en el ~oro, y salidos fuero estaban con ellas el tiempo que querían, sin ser parte 105 mClTidos para cstoroallo estando presentes aunque fuesen 105 propios señores, por no quebrantar tan loable costumbre¡ por manera que, aún h<.lsta en las burlClS Bacehanolias feísi– mas que los romanos y otros gentes hitieron, y aunque quizá hoy hacen".
CON CARmES
"Las mugeres bailan aparte, y los hombres tom–
bi~n. A veces los primeras bailcsn toda la noche, y 105 otros todo el día. El baile de los hombres es uno especie de pantomima, ejecutado por des o cuatro, los tuales,
(1 ese efecto, se disfrazan, unos en muchochas y otros en andanas Se comprende que quieren I epresentClI' un episodio amoroso: pero
lo acompañan de los gestos más indecentes y de las posturas más significativas El baile de las mu– geres es más gracioso: después de haberse formado un círculo, y teniéndose por las manos, empie:z:an a clar vuel– tas cantando, y, a un(l cierta sefial se separan brusca– mente, empiezan a saltar aisladamente sobre uno y otro pié, golpeando al compás un huacal que tienen en la mano, y antes tenían en la cabeza. Poco a poco se juntan dos por dos, y luego cuatro por cuatro, y en fin, todas vuelven a formar el círculo del principio".
Levy
CON CÁBAllEROS GALANTES
"Si por casualidad se reunen en número suficiente, generalmente se improvisa una "tertulia" o baile Reunio– nes o bailes formales son de rara ocurrencia y general– mente solo se dan con motivo de acontecimientos públicos
y entonces tendrá solemnidad y ceremonia. Fuimos testi–
9115 de Una "tertulia" en nuestra propia casa en la noche
después de nuestro arribo. UnCl docena de señoras se reunieron por cClsualidad y los caballeros galantes que se habícm detenido junto a los balcones de las ventanas, propusieron un baile, y aceptada la proposici6n con be– neplácito, inmediatamente se disperso ron elles
CI reclu– tar amigos y músicos. Uno hora después la gran sala estaba llena Las mujeres al entrar se colocaban todas en fila, en uno de los lados de la pieza y 105 hombres en el otro. Esto se presentaba con cierta tiesura y yo empecé a lemer que una "tertulia" no era gran cosa después de todo. Al instante, sin embargo, una sola pareja se lanzó al ruedo. La música rescmó sú– bitamente y mientras la pareja avanzaba bailando a lo largo de la salo la dClma, guardando el paso y siguiendo el compás, se dirigía a un lado y al otro.
Al ir pasando elle tocaba a ul1señor y a una señora al– ternativamente, con su abanico, en el hombro, seña– lando así las parejas que quedaban de ese modo obli– gadas a tOlllar parte en el baile. De esa manera todos
105 presentes pClTlicipClI'on en la danzo, nolens volens, y
est~ según SUj3e es la costumbre de abrir U\la "tertu–
tia". Pasada la primera pieza, el hilo roto, y la anima– ción en alto, se permite a 105 galanes ejercer su esco–
g~nciCl. Me pareció ésta, una buena disposición, que dispensa de una gran cantidad de embarazosa diploma– cia en el principio y los pone a todos a sus anchas rá· pidamente, A medida que avanzaba la noche aumen– taba el número de 105 concurrentes y antes de la diez ya teníamos con nosotros a todct la éJite de Le6n. To· clos pmticípaban plenamente en el espírHu de la fiesta,
V cuando lo campona de la Catedral dobló las once, creo que nunca había visto una reunión más animada. La pollCCl y el vals9 como también el bolero y otros bai– les españoles bien conocidos, todos fueron bailados gra– ciosamente con entusiasmo¡ y además de ésto, después ele muchas peticiones, tuvimos una danza indígena, una cosa original, lenta y romplicada y que dejó en mi men– te una clara impresHn de que era de origen religioso. Después del baile tuvimos músita con cantos, pero fue–
ra del himno nacional que se cant6 con fuerza y since– rielad, no puedo decir nada en elogio del canto. Du. rante toda la noche las ventanas estaban repletas de golfillos y las puertas bloqueadas de espectadores, 105
cuales cuando algo en particular les complacía, aplau– dían estrepitosamente como si todo el espectáculo hu. biera sido dado para su solo entretenimiento".
Squier.
SACRIFICIO Y MUERTE
LAS MUJERES Al SACRIFICIO
F......,pues deci. que algunas vec!!S sacrificays mu– geres? c6mo corrompeys essa ley de no entrar 0111 mu– jeres en los templos?
Y.-En 105 templos é casas de oración principales, quando algunas mugeres son sClcriflcadCls, no se hace más de sacrificarlas ó matculas fuera de la placa, y en
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los otros templos comunes se pueden hacer sacrificios de mugeres dentro de ellos,
F -Qué haceys de la sangre de las indias que son sacrificadas fuera de las casas é templos prin~ipales?
Y.-M6tenla en el templo é tómola el sacerdote, é
con la mano roda todas la~ figurar dl¡! los ydolos que allí están.
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