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« Previous Page Table of Contents Next Page »"Los casamientos se hacen de una manera muy ori– ginal (entre los caribes). El marido y la mujer están des– posados sin saberlo, cuando están todavía criaturas, por sus respectivos parientes Uno y otro crecen llamándose: mi mQrido, mi muger, Cuando ha llegado la época de su desarrollo físico, ambos declaran a sus parientes que quie– ron ser completamente casados. Entonces las dos fami– lias se reunen parQ fabricarles una casa, les dan tocios los utensilios indispensables, y después los abQndonan".
Levy
Cuando 105 señores y caciques se casaban, guarda– ban estas ceremonias: Enviaban sus capitanes y princi– pales hombres por mensajeros al padre de aquella que había elegido por esposa, rogándole de su parte que tuviese por bien de darle su hija por mujer y compañera para cuanto durase la vida, el cual se la llevaba luego con gran fiesta y compañía. En otras partes de allí en– viaban presentes algunos, de caza o de otras comidas; acostumbraban algunos otros que después que el padre de la moza la concedía, venía el que la deseaba con sus capitanes y compañía a casa del suegro, y allí concerta– ban el dote que le hClbía de dar por ella; luego el esposo volvíase a su tierra, de donde por un mes entero le en. viaba un presente cada día; pasado el mes, volvía muy acompañado a recibirla, dentro de un apartado o retrai– miento en que se había criado y estado encerrada desde niña, sin ser vista, porque ninguno la veía sino eran unos niños que la llevaban la comida; el suegro dábale lo que por dote le había prometido, y coda uno ele sus deu– dos también le daba sus dones según podía; cortábanle los tabenos por las orejas en señal de la libertad que en casarse perdía Pero la gente común tenía de costumbre do servir en sus labores un año al padre de la que por mujer quería, de la manera que Jacob sirvió por sus hí– jos Rachel y Lya; cumplido el año, era ley que luego se la entregase por pago de su servicio. Díjose que los se– ñores y los súbditos podían tener cuantas mujeres con su hacienda y trabajos sustentar pudiesen. Fuera de ma– dre o hermana, todos los demás deudos casarse tenia por lícito.
Las Casas.
"¡:ste despotismo (del Rey Samba) (3) no se limita Q 5010 los bienes, sino que se extiende hasta despojarlos (a sus súbditos) de sus muge res é hijas, apropiándoselas quando y como le acomoda; de manera que a mi llegada sustentaba en su casa hasta onze concubinas, de las c.uales la primera es siempre la predominante".
Porta Costas.
"El Rey como los otros Jefes mosquitos tenía gran cantidad de esposas y mujeres a las que hataba con tal crueldad que algunas morían en sus manos"
Roberls.
"La poligamia es permitida entre ellos, aunque poco practicada, y cuando, por casualidad, un caribe tiene varias mugeres, siempre hay una que es especialmente su muger. Las otros son generalmente viudas ó huérfa– nas, y a veces las hermanas de su muger, las cuales en– Contrándose sin medios de subsistencia, por la muerle de sus mClridos é parientes, han buscado asilo en la cClsa de un amigo, que en verdad las proteje y las mantiene, pero que también usa de ellas como de sus propios mu– geres, hasta que encuentran con quien casarse".
Levy.
"Paria,n los mujeres cuasi sin ningún dolor, luego que ocababan de parir se iban al río y lavaban a si é a lo que habían parido",
Las Casas.
"Y.- ..é tambié" (nuestros antiguos assi lo) manda– ron que estando con su costumbre no durmieramos con ellas en ninguna manera".
Oviedo
"No dormícm (105 indios) con sus mujeres, porque no pariesen esclavos de españoles"
GÓmal'a.
PROSTITUTAS INDIAS
F -Teneya mugeres malas enlre vosotros, que ga– nan prescio por dar sus cuerpos?
Y.-Sí hay, y lo que ganan es para ellas. F.-Essas mugeres tionen rufianes, a quienes den parte de lo que ganan?
Y.-Rufianes tienen; mas para servirse dellos, é lo demós no se uaa.
Oviedo
"Hay rameras públicas a diez: cacaos que son co– mo avellanas ..."
Gómal'a
"Hay mugeres públicas que ganan é se conceden a quien las quiere por diez almendros de cacao de las que se "a dit"o ques su moneda; é tienen rufianes al. gunas dalias, no para dorios parte de su ganancia, sino para servir dellos é que las otompañen é guarden la casa en tanto que ellas van a los mercados á se vender é á lo que se les antoja".
Oviedo
"Los hombres hacen aguas puestos en c1uquillas, é las mugeres estando de piés á dó quiera que les viene la gana..."
Oviedo.
ENAMORADOS EN LOS COQUITOS
"Un amable arriero joven estaba cortejando a una de las muchachas del rancho. Nuestro aparecimiento y casi forzada irrupción, no pareció desconcertar CI
la pareja, que estaba muda de felicidad, mirándose con grandes ojos negros de la manera m6s decidida ... (En el viaje de vuelta) después de desembarcar, lubí hasta el rancho...; los lóvenes enamorados estaban en casa, ocupados en acariciarse, y rascorse el uno al otro, en un rintón".
Pim.
CONQUISTADORES CONQUISTADOS
"La lujuriante abundancia tropical de sus flores, su brillante sol, sus cielos azules y la suave languidez de sus noches de luna, hacen de Nicaragucí una tierra en que el corazón de uno se vuelve aguda– mente susceptible al romance y al sentimiento... Era na– tural que los coraxones de los mismos belicosos "filibus– teros" se ablandaran bajo taJes influencias y que a la vez éstos se rindieran ante las bellezas de 0101 negros
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