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« Previous Page Table of Contents Next Page »eso -como lo hemos visto hace DOCo- lucha con el Sol Le roba su luz ,caracteres· puramente poético–
Itma~es En álgunas historias de tipo mitológico de algunos pueblos del Norte, vemos por ejemplo que se atribuían los eclinses de la Luna a la lucha de ésta con un gran lobo, coyote o perro, mientras que en
México creian ver en las manchas de la Luna una liebre
Existía también en algunas razas indias ia creen– cia de aue se absorbía la influencia vital de la Luna bebiendó el agua en la cual aquella se refleía Ahora bien ¿no habrá existido una historia del Coyote, mís– tica o religibsa, que, con los elementos de esta creen– cia, diera oie o influyera en la muerte del tío Coyote, tal como la describen nuestros cuentos?
Es arriesgado afirmarlo No poseemos datos para establecer la verosimilitud de esta tentadora apa– riencia Y los cuentos, tal como hoy se cuentan, no
dan Die aara encontrar la menor influencia lunar de ellos· 5~ podía contestar o esto que quizás la Colonia operó ton fuertemente en ellos que borró completa– mente los rastros religiosos primlí'vos Pero a ésto oponemos la existencia de muchísImas historias mági– cas Que aún se cuentan sin haber oerdido Dora nada
sus rasgos sobrenaturales o subrealistas qu~ les diera el indigenismo Así hoy, todavía contamos las aven– turas del c;adejo, de la carretanahuatl, el primero un
animci' completamente mágica, y la segunda una apa– rición de carácter irreal y misterioso
Así, pues, de existir eSe origen lunar la hispanidad hubiera recogido esta hermosa' 'ppesía, y desviándolo hacia un cristianismo fecundo, nos hubiera legado, 01
menos, un Coyote aquijotado muriendo por un ideal y
no por una vulgar apetencia
CO/Y'o luego veremos, la rt:Juerte del tra Coyote es el rasgo más auténticamente' prlmifivo de nuestroS'
apólogos y hace suponer que, siendo su muerte tan
realista, todo el conjunto (menos alguno que otro de– talle semi-mágico) haya sido lo mismo, désde su naei–
mien~o precolombino
En otras Dé/abras' así como el origen dé los
cuentos es ni¿a·rague~se, pero el dé Sus personajes es
del Norte, así los personajes pueden tener -y eviden– temente tienen-' - origen lunar, pero los cuentos no Es decir, él autor o autores de los cuentos usaron dos
personajes míticos y mágicos, semi-divinos, pero los hundieron en un realismo tan profundo que allí per– dieron todos sus antiguos caracteres sobrenaturales y religiosos
LA EPOCA COLONIAL Y SU INFLUENCIA EN NUESTROS CUENTOS. SU ANTIGUEDAD,
TAL COMO HOY SE CONOCEN
Hemos estudiado aquí el origen indígena y las influencias indigenistas en nuestros apólogos Vea– mos ahora las influencias hispanas que han sufrido Los cuentos, cuya antigüedad de origen no pode– mos calcular, tuvieron indudablemente algunas trans–
f~rmaciones durante el período imperial de nuestra hIstoria Se acentuó su realismo y adquirieron el que ahora presentan, que es muy español Se desnudaron
de la nebulosidad indígena ')1 moldearon su estilo en la seguridad hispana del lenguaje y del pensamiento Hoy que volver atrás los ojos, sobre esos cuentos que he citado de las tribus del Norte y sobre la conseja del Cangrejo y del Jaguar del Sur, y cOfY\oararlos con los nuestros, para tener una idea de la gran penetración espiritual-intelectual de lo es.oañol en nuestra tierra.
Cuentos de camino, de ayas y niños y sin embargo fun– didos en lo gran culturo hispana La influencia de la Colonia -o Eooca Imoerial- sobre estos cuentos no
es básica Es de ambiente Es decir, hace que el cuento se acomode a ese ambiente El mestizo indio– español no hace nuestros cuentos, sino que 01 encon– trarlos los humaniza y les da el vigor y la seguridad de
su cultura artística
Los personajes humanos que figuran en los cuen– tos -como los de la primera aventura, que refleja to– da ello la vida de esos tiempos- son típicamente coloniales y segwamente que no existían en las versio-nes primitivos ,
También puede ser que ciertos rasgos brutales fueron suavizados .oor la colonia, la cual sin embargo sabía glol ificar la simpática belleza de ciertos actos lealistas que hoy condenan algunos retóricos en nom– bre de un
romanticismo cursi. Así, por ejemplo, la pasada del asador no podría quitarse sin estropear el apólogo, tiene una belleza ruda e ingenua enteramen– te aprODiada para el argumento y sus protagonistas Finqlmente, creo que el tiempo en que estos
cuentos adauieren su forma definitiva es a fines del Siglo XVII y orincioios del XVI/f que son las épocas más caracteríSticas 'de la Colonia Lo transformación colonial donde se advierte más es en la primera aven– tura de los cuentos, y algo en la segunda, las demás quizás conservan su forma orimitivo, esoecialmente la
¿/tima, llevando sin embargo, a flor de piel las influen–
cias diversas de que ya he hablado
ESTUDIO DE LOS "ELEMENTOS"
DE NUESTROS CUENTOS
Los elemeritos usados en nUestros cuentos son muy vernáculos y de mucho fundamerito real Esto puede verse principalmente en los personajes
EL COYOTE
Etimológicamente viene del mexicano "coyotl" ,
aunque en otras lenguas americanas se le llama "te–
grup" o "teguci", de allí Tegucigalpa, cerro de los coyotes En zoología lo han clasificado en el "orden fieras", de lo familia "cánidas", digitígrados, es decir, que para la marcho se apoyan en los dedos ,~Es fa– moso el "paso de coyote" o "el trote de coyote en el vocabulario camDesinoJ Científicamente se le ((ama "Canis latrans" '
El Coyote es de la misma familia que el lobo Con las mismas generalidades que éste y de un pare– cido muv grande Por esto el Coyote es ((amado el lobo de América Unicamente las facciones --aunque basten análogas- solÍ más finas en el Coyote, siendo éste menos largo en cuerpo, menos alto y con la misma
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