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« Previous Page Table of Contents Next Page »troños de un monstruo que devoraba los vientos, lo hierba, los árboles y todos los animales y que revivió a las víctimas haciendo un fuegó con la manteca del monstruo, y que las liberó después rasgando la piel del enorme animal con cuchillos filosísimos
Los indios Shoshoni o Serpientes -tan conocidos en los viejas historias coloniaJes- cbnsideraban al Coyote como el héroe de los animales, quien, asociado
con la liebre, conquistó al Sol québrándolo en pedazos
y robándole el fuego que se lo entregó a los hombres Otra versión de ros indios Uté cuenta que el Co–
yote, asociado con el conejo, el águila, el cuclillo, el
gavilán, v otros aflimales, robó el fuego a sus primiti–
vos guardianes y se lo entregó a los seres del mundo El Coyot.e está investido de grandes poderes má–
gicos según casi todos los indios de la región de las grandes montañas y el Desierto en la América del Nor–
te, algunos de los cuales lo consideran como el crea– dor del mundo
"En muchas historias -dice Hartley Burr Alexan– der en su "North American Mithology", -se le repre. senta como desoreciable, mentiroso, avaro, bestial, con una manía erótica que lo empuja hasta el incesto,
a menudo burlado por los animales a quienes intenta engañar, y sin embargo, con todo ésto, es considerado como un poderoso mágico que pone al mllncfo en orden
y ayuda al hombre con innumerables beneficios" Un indio anciano de los Shusuao le decía a un investigador inglés "Cuando yo era niño muchos historias se contaban acerca del Viejo o Jefe, que re– corría el .oaís enseñando a la gente y enderezando los cosas Muchas historias mardvillosas se relatoban de él, pero los hombres que los contaban ya murieron, y
la mdyoría ae las historias del Viejo se han olvidado
La mayoría de las historias del Coyote han sobrevivido, sin embargo, y son contadas todavía, porque son chis–
tosas y les gusto éscucharlas a los niños Antigua–
mente las historias del Covote eran las más comunes
de todos. Mucho tiemoo antes de la venida dé los primeros mineros blancos, un mestizo de Bahía de Hudson dijo al Shusuap que, d~spués de cierto tiempo vendrían o ellos hombres extraños que traerían vesti– dos negros ({os sacerdotes) El les advirtió que no
escuchárdn á estos hombres, aunque poseyesen un poto de magia e hiciesen algún bien, .eues el mol que harían sería mavor Ellos eran descendientes del Coyote y cómo éi, aunque muy poderosos, eran tam– bién muy tontos y decían muchos mentiras Ellos simplemente, eran el Coyote volviendo a la tiena en otra formo"
Los ,uentos del Coyote se encuentran muy es– pO/cidos Son contados por los Athaposcan en el Norte y en el Sur v oor hombres aue están entre las praderas y las costás del Oeste (EE . UU ) Las corres– pondientes historias en el Este son a propé§;ito de la gran liebre Pero los dos seres -liebre y coyote– aparecen en muchos cuentos, a menudo como con–
trincantes, y la liebre o conejo es un importante per– sonaje mítico entre los indios Shoshoninute como entre los Algoquín, Chippeewas
Por lo dícho podemos apreciar cómo los perso– najes de nuestras cuentos, además de existir, ya juntos,
ya separados, en las leyendas del Norte, presentan
también caracteres, similares --que he subrayado– guardando sin embargo, la debida distancia de épocas, cultura e influencia con el/os.
Pero se olantea otra cuestión en esta similitud de los caracteres Vemos cómo, en esas consejos, el Coyote y el Conejo andan juntos, conservando, carac– teres mágicos y religiosos o través de los cuales se di– bujan algunos de los caracteres que ellos poseen en'
nuestros apólogos ¿Habrá influído esta campaña, o
mejor esta contraposición de sus caracteres en la ela–
boración y creación de nuestros cuentos? En otras
palabras ¿el realismo chorotega habrá creado de la nada la fantasía del Coyote contra el Conejo o habrá tomado base en esas leyendas mí-ticas y en tantas otras
donde esos personajes (entonces son caracteres mági– cos o divinos) ya luchaban en iguales o parecidas aventuras?
No nos atrevemos a negar que los chorotegas ya recibieran esos caracteres, y aún más que los cono– cieran ya como rivales de aventuras Pero sí es fácil ver que ellos con ese material crearon algo nuevo y
original, que tomando los mismos protagonistas de le– yendas mitológicos borraron de ellos sus rasgos mági– cos y crearon sus cuentos, .orimitivistas, sencillos, de– masiado pétreos hasta la llegada de la hispanidad que animó sus esencías con formas más civilizadas y cul–
tas, pero sin dañarlas, como luego veremos.
Pero surge aquí una pregunto la muerte del
Coyote buscando lo Luna ¿no indic,a un carácter má– gico, una influencia runar que borró la Colonia? He ahí un aspecto misterioso y bellísimo que ape– nas puedo penetrar¡ dado el caracter de breve ensayo de mi trabajo Se trata de
LA INFLUENCIA LUNAR
El lobo o el Coyote --"'C/ue, como dijimos, es el
lobo americano-- han sido siem.ore, en cClsi todas las civilizaciones, la encarnación poética-religiosa de lo Luna Cito algunos casos de ejemplo Los Licopo–
titanos rendían culto al lobo porque Osiris había toma· do, el1 ocasiones, la forma de este animal Ahora bien, Orisis nadó cuando Thot se. apiadó de la diosa Nuít (Rhea) y le ganó a la luna (Selene) 1/60 parte de sus claridades, fOrmando con el/as 5 días que aña– dió a los 360 del año. En el primero de estos días nació Osiris Está probado por Frazer la asimilación de Osiris con la Luna, juntándose O ésto que antiguos
filósofos asocian al aparente crecimiento y disminu–
ción de la Luna a la engendración de animales y creo
cimiento de o/ontas, como a otros fenómenos llamados por ellos "f~n6menos sublunares en los costas terres–
tres" Osiris era el Dios de estos mismos fenómenos y Jo vemos tomar forma de lobo En el Libro de los
Muertos egipcio el lobo tomo preferentemente el color blanco Como vaga por la noche negra su blancura refleja lo luz lunar La misma vida del lobo o del Co–
yote así lo pide Su aulfido con la t/om.oa estirada hacia la Luna dio origen en las relígiones antiguas, que eran la forma misteriosa de la poesía, a que se le ligara con nuestro satélite En América, el Coyote obtiene decididamente, junto con el Conejo o liebre, elevación a personaje mítico de poderes mágicos. Por
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