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¡ iice un esfuel zo dejando a la con iente que me cogiera de lado y rass me empujé hasta dar con el yanque que ya se iba hundiendo, le caí encima y lo pesqué de lo cumisa sacándole un poco la cabeza al cdre, ell\onces el yanque se me aganó como loco -jMemi!, ¡Memi! -le grité yo

Memi estaba gritando también a LInos hulelos que venían cel ca por allí en sus boles

Memi estaba cogido de una rama y me estaba echando el bote pOlo donde estaba Yo tenía el pie metido en un gancho que me estaba matando y ape– nas me sostenía el cuelpo un tronco viejo

Memi me lad:;)ó un poquilo el bote¡ entonces me agCII ré de la mLlrct, pero coma ela tan celoso el bote y le hicimo5 mucho peso, se fue llenando el conde– nodo y lv\emi se ti,ó al agua Lo ví todavía cómo lo orra,;trobo lo corrienle El yanque pe5aba LIno bor-

bmidad, .ya estaba yo todo entumido, entonces me desesperé, me entró el calambre, se me pscureció la vista y ya no supe

Hasta que Hegaron los huleros que había Hornada u gritos tv\emi y que me sacaron oluera con el yanque Cjue estaba corno muerto Yo solo estaba atUldido

COIl un dolol bár buro en el pie, pero el yanque estaba

Inalo Alií estu\'ieron los huleros haciéndole un poca de cosas hasta que reve~ó

GerOld Arihos, se llamaba el yanque, era uno de esos cana lelOs y mucho bebía

Después de la desgracia que le posó¡ la gente del Puerto lo convenc.ieron y entonces él se bautizó El yanque no halfaba que hacer con nosotros Eso fue como viernes¡ el lunes muy de mañana se fue poro los Chiles y allí cogió un avión

LA PERRA

S

AUtv\OS en la madrugodó de la casa de la Victorina, encaramada en un cucurucho de tierra, ellfrente del San Juan abierto y a la orilla d~1 Pocoso! El caño de pocosor, hondo y oscuro Se mete y se rnetc en la montaña Hoy lugares secos donde se ve el plan lleno dé piedl as y hojas muertas, y otros lugmes son bien profundos, Je azul cerrado donde se bañan los sábalos reluciendo la plata de sus escamas

Nosotra5 íbamos para las pozas de adentro Era el tiempo de los laguneros y la luna estaba para eso Despegamos oscuro todavía Iban con nosotros nuestros insepClrables pel ros El Clavito y la Chula, que eran como marido y mujer [IOn unos perros que

se queríon muc.ho

lu pena elo de laza cuolquiera, pero tenia muy buen cOlOzón, era de color cofé con una mancha gl ancle en lo frente

El Clavito era ateperetado y nervioso, pero ienia buena cabeza Olio a los chanchos de 100go y no latía

por tontelas, les habíamos enseñado a ladrar solo cuundo fueran detrás del animal, Jo qlle hacían era IJolOl jmpClcientes, pero bostaba un pujido de nosotros para que se quedaron quietos dándole <1 la cola ner– viosamente

Yo les tenía mucho cariño a mis perros Los pelros también se encariñan con uno, entienden muy bien ciert.as señas¡ gestos o gritos¡ tiellen mejor olfato qLle nosotros y tal vez no hablan porque perderían el filo de sus dientes

Bueno, estaba diciendo que salimos de madruga– du Mis atlas compañeros además de los perros, erqn Rupelto y Chepe Méndez Elfos me conocían a mí desde chiquito, yo les había enseñado a ellos las letras y los nllmelos y elfos me habían enseñado a mí los canales del raudal del Toro y el pegadero de los Chin– gas, y a manejar la palanca en las chit/onadas Era temprano todavía El cielo lleno de estrellas corno si lo hl,bjeran pringado con oro El lucero her-

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rnoso de la mañana encima de los cedros oscuros, se obría c.omo una flor de luz

'bamos sobre el río metidos adentlO de las som bias Sólo se oían el ruido del canalete y el_golpe del agua Llegamos a las primel as pozas todavía temrr ano Apeamos nuestras cosas¡ después corta-

tilOS unas vwas e hicimos nuestro ranchito con tapes– cos y cubiertos de palma de Yoliyo verde y brillante, cerquita del río, que nos daba el agua en las nqrices Enlonces nos recostamos a dormir un rato

El viaje es un poco largo Como a las once sa-lír nos de I,uevo armados y listos a la pesca Cada uno iba por su lado¡ Chepe cogió la orilla con el arpón, yo llevaba un chuzo e iba en el bote y Ruperto se quedó haciendo la comida Cuando regresamos era ya de tar decita

Cogimos como cuarenta animales Es divertidí-sima los loglll1eros salen casi a flor de agua Otras veces van

I efundidos y como son tan oscuros de color y el agua es tan clara en las pozas¡ es fácil vellos Cuondo va uno en bote hay que tener cuidado de que

ICI sombra del cuerpo de uno no les caiga encima a elfos, porque entonces se los mandan a jalar Cuan–

J~, se ve salir unas popas de agua es casi seguro que

allí nomos sClle el animal y cazo ¡ chact! ¡ cchiriíe! Entonces se tiro el chuzo sin ponerle mucha fuerza para no refundir los otros Algunos veces viene uno solo y se ve llegar el machito de agua

atlas veces andan en pandilfas y unos se van hasta allá al fondo¡ que vistos de arriba pareciera que están dormidos

Son de todo color¡ principalmente las magas, otros son como pringaditos con los ojitos rojos

En cuanto volvimos al rancho nos dimos una gron comida .

Hay que ver un buen lomo de lagunero como de tres dedos de gn..¡eso, bien asado¡ con unos bananos cocidos chacha/tes y un poco de café negro caliente

Estuvimos temprano tocando guitarra y cantan-do Se le sen tia todo el peso a la sombra de la noche

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